A Fuyumi Todoroki le gusta ver el mundo arder

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Let's take a chance baby we can't lose
And we're all just runaways
I knew that when I met you, I'm not gonna let you runaway
I knew that when I held you, I wasn't lettin' go

Runaways, The Killers

Katsuki está seguro de que a Fuyumi Todoroki le gusta ver el mundo arder. No tiene pruebas, pero tampoco dudas.

Los sienta a todos en la misma mesa —él, Deku, Todoroki, el otro hermano de Todoroki que hace comentarios sarcásticos intentando enfurecer a Endeavor, Endeavor, que responde los comentarios sarcásticos y ella—. Le debe causar placer aquella tortura.

(A esas alturas, Katsuki está convencido de que es imposible que se mantengan las buenas maneras en la mesa de los Todoroki, pero no se irrita menos).

Y siempre los despide diciéndoles que es un placer tener a los amigos de Shouto en casa.

A lo cual Izuku siempre responde que el placer es suyo, que la comida estuvo deliciosa y que gracias.

Katsuki suelta un gruñido, siempre, sin falla.

Y siempre, sin falla, le dice lo mismo a Todoroki:

—¡Deja de decirle a la gente que somos amigos!

A lo cual Todoroki siempre lo mira con la misma cara inexpresiva que tiene siempre, se encoje de hombros y le dice que él no le dice nada a nadie. Pero a Katsuki no se le escapa que sí lo considera su amigo.

Hasta que un día acaban en el cuarto de invitados porque se hizo demasiado tarde y Endeavor no puede volver a llevarlos a la UA porque hubo una emergencia en quién sabe dónde. Y después de un par de llamadas telefónicas, Fuyumi les señala el cuarto de invitados a él y a Deku y manda a Shouto para que les consiga cobijas extra.

Por si le quedaba alguna duda —no, en realidad no— de que a Fuyumi le encantaba ver el mundo arder.

(¿Quién demonios espera que Katsuki comparta cuarto con Deku y eso no acabe en una pelea campal?)

Así que para cuando Todoroki regresa con dos cobijas en las manos están peleándose por el lado de la cama que quieren —o más bien, Katsuki está peleando por el lado de la cama que quiere mientras Deku intenta calmar la situación—. Katsuki alcanza a verlo rodar los ojos.

—Sólo intenten no quemar nada —comenta, como si nada estuviera pasando mientras se invita el mismo a entrar, sin esperar invitación—. No sé cuántas veces hemos reconstruido esta recámara. —Una pausa—. O todo el pasillo.

Lo cual los deja en silencio.

Porque todos saben exactamente quién quema las cosas allí. O lo intuyen.

Quieren preguntar la historia —al menos Deku quiere, piensa Katsuki al ver su cara—, pero no saben si resultaría demasiado invasivo.

Todoroki no espera respuesta y deja caer dos cobijas sobre la cama y se sienta en ella, sin esperar ninguna invitación.

—Fuyumi dice que pueden quedarse siempre que quieran porque son amigos. —Se encoge de hombros. Por un momento, el alivio por el cambio de tema es palpable. Hasta se siente en el aire.

—¡Que somos rivales, maldita sea! —espeta Katsuki, frunciendo el ceño.

—Gracias —es lo que sale de la boca de Izuku, con una sonrisa abierta.

—¡Rivales! ¡Deja de decirle a la gente que somos amigos!

Shouto Todoroki lo mira con su cara inexpresiva de siempre.

—Nos llevamos mejor que antes.

—¡Eso no nos hace amigos! ¡Y si la próxima vez vuelven a airear todos los trapos sucios de la familia me sentiré obligado a conseguirles terapia familiar! —No hay día que cenen en casa de los Todoroki que Katsuki no acabe irritado por la constante necesidad de toda la familia de exponer los problemas enfrente de las visitas y hacer la increíble cantidad de cero cosas para arreglarlos. Así que quizá aquellos gritos son su forma de decir que el tema le importa y que su mejor consejo es que agarren todas las pendejadas que tienen atoradas y las resuelvan.

Todoroki sólo se le queda viendo.

Deku también. Y su mirada no pasa de un: «Si ya sabes cómo son...».

Katsuki bufa.

—Que tierno, Bakugo, hasta piensas en la próxima cena —es lo que finalmente dice Todoroki. Maldito Mitad y Mitad, se dice Katsuki. Maldito. Mil veces maldito.

—¡No me refería a eso!

—Yo diría que sí, Kacchan.

Maldito Deku, ayudando al otro a cavar su tumba.

—¡No somos amigos! ¡Rivales! ¡¿Entendido?! ¡A lo mucho somos rivales!

—Estás esperando a que mi hermana vuelva a invitarte. —No, Shouto Todoroki no planea olvidar que dijo «la próxima cena». Hasta sonríe, complacido.

—¡Rivales!

—Bakugo, acéptalo. Estás en negación.

—¡Rivales!

Y la pelea vuelve a empezar. En serio, a Fuyumi Todoroki —porque claro que fue ella la que sugirió que se quedaran allí— le encanta ver las cosas en llamas. Katsuki ni tiene ninguna duda. Hasta está seguro de que sigue diciendo lo mucho que le encanta tener a los «amigos de Shouto» en la casa para ver a Katsuki rabiar y a Deku sonreír como idiota.

Oh My God They Were Interns [Todobakudeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora