Para lo qué los estudiantes usan los baños en UA

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Would you let me lead you even when you're blind?
In the darkness, in the middle of the night
In the silence, when there's no one by your side
Would you call in the name of love?

In the Name Of Love, Martin Garrix & Bebe Rexha

Después de eso Katsuki descubre que le gusta jugar con el peligro. Le gusta la idea de mantener todo en secreto —porque no le va a contar su vida al montón de extras con los que toma clase—, pero también le gusta la idea de jugar con la adrenalina. A ver si los descubren. A ver si los encuentran. A ver si alguien lo nota.

Vuelven a clases con normalidad. Las prácticas se terminan —temporalmente, saben que volverán—. Ellos vuelven a terminar su segundo año en UA. Su grupo de amigos —o esas personas que creen ser sus amigos y se sientan con él en el almuerzo— les preguntan cómo les fue. Él responde «bien» —que recuerda va seguido de un «los voy a aplastar a todos»— y luego le pregunta a Kirishima sobre sus prácticas. Kirishima nota que es reacio a decir nada más y se dedica a llevar el hilo de la conversación.

(Lo cual hace que decida volver a considerar a Kirishima en la lista de amigos).

A media comida cruza una mirada con Izuku que tiene el descaro de sonreírle abiertamente y Katsuki, que es muchas cosas, como un orgulloso insufrible, pero también y sobre todo, un adolescente enamorado, siente algo en su estómago.

No siente que le da un vuelco el corazón, porque eso es una tontería y el corazón no salta ni hace piruetas. Su estómago, por el contrario, está muy al corriente de lo que le produce la sonrisa de Izuku. Así que acaba antes su almuerzo, se pone en pie, apenas si oye a Mina decirle que no se vaya, les suelta un par de «tengo cosas que hacer» y le dirige una mirada a Izuku antes de salir.

Se mete en el baño más cercano.

(Porque no quiere caminar más, no porque quiera directamente tentar al peligro).

Izuku lo alcanza y no le da tiempo de decir nada antes de empujarlo contra la pared y besarlo. Le gusta la sensación se los labios de Izuku sobre los suyos. Los besos mejoran, Katsuki siente que encajan.

No deja de preguntarse por qué Deku elige estar con él, pero lo cuestiona menos.

Se deja llevar. Calla a gritos a su cabeza.

—Kacchan...

Piensa en todas las veces que odió esa voz, que odió ese estúpido apodo. «Kacchan». El mismo apodo de cuando era niño, el mismo que Izuku nunca había dejado de usar. Pero le gusta oírlo, así, mientras lo besa, con esa voz medio estrangulada, mientras una de sus manos mantiene el brazo de Deku fijo por la muñeca, pegado a la pared y la otra está hundiendo los dedos en su cadera.

—... podrían...

No deja de besarlo. Le recorre los labios, las mejillas, casa parte de su rostro, con los labios.

—... encontrar...

Esa palabra no la acaba, porque notan que la puerta empieza abrirse y se separan inmediatamente. En apenas un momento están a más de un metro de distancia y lo único que los delata es lo rojo de las mejillas de Izuku.

—Creí que los encontraría aquí.

Katsuki oye un suspiro de alivio de Izuku cuando es Shouto el que abre la puerta. Entonces sonríe. Ladea un poco la cabeza, exhibe su mejor sonrisa de medio lado.

—¿Quieres ver? —le pregunta.

En realidad no saben bien cómo funciona la cosa, los tres. No es como que tengan demasiados ejemplos en los que basarse. Pero lo intentan. (O algo).

Katsuki vuelve a lo mismo que estaba: a besar a Izuku, otra vez con la adrenalina de que alguien podría abrir la puerta y podrían encontrarlos. No importaría mucho. (¿O sí?). Pero a Katsuki le divierte el secreto.

Y está en medio de un beso cuando siente uno de los dedos de Todoroki en su cuello, como si estuviera calculando algo. Y luego siente sus labios y piensa que deben dar una imagen bastante extraña. Y luego sus dientes y.

—No, espera. —Se separa de Deku—. No... No donde se vea mucho.

—Puedo no hacerlo —le dice Shouto.

—No..., no es eso... —Katsuki se traba, es como si su cerebro hubiera sufrido un cortocircuito por un momento. No suelta a Deku, pero voltea un poco la cabeza, intentando ver a Todoroki—. Hazlo donde sea más fácil esconderlo —concede.

Lo hace.

Siguen en lo suyo hasta que se oyen pasos, demasiado cerca. Demasiado característicos.

—Alguien viene —dice Deku, que es el primero en empujar a Katsuki lejos de sí.

—Es cuatro ojos. —Katsuki es capaz de reconocerlo por la manera en que suenan sus pies contra el piso.

Y eso es lo único que necesitan para separarse, dirigirse a los lavabos, fingir que nada está ocurriendo allí. Cuando se abre la puerta y entra Iida, los tres están fingiendo que nada ocurrió. Apenas si les presta atención. Cuando se lava las manos, y ellos siguen muy ocupados fingiendo estar en sus asuntos, es cuando Katsuki nota el moretón que está empezando a formarse y que todavía tiene las marcas de los dientes de Shouto.

Mueve una mano para acomodarse la camisa y evitar que se vea.

Es demasiado obvio.

—¿Qué tienes allí? —pregunta Iida.

—Nada.

(De todos modos, ¿Tenya Iida sabe lo que es un chupetón? Va a permitirse dudarlo).

—Se veía como.

—Nada.

Usa su voz más amenazadora. Iida no insiste. Se larga. Los tres vuelven a respirar con tranquilidad. Izuku es el primero en reírse. Le sigue Katsuki y luego Shouto.

Les gusta jugar con el peligro.

Oh My God They Were Interns [Todobakudeku]Where stories live. Discover now