Capítulo 54 - "Un llamado no deseado."

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Ahí estaba ella. Con su peculiar vestimenta de colores negro y rojo, sus botas estilo militar, su cabello hasta los hombros de color castaño oscuro, ojos color miel y uñas ligeramente largas de color negro. Sus brazos seguían cubiertos desde su muñeca hasta sus hombros por vendas de color blanco y su tamaño seguía siendo igual de pequeño que siempre.

-¡Rose!- todos gritaron al mismo tiempo, provocando que los nuevos visitantes saltaran en su lugar y Rose se congelara, girándose en su lugar para ver a sus hermanos de frente.

-¡Jefesita!- Mike fue el primero en correr en su dirección y los demás hermanos le siguieron el paso.

-¡Rose!- los cuatro hermanos envolvieron a la morena entre sus manos y ocultaron sus rostros en el regazo de la chica, quien tenía la manos elevadas a la altura de su pecho y veía a los muchachos confundida.

-Chicos- el semblante de Rose se suavizó y envolvió a los chicos con las alas negras que hizo aparecer para abrazarlos a todos.

-¡Te extrañamos mucho!- dijo Shirou entre pequeños llantos.

-No te vuelvas a ir, sin ti, el gremio no funciona igual- dijo Bayo apretando más a su hermana.

-Tu trabajo es horrible, no lo quiero, te lo regalo- al decir eso Kaylor, Rose no pudo evitar reír.

-Jefesita, no vuelvas a irte por tanto tiempo- Mike sorbió su nariz y Rose acarició su cabeza con dulzura.

-Tranquilos mis amores, ya no volveré a irme tanto tiempo- los cuatro chicos levantaron sus miradas.

-¿Lo dices en serio?- Shirou vio con un ligero brillo en sus ojos a la morena y ella asintió.

-Sólo necesitaba un tiempo para reflexionar y sentirme mejor- las alas negras de Rose desaparecieron y sus hermanos se alejaron de ella para darle espacio.

-¿Y estás mejor?- le preguntó Kaylor y Rose formó una mueca con sus labios.

-He estado peor- Kaylor frunció el ceño y se percató de que debajo de los ojos miel de su hermana, habían unas marcadas ojeras de la notable falta de descanso y los llantos constantes que tenía por las noches.


¿Cómo sabía eso? Conocía a su hermana más que nadie, y fue por eso que aceptaron que Rose tomara esa misión que le tomaría muchos años. Después de que Alex se fuera, Rose no dejaba de llorar en las noches a escondidas de sus hermanos, siempre estaba de mal humor y era mucho más estricta que antes.

-De verdad que no pueden estar sin mí- Rose vio el desastre que ya había en las mesas, el tablero era un desorden con los incontables pedidos y notó el humo que no dejaba de salir de la cocina.


Rose negó tomando su cadera y tronó sus dedos. La figura de la chica desapareció, sorprendiendo a los invitados que la estaban acompañando.

-¿Viste eso, Yuya?- dijo el joven de cabello azul tomando el brazo del nombrado.


Rose apareció en el tablero de misiones, sus manos se movieron a gran velocidad y, en segundos, el tablero ya estaba limpio de las misiones marcadas con rojo y dejando únicamente las misiones que estaban disponibles para los integrantes en general.

-Mike, ya sabes que hacer- Rose le entregó el resto de pedidos que tenían letras rojas y Mike asintió.


Una brisa golpeó a los presentes y, nuevamente, la chica había desaparecido. La morena llegó frente a la barra y pasó su mano frente a ella como si estuviera saludando al pobre Shoto, quien tenía la cara con manchas negras. El humo desapareció, el insoportable sonido de emergencia se detuvo y el rostro de Shoto se limpió.

K.A.R.M.A. IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora