Capítulo 35 - "La aldea oculta de la Hoja."

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Erase una vez, una pequeña aldea ubicada a los pies de una enorme montaña, la cual contenía siete enormes rostros humanos esculpidos a mano. Era una hermosa mañana en aquel pacífico lugar, los pájaros cantaban, la gente comenzaba a abrir sus tiendas y restaurantes. Algunas personas ya se encontraban comprando, otros iban de camino a su trabajo o sólo daban la vuelta para pasar el rato.

Entre los pocos ciudadanos que se encontraban despiertos a esa hora del día entre semana, un joven de cabello negro recogido en una coleta alta, barba en forma de pico y un rostro de cansancio, caminaba en silencio.

-Buenos días Shikamaru- le saludó una mujer mayor, la cual terminaba de acomodar las cosas para su puesto de artesanías.

-Hola señora Fujimoto, buen día- Shikamaru detuvo su andar y saludó a la anciana, quien gustosa le tomó la mano.

-¿Mucho trabajo?- le preguntó la señora de cabello gris y Shikamaru asintió.

-Sí, de hecho, tengo un trabajo en estos momentos- la anciana asintió y Shikamaru pasó su mano por encima de su negro cabello.

-Que tengas un excelente día- le sonrió mostrando su dentadura falsa y Shikamaru simplemente le correspondió el gesto de la misma forma.


El joven Shikamaru siguió caminando por entre las personas, las cuales habían aumentado en ese lapso corto de tiempo que estuvo hablando con la anciana. Suspiró, detuvo su andar y alzó su vista. Frente a él se abría paso un enorme edificio con una fachada rústica de color crema con rayones verdes, tejado de color rojo y ventanas pequeñas. Shikamaru tomó su frente y dejó salir el aire pesadamente.

-¿Por qué siempre debo hacer esto?- Shikamaru subió las escaleras que lo llevaban hasta el último piso, caminó por un enorme pasillo hasta llegar a la última puerta y tocó con fuerza, sin importarle que los demás pudieran escucharle-. ¡Naruto! ¡Despierta!- detuvo sus golpes y escuchó como algo se sacudía desde dentro, sacó una llave de su bolsillo, lo introdujo en la cerradura, abrió la puerta y entró sin pedir permiso-. Lo sabía, te quedaste dormido- dijo al ver las cobijas en el suelo cuando entró a la habitación y visualizó un bulto debajo de ellas.

-Shikamaru...- las sábanas se sacudieron con fuerza y cayeron a un lado, dejando a la vista a un joven de cabello rubio y levantado formando pequeños picos, ojos azules adormilados y tres líneas en cada una de sus mejillas simulando bigotes de un animal-. ¿Qué hora es?- el rubio se levantó del suelo aún en su pijama azul cielo y vio el reloj que se encontraba sobre la mesita de noche-. ¡¿Qué?!- el rubio abrió sus ojos por completo y corrió a su armario, tomó ropa y se fue directo al baño.

-Siempre lo mismo- el joven Shikamaru negó extenuado y se sentó en una de las sillas del pequeño comedor de aquel pequeño departamento.



-No puedo estar haciendo esto cada lunes, eres el hokage y debes ser más responsable- Shikamaru lo regañaba, mientras ambos caminaban por entre las calles del pueblo-. Después de todo, eres Uzumaki Naruto y eres un ídolo, un ejemplo a seguir y el nuevo líder de la aldea-.


Naruto, quien ya llevaba puesto una chamarra negra, pantalones naranjas, un estuche en su pierna derecha y de color negro, una banda negra alrededor de su cabeza con el logo de la aldea en su frente, una banda roja en su brazo izquierdo y su otro brazo estaba completamente vendado; hizo un leve puchero viendo a su amigo.

-Lo sé, Shikamaru, pero el trabajo de hokage es muy cansado- Naruto rascó su nuca.

-Sabías a lo que te enfrentabas al convertirte en esto- Shikamaru sacó de su mochila una prenda blanca y se la entregó.

K.A.R.M.A. IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora