Capitulo 9(2*temporada)

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Narrador.
Lucrecia buscó a Carla por su casa a eso de las 8:30pm, viajarian toda la noche y llegarian a la madrugada para descansar y luego aprovechar el dia.
Por su parte, Guzman busco a Samuel por su casa.
En el camino al aeropuerto a Samuel le llego un mensaje de Tamara.
-No quiero se molesta, pero dijiste que llamarias y no lo hiciste. Como esta tu amigo? Nos vemos esta semana?–
—Lo siento, apenas a mejorado y me ha surgido un viaje de negocios. Te llamo cuando vuelva.— contesto Samuel.
No sabia porque le mentia a la pobre chica.
Una vez en el aeropuerto, se encontraron los cuatro. Realizaron migraciones y esperaron a la salida de su vuelo. Cuando salieron a la pista, se dieron con que viajarian en el jet del padre de Lucrecia.
—Joder, es la primera vez que viajo en uno de estos.— dijo Samuel.
—Si sigues asi Samu, tu tendras uno de estos.— contesto Guzman dandole una palmada en la espalda y Samuel sonrió. Los lujos nunca le habian importado, hasta lo ponian incomodo, pero esto si que le estaba gustando.
—Gracias Lu. La proxima volamos en el mio. Solo que no sabia que excusa meterle a mi padre, he tenido que mentirle que volvia para Nueva York unos dias.— dijo Carla.
—Tu padre tiene que soltarte un poquito, y comprender que ya estas grandecita.— dijo Lu.
—Si, díselo tu a eso.— dijo Carla.
Abordaron al avion y la auxiliar de abordo les sirvio champagne para beber. Hicieron un brindis, comieron un poco y Guzman y Lucrecia se fueron a dormir a la parte de atras del avion en donde habia una cama. Samuel y Carla se quedaron adelante.
—No dormiras?— pregunto Carla a Samuel.
—No tengo sueño. Acuéstate tu, tienes cara de cansancio.— dijo Samuel.
—Vale, pero si te da sueño puedes acostarte al lado mio, no vas a dormir toda la noche sentado cuando hay una cama en la que entramos perfecto los dos.— dijo Carla y Samuel asintio y sonrió.
Samuel se paso un largo tiempo contemplando la belleza de Carla.

Narra Samuel.
No podia creer estar aqui con ella. Despues de todo lo sucedido jamas crei volver a compartir con ella. Ni menos viajar. Todo de ella me confunde. Dice que se casara, que no podemos vernos nuevamente, pero ahora acepta venir al viaje. Son demasiadas señales confusas. Yo tambien estoy confundido. Crei que nunca seria capaz de perdonarla, pero tocarla, sentirla, me siento completo con ella. Que pasa si estamos juntos, si nos amamos como antes? Que pasara con su vida? Con su prometido? Es todo tan complicado.
Durmiendo parece un angelito. Tan tranquila, tan linda. Me dan ganas de abrazarla y pegarla a mi cuerpo.
No tengo sueño, pero acostarme a su lado era la excusa perfecta para tenerla mas cerca, despues de todo, ella me lo habia propuesto.

Narrador.
A eso de las 4 am, el piloto anuncio que el avion estaba por despegar, y que era necesario sentarse y abrocharse los cinturones de seguridad. Lucrecia y Guzman fueron nuevamente hacia la parte delantera del avion en donde estaban los asientos y se encontraron con Carla acurrucada a Samuel y a los dos dormidos.
—Parecen dos tortolitos. No los despiertes aun, les sacare una foto.— dijo Lucrecia a Guzman y tomo la foto.
—Me pregunto cuando de daran cuenta que deben estar juntos.— dijo Guzman.
—Para eso es este viaje mi amor. Ahora a despertarlos.— dijo Lucrecia.
—Arriba, ambos. Vamos que ya llegamos. Deben sentarse.— dijo Guzman.
Carla y Samuel se despertaron y se miraron. Carla se dio cuenta que estaba encima de Samuel y pego un salto de la cama y se sento sin decir una palabra.

Luego de aterrizar, un chofer los busco en una camioneta para llevarlos a la casa que Lucrecia habia alquilado. La isla parecia bastante pobre, estaba recien atacada por el huracan y por lo tanto estaba todo destruido. En esos lugares, una vez al año, siempre hay un huracan que destruye todo. Los hoteles normalmente estan equipados para que no ocurran daños mayores, pero las zonas mas pobres siempre terminan destruidas.
De repente unas puertas altas se abrieron y llegaron a la casa. Era una mansion, cubierta por maderas marrones,lleno de palmeras a su alrededor y por supuesto con una piscina enorme que quedaba justo en frente de la playa. El mar era tan transparente que era de no creer.

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