Capítulo 9

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He quedado boquiabierta no solo por él enfrentamiento de Mirán a Carlos, si no también a mi padre, pero lo que más me sorprendió fueron sus palabras, estaba por intervenir pero mi madre que me conoce bien me sostuvo con fuerza negando ligeramente ¿Cuando podría hacer lo que me viniera en gana? Mirán se ha marchado y yo tengo unas ganas inmensas de llorar, mi padre me mira con enojo pero no me habla, en cambio se ha dirigido a Carlos.

—Gracias por esperarme hasta que mi hija volviera, puedes volver a tu casa, y tranquilo no permitiré que ese niño malcriado se acerque a Lola.

—Lo importante es que ella este bien señor— Carlos me ha mirado descansa preciosa, mañana hablaremos asentí pero de nuevo mi padre tomó la palabra.

—Puedes seguir frecuentando a Lola, pero ella no irá de nuevo contigo a la preparatoria, de hoy en más, la llevara un chofer y la escoltara un guardaespaldas

—¡Papá! Eso es demasiado— me queje inmediatamente, tener alguien siguiéndo mis pasos ya comenzaba a asfixiarme aun sin que ocurriera.

—¡SILENCIO! Eso hará que pienses dos veces las cosas y atenerte a las consecuencias.

Apreté los puños con fuerza, mis lagrimas amenazaban y no les daría el gusto, me he dado la vuelta sin despedirme de nadie y subí corriendo a mi habitación, en cuanto lo hice me lancé a la cama para enterrar mi cabeza en la almohada y soltar un grito ahogado de frustración ¿Por que eran así conmigo? Dylan tiene libertad de hacer y deshacer ¿Por que conmigo es diferente? Yo no cometeré sus mismos errores ¿Cuando lo entenderán?

—Ese chico es el mismo que se presentó en la inauguración ¿Cierto?— la voz de mi hermano me hizo enderezar limpiando a su vez la comisura de mis ojos.

—Claro que no ¿Por que dices eso?

—Caramelo, estaba en primera fila cuando se llevó a jalones a la bailarina, su rostro es inconfundible, sus facciones no son muy comunes en los ángeles ¿Quien es?— Dylan era mi única compañia en medio de este infierno, más que mi hermano, mi amigo.

—Se llama Mirán Alauî, lo conocí por accidente, por favor Dylan, no le digas a nuestros padres, si papá se entera que lo he visto más de una vez, mi castigo será peor— sabía que una acción radical de mi padre sería enviarme a un internado de señoritas a otro país.

—Te amo, no quiero que nadie te lastime, pero tampoco quiero verte sufrir por no entender las alas, no se que relación tienes con ese tipo, pero si te diré algo— por fin cruzo la puerta y se sentó a mi lado atrayendome a él y abrazarme— tengo cuidado, eres dulce, ingenua y el blanco para cualquier imbécil — sus palabras me hicieron recordar a Christian, el chico que me apostó, pero que por suerte Dylan le partió la cara alejándolo de mi.

—Lo tendré en mente hermanito, ahora me gustaría descansar.

Un último beso en la coronilla y se marchó dejándome sola, tras tomar un baño y colocarme la pijama, me metí a la cama, deseaba acabar con este día y prepararme para el siguiente que sería fatal con la seguridad extra. Apenas apoyé mi cabeza en uno de los cojines me he perdido en mis sueños.

<En ellos rememoro esta tarde, ese momento de libertad, de pronto estoy en el asiento del piloto, Mirán me da indicaciones, yo no le escucho, me pierdo en su carnosa boca ¿Que se sentiría besarlo? Sin duda se da cuenta que no le entiendo y me ayuda a colocarme el cinturón, sus manos se posan en mi entrepierna, yo retengo el aliento... Esta tan cerca de mi intimidad que siento un escalofrío por todo mi cuerpo... De nuevo mis fantasías vuelan, quiero que me bese, quiero que mi primer beso sea con él, pero como son mis sueños, no solo lo hace, siempre no que sus manos suben un poco más... Sus dedos llegan al limite de mis bragas y yo jadeo>

Me he despertado de golpe, mi corazón bombea a mil por hora, decido ponerme de pie y acercarme a la mesita de noche donde yace una jarra de agua y un vaso, no dudo en beber, mi piel esta tan caliente ¿Que demonios me pasa? Más calmada soy conciente de la extraña humedad en mi ropa interior, por Dios soy una depravada.

Durante la mañana veo mis ojeras mientras me levanto mi larga y castaña cabellera en una cola alta, no pude dormir después de aquel sueño ¿Como volvería a ver a Mirán a los ojos? Claro, si es que lo vuelvo a ver, después de como lo ha tratado mi padre comenzaba a dudarlo, baje al comedor, lo habitual.

—Buenos dias hija— mi madre estaba sola desayunando, cosa rara.

—Buenos días mamá ¿Donde estan todos?— cuestiones tomando asiento y llevando una tostada a mi boca.

—Tu padre se marcho temprano, para que su chofer volviera por ti, en cuanto a Dylan, dijo que tenía cosas que hacer— claro, mi hermano no necesita quien le custodie —lola por favor hija, no vuelva a hacernos esto, estábamos muy preocuoados por ti

—No hice nada malo, les aseguro que si no me trataran como una jodida prisionera, todo sería más fácil para todos, pero no, aquí mi voz es silenciada y mi opinión importa una mierda— me arrepentí inmediatamente de mis palabras al ver la expresión de dolor de mi madre— yo... lo... lo siento

No tenía cara para disculparme, tomé mi mochila y salí de casa, como era de esperar el chofer m abría la puerta, sin más subí a la camioneta. Llegando a la escuela caminé por los pasillos, la falta de desayuno me hacia rugir mi estomago, dispuesta a solucionar eso me acerque a ella, pero el hombre a mis espaldas me agobiaba.

—Solo tomaré mi desayuno, puede dar una vuelta, no creo sea necesario que me limpié la boca cada vez que tomé un sorbo de jugo— lo pensó un poco, pero al final accedió no sin antes decir que estaría cerca, suspire aliviada por el poco tiempo de soledad y ordene un sándwich de atún y jugo de piña, desganada fui a buscar una mesa, pero cuando me disponía a comer una mano se ha posado en mi hombro, levantando la vista me encontré a Mirán —¿Que haces aquí?

—¿Estas bien? Tienes unas espantosas ojeras.

—¿Que?— sus palabras me hicieron recordar mi sueño, aparte la vista de él con el rostro ardiendo, seguramente mi color sería semejante alegría carmesí, pero justo ahora me moría de pena.

SantVict .

&quot;Como en mis sueños&quot; © (#3 De la trilogía &quot;En el tiempo equivocado)Where stories live. Discover now