Preámbulo

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Nos remontamos a una pequeña ciudad a las afueras de Paris, un pueblo bastante tranquilo alejado de toda la locura de la capital Francesa, en una de las tantas pintorescas casas de la región, dos amigas charlaban amigablemente, una de ellas es nuestra protagonista, Nathalie Sancoeur, licenciada en administración, felizmente en pareja, llevando una vida más que esplendida.

─Gracias Sarah por ayudarme con esto─ mencionó la azabache con alegría mirándose al espejo ─Alex tuvo un sueño hace unos días, en donde me vio de pelirroja y desde entonces no dejo de molestarme que me vería mejor asi, no me animo a cambiarme todo el color de mi cabello, pero lo que hiciste con este mechón es sensacional─ admira la porción teñida en su cabellera azulada como la noche

─No debes preocuparte por nada amiga, lo que pides lo tienes, además este estilo se está usando en todas partes del mundo─ hablo la castaña acercándose a su más íntima amiga

─De verdad está genial, me gusta, me hace diferente al resto y se que Álex amara esto─ sonríe

─Es una pena que para teñirlo de nuevo y que luzca siempre bien, tenga que viajar hasta el centro─ se quejó la contraria guardando sus instrumentos de peluquería

─Sabes que vendré siempre que pueda a verte─ se acerca a ella ─Alex consiguió un buen trabajo en París y no nos queda de otra que mudarnos─ se sienta frente a su amiga ─Tampoco me voy del país son sólo unos cuantos kilómetros

─Tienes razón, ya sabes que me gusta dramatizar todo─ ríe ─¿Ya pensaste como le dirás?

─Aun no. . .pero planeó hacerlo cuando estemos alla─ desvía su mirada ─Quiero que sea una sorpresa, después de todo hace tiempo que estamos buscando un heredero─ guiña un ojo

─Se que será muy feliz cuando lo sepa, son el uno para el otro─ sonríe

─Es cierto, es el amor de mi vida─ suspira

De pronto el teléfono de la casa suena irrumpiendo con el buen clima que había en la casa, la azabache se levanta extrañada, dicho teléfono no suele sonar, tras dar unos cortos pasos llega hasta la pared en donde el teléfono cuelga y contesta, minutos luego de haber iniciado la conversación Nathalie deja caer el tubo, y ella misma pierde estabilidad, arrodillándose en el suelo para romper en llanto, su amiga Sarah se acerca a ella y trata de consolarla, al ver que está en estado de shock decide continuar la llamada, había sucedido lo peor, Alex, el novio de Nathalie falleció en un accidente automovilístico en la ruta de camino al pueblo, su auto perdió el control en una sección que se encontraba sin mantenimiento, y se estrelló contra una gasolinería, el resto es historia, la castaña corta la llamada y consuela a su amiga.

─No puede ser, esto es un sueño─ dice aún en shock viendo a un punto fijo en la casa, luego se separa de su amiga y corre hasta un mueble, en el hay una foto de ella y su amado, los dos sonriendo llenos de felicidad ─¡¡NO!!─ grito llena de dolor dejándose caer nuevamente al suelo, apretando la fotografía contra su pecho

La castaña la consuela nuevamente y esta se desmaya en sus brazos producto del shock tras recibir la noticia. Nathalie no volvió a ser la misma, desde ese día, algo dentro suyo cambio, su mirada llena de alegría y amor se transformó en una vacía y helada, su sonrisa se borró por completo de su rostro y sus ropas se tiñeron de negro.

Meses más tarde luego de la tragedia, Nathalie no tenía sustentó para su vida, y con su hija en camino las cosas se volvieron muy difíciles, termino mudándose a París, pero allá todo empeoró; una tarde de julio, nació la pequeña Naomi, era preciosa, pero a simple vista, a ella le recordaba a su amado, aunque suene ilógico la niña era la viva imagen de su difunto padre, algo doloroso para la azabache, quien no podía soportar verla. Durante semanas trato de conseguir trabajo pero le fue imposible, y sumado a la responsabilidad de atender a una bebé las cosas cada día se volvían insostenibles, una tarde, mientras diambulaba por la ciudad en busca de trabajo, se encontró con una mujer rubia de ojos verdes, la cual la ayudo cuando ella se calló al no ver la rama de un árbol, derramando todos sus papeles en el suelo, todos ellos eran copias de su currículum, uno perfecto, pero que no era aceptado por nadie.

Miraculous: Quiero estar contigo. Where stories live. Discover now