Colección de verdades

7.4K 1.1K 139
                                    

And you say, "As long as I'm here
No one can hurt you
Don't wanna lie here
But you can learn to
If I could change
The way that you see yourself
You wouldn't wonder why you're here
They don't deserve you"

Everything I Wanted, Billie Eilish

Verdad: Katsuki no tiene ni idea de lo que están haciendo.

En algún punto acaba dormido en la cama de Deku, que no duerme, preocupado por si alguien se da cuenta de que está allí. Katsuki descubre que no le molesta el peso del cuerpo de Deku encima del suyo, aunque las cosquillas que le hace el cabello verde y rizado bajo su barbilla

Verdad: no puede quitarle los ojos de las cicatrices de los brazos y los dedos.

Sabe que muchas de esas se las hizo salvándolo.

Izuku lo descubre viéndolas.

—Kacchan...

Él atrapa uno de sus brazos cuando Izuku los mueve. No sabe que lo lleva a posar sus labios sobre una de las cicatrices. Deku se queda callado y lo mira.

Besa una y luego otra y otra y otra. No se reconoce él mismo.

Hasta que Izuku lo detiene, porque le pone los dedos en los labios.

—Buenos días.

Lo besa. Sabe a aliento de mañana, pero a Katsuki no le molesta demasiado (después de todo, su aliento probablemente está igual). Entierra sus dedos en el cabello de Deku, más desordenado que de costumbre. Llevan meses juntos. (Meses, ya, parece una eternidad). Y se acostumbra a tocarlos. Tocar otras cosas. Quitarse el miedo de que sus manos los traicionen.

Alguien llama a la puerta.

Los dos se quedan congelados. Es demasiado temprano.

—¿Estás despierto?

Se relajan lo suficiente cuando se dan cuenta de que es la voz de Shouto.

—Ve a abrir —le dice Izuku.

—¿Por qué yo?

—Porque no quiero levantarme. —Izuku le arrebata las sábanas y se vuelve a enredar en ellas. Katsuki frunce el ceño, se pone en pie y abre la puerta.

—Ey.

Shouto se sorprende, un momento.

—¿Qué haces aquí?

—Dormí aquí. —Abre más la puerta—. Entra antes de que alguien más se pregunte qué carajos hacemos los dos aquí.

Siguen jugando al secreto. Katsuki está seguro de que la clase 2-A sospecha cosas. Pero, de momento, nadie sabe nada. Shouto entra y Katsuki cierra la puerta detrás de él.

—¿A qué viniste? —pregunta.

Shouto se encoge de hombros.

—No podía dormir.

Katsuki está a punto de volver a la cama, a enredar sus piernas entre las de Izuku, que los mira sin decir nada desde las cobijas, pero nota algo en la expresión de Shouto, mucho más reservada que lo normal, inclusive para él. Le dirige una mirada de reojo a Deku.

—Shouto —pregunta Izuku, incorporándose un poco, enredándose en la sábana para conservar el calor—, ¿pasó algo?

La pregunta parece tocar alguna fibra. Katsuki se da cuenta de que nunca ha visto a Shouto Todoroki tan vulnerable tan de cerca. (Lo ha visto otras veces, pero siempre intenta esconderlo y ahora lo tiene ahí, enfrente).

—No... —intenta negarlo, pero no le sale.

Verdad: pasó algo.

—¿Qué carajos fue, Shouto? —pregunta Katsuki. Tiene mucha menos paciencia y tacto que Izuku.

—Volví a discutir con mi padre.

Han pasado meses desde la última vez. Katsuki lo sabe porque ve a Endeavor esforzarse por ser —o parecer— buena persona. Pero los viejos hábitos nunca mueren y sabe que Shouto carga con demasiadas cosas de su pasado. Por más que se le dé bien el perdón, el olvido no se pone de su lado.

—¿Quieres contarnos? —la pregunta es de Izuku.

A Katsuki le parece que Shouto Todoroki se hace más pequeño frente a sus ojos, como si intentara desaparecer. Ve la respuesta en sus ojos antes de que llegue a sus labios y lo salva de decirlo.

—Está bien si no quieres.

Verdad: Shouto Todoroki es igual o más reservado que él.

Se acerca. No sabe cómo proceder.

Verdad: a Katsuki lo irritan los trapos sucios de la familia Todoroki.

Le importa Shouto nada más. Lo demás vale un pepino. Le enoja ver la miseria humana exhibida a media cena cuando los invitan, aunque sea sólo hacia el pasado —porque, en serio, si no supiera lo que sabe, hasta sería divertido ver a Endeavor esforzándose en ser buena persona—. Le queda claro que Shouto llamó a la puerta en busca de consuelo.

(Del de Izuku, porque el suyo suele ser una mierda).

Y ahí está.

Le agarra la barbilla, lo hace mirarlo. Es apenas unos centímetros más alto que Katsuki, así que tiene que mirar para arriba.

—No importa lo que haya sido —le dice. En serio, no. No quiere saberlo si Shouto no quiere contárselo. Seguro Izuku intentará sacárselo más tarde, porque así es él: le encanta meterse en lo que no le importa. Katsuki, por otro lado, sólo tiene una preocupación—. ¿Qué quieres? —le pregunta.

—Olvidarlo.

Katsuki sonríe.

—Sé cómo hacer eso.

Lo besa y, mientras lo besa, lo empuja un poco hacia la cama. Es demasiado temprano. Tienen al menos media hora más antes de tener que preocuparse por cómo le va a hacer para ir a buscar sus uniformes limpios y cómo se van a escabullir sin que nadie se entere de que estuvieron allí.

—Deku, hazte hacia la orilla.

Izuku adivina lo que planea hacer

—No creo que quepamos...

—Sí cabemos.

Apretados, pero no importa. Estar cuerpo con cuerpo es lo de menos. Así que vuelven a la cama. Son tres en vez de dos. Uno de los brazos de Katsuki descansa sobre la cadera de Shouto. Izuku abraza a Shouto por el pecho.

Katsuki se queda mirándolo hasta que lo ve respirar con normalidad y medio enseñar una sonrisa.

Verdad: haría lo que fuera por esos idiotas.

Oh My God They Were Interns [Todobakudeku]Where stories live. Discover now