Capítulo 38

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-¿Ya llegamos? -pregunto cuando mi tío aparca el auto, él asiente, sacamos el equipaje y comenzamos a caminar entre los árboles con un par de linternas. La idea de acampar no me apasiona.
Nos instalamos en un espacio rodeado de árboles en el cual no podíamos ser detectados por algún humano a simple vista. Hacer esto con él es grandioso, me acuerdo las innumerables noches en las que soñaba que él era mi padre y que todo era perfecto. Hay algo que me molesta, algo que me dije a mí misma que debía recordar, pero no creo que sea muy importante entonces no me tomo gran tiempo en ello.
Luego de asar salchichas y hablar como dos amigos (por eso es que es mi tío favorito) nos fuimos a dormir.
-__(tn)... ___(tn) -algo me susurraba al odio, pero podía ser solo el viento...

~¤~
Un suave y dulce café por la mañana, una brisa fría helaba mi cuerpo, ese sentimiento de melancolía nunca se iba, pero continuaba ahí sólo revolviendo mi bebida oscura que se combinaba con algunas lágrimas saladas que se deslizaban por mis mejillas hasta llegar allí.
-¿Te encuentras bien?
-Crees que me encuentro bien, Slende... -y mi voz se pierde entre el viento, olvidando así su nombre y quien era él.
-No me olvides.
-Lo siento, ya lo hice -respondo rápidamente, él sólo baja su cabeza en señal de dolor y se marcha. Otra cosa que no me di cuenta, es que nunca pude observar su rostro.

Juntos en la oscuridad *slenderman y tu*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora