El escritorio de Endeavor

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Don't ask questions you don't wanna know
Learned my lesson way too long ago
To be talking to you, belladonna
Shoulda taken a break, not an oxford comma

My Strange Addiction, billie eilish

—Ey, no... muévete, Shouto...

—No es mi culpa que te hayas puesto en esa posición.

—No te hablaba a ti, Kacchan.

—Izuku, deja de quejarte.

—¡¿Seguro que no se nota la quemadura?!

—Que no. Mi padre no se dará cuenta.

—Y no fue adrede, tú hiciste ese sonido que...

—¡Ya sé! ¡No significa que puedas quemarme la ropa!

—¡No fue adrede!

Esa es la escena que encuentra Endeavor al entrar a su oficina.

Katsuki es el primero en darse cuenta de que está allí, parado en el marco de la puerta, porque es el único que está volteando hacia ese lado. No puede imaginarse cómo es que se ve la escena desde ese ángulo, pero una parte de él quiere reírse, solo de ver la expresión de Endeavor, que está pálido y congelado, sin decir nada.

A ver.

Recapitulando.

Llegaron demasiado temprano a la oficina de Endeavor y su asistente les dijo que el héroe número uno se iba a tardar al menos media hora. Intentaron comportarse los primeros diez minutos. Después de eso, las cosas que siguieron sólo fueron la consecuencia más lógica.

Katsuki está sentado en la silla que le corresponde a Endeavor. Al menos, piensa, todavía está vestido. Izuku, justo frente a él, de pie, con el trasero contra el borde del escritorio, tiene la playera como si fuera un collar sobre el cuello mientras las uñas y los labios de Katsuki se divierten recorriendo so torso. Shouto está detrás de Izuku, sentado sobre el escritorio, probablemente encima de los reportes de Endeavor, con sus piernas rodeando la cintura de Izuku. Su cabello está completamente desordenado, el blanco mezclándose con el rojo.

De repente, Katsuki se detiene.

—¡Kacchan! —se queja Izuku.

Pero Katsuki está mirando a Endeavor. Una parte de él hace que todo su rostro palidezca. Otra lo hace aguantarse una carcajada.

Endeavor, detrás de ellos, carraspea.

Izuku lo oye y voltea la cabeza. Se pone completamente rojo y se aparta de Shouto, que se baja del escritorio casi de un salto al darse cuenta de lo que está pasando. Dos minutos más y Endeavor hubiera encontrado a al menos uno de los tres completamente sobre el escritorio y no sólo sentado. Cinco minutos más y habría encontrado a alguno o a varios sin los pantalones.

Izuku se pone la camiseta lo más rápido que puede, que no es suficientemente rápido. Katsuki se pone en pie, recordando que está en la silla en héroe número uno. Shouto palidece, pero a la vez le dedica una mirada retadora a su padre.

Endeavor parpadea una vez. Y luego otro. Katsuki teme que la escena lo haya dejado catatónico.

Baja la cabeza, se masajea las sienes con las manos. Katsuki hasta cuenta los segundos. Izuku sigue tan rojo que parece que va a explotar en cualquier momento.

Finalmente, Endeavor suelta un suspiro. No grita, no demanda explicaciones: suelta un suspiro profundamente hastiado, vuelve a alzar la cabeza, los ve a los tres y les dice una sola palabra:

—Siéntense.

Y señala las sillas que están del lado contrario del escritorio al que están ellos. Los tres le han caso, rodeando el mueble en silencio. Luego él por fin se dirige a su silla. Por la mirada que le dirige, Katsuki no duda que va a quemarla en cuanto los tres salgan de allí. Se sienta. Ellos siguen muy callados.

Primero se dirige a Shouto, que está en medio.

—Natsuo y Fuyumi lo saben, ¿verdad? Sé distinguir cuando me están ocultando algo y Natsuo suelta risitas cuando hablo de ti.

—Sí —responde Shouto.

Endeavor parpadea una vez. Otra. Quizá ahora sí se quedó catatónico, piensa Katsuki. Pero en vez de eso sólo empieza a hablar de los resultados de sus prácticas y de lo que espera de ellos en el futuro. El esfuerzo que hace por hacer como que no los encontró fajando en su escritorio es mayúsculo.

Katsuki sonríe.

Busca la mano de Shouto y la aferra. Su novio se la aprieta. Y luego Shouto hace lo mismo con la de Izuku, que se pone más rojo. Endeavor no dice nada.

Le hicieron cortocircuito.

Oh My God They Were Interns [Todobakudeku]Where stories live. Discover now