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Después de ocho horas y media arriba del auto oficial de la familia, los Agreste finamente llegaron a Boulogne-sur-Mer, una ciudad muy hermosa en el departamento de paso de Calais, el cual se encuentra bastante cerca del canal de la Mancha, apenas ingresaron en las calles se quedaron maravillados, era un pueblo bastante alejado pero realmente hermoso, combinando el paisaje marítimo con el de una gran ciudad, bastante similar a París.

─Que hermoso─ comento Adrien viendo sus alrededores a través de la ventana

─Asi es Adrien, es una ciudad muy hermosa  y es la más poblada después de Calais─ explicó Frank desde el asiento delantero

─¿De quien es la estatua?─ pregunto al ver el gran monumento frente a sus ojos

─De Don José de San Martín─ respondió rápidamente ─Un militar que luchó en las guerras del mil ochocientos, héroe latinoamericano que libero los actuales países de Argentina, Chile y Perú, que por aquel entonces se encontraban bajo dominio de la corona española─ acotó sabiondo

─Increible, quiero una foto ahí luego─ dijo feliz

─¿Falta mucho para bajarnos?─ bufo Gabriel enojado

─En unos minutos estaremos en el centro de la ciudad, falta poco─ contesto serio

─¿Te encargaste de arreglar en donde nos quedaremos?─ cuestionó viendo por la ventanilla

─Si señor, hay un buen lugar frente al mejor restaurante de la ciudad, mientras ustedes comen, Gorilla y yo nos encargaremos de acomodar sus cosas en las habitaciones.

─Bien.

Después de varios minutos más de viaje, el auto ingreso en el centro de la ciudad, había muchísimas personas, parecía que justo habían llegado en mitad de una celebración, Gorilla paro el automóvil de pronto, y anunció que habían llegado, Gabriel y Adrien bajaron rápidamente, sus piernas ya estaba al borde del entumecimiento.

─Bien señores, allí está el restaurante  y aquí el hotel, iré a buscarlos en unos minutos para informar las habitaciones─ explicó Frank con tranquilidad

─Vamos, estoy hambriendo─ mencionó el rubio de ojos verdes y se encaminó al lugar

Al entrar en el lugar se encontró con un hermoso restaurante, luces por todos lados  cuadros que representaban personajes históricos y una ambientación increíble, al final del edificio se encontraba un gran mostrador el cual estaba siendo ocupado por una mujer pelinegra bastante sonriente, tras unos minutos Gabriel entro también parándose a un costado de su hijo, los dos admiraron el lugar unos segundos más hasta que buscaron una buena mesa para sentarse, la elegida, fue la que justo queda frente a la caja registradora, la utilizada por el misterioso pelirrojo.

─Buenas noches─ saludo la pelinegra acercándose a la mesa ─Si no es molestia podrían sentarse por allá, esta mesa está reservada para uno de nuestros clientes habituales─ comento con muchos modales

─Claro─ respondió Gabriel y junto con su hijo se levantaron y siguieron a la mujer, está los acomodo en un lugar bastante alejado de la caja y con una ventana a su costado

─Mi nombre es Sarah, soy la dueña del lugar y su mesera está noche, ¿que les gustaría ordenar?─ saca una libreta

─Yo quiero mariscos─ pidió el diseñador ─Con salsa rosa, y arroz─ completo la orden

─Bien, ¿y tu?─ mira al rubio

─¿Podrá ser una hamburguesa?─ pregunto con pudor, la mayoría de los alimentos en el menú eran mariscos y el los odia

Miraculous: Quiero estar contigo. Where stories live. Discover now