Una Vida Después de la Muerte.

40

Era como si hubiera recibido una patada en el estómago. Al escuchar eso sus piernas le fallaron y el aire le faltó, por suerte Dayron la tomó de la cintura antes de que cayera al piso. De repente todo le empezó a dar vueltas, Melisa había muerto ¿pero cómo? Ella no podía estar muerta, no podía ser cierto.
Con un gran esfuerzo se puso de pie liberándose de los brazos protectores de Dayron. Corrió hacia las escaleras y la subió de dos en dos el vestido pesaba mucho lo que a Kat le causaba cansancio y dificultad al subir cada vez las escaleras. Corrió por el pasillo lo más rápido que podía por cada paso que daba se sentía más vulnerable, destrozada, la herida que poco a poco se fue cerrando desde la muerte de sus padres se abrió haciéndola más profunda y dolorosa. Entró a la enfermería. Todos estaban allí Elliot y Alicia estaban sentados a un lado del cuerpo inmóvil de Melissa sosteniendo su mano. Briden Amelia y Joseph sentados un poco más lejos de la fallecida.

Melisa yacía en la cama totalmente inmóvil, tenía un vestido dorado y dos monedas de oro en los ojos y su mano descansaba en su regazo, hasta casi se podría decir que se solo dormía. Kat se acercó a ella casi corriendo y se arrodilló a su lado

-Melissa... Meli...- subo se rompió las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos apretó los labios en un intento de detener las pero ni con todos sus esfuerzos logró impedir llorar le tomó la mano estaba fría se sentía destrozada invisible transparente igual que el cristal había perdido una amiga la última parte de su familia.

se levantó muy lentamente se sentía mareada se llevó una mano a la cabeza y cerró los ojos tratando de relajarse y respiró hondo contó hasta diez muy lentamente respirando en cada número poco a poco el nudo que se le había formado la garganta fue aflojando se y deshaciéndose se limpió las lágrimas del rostro con la mano y abrió los ojos todos en la sala la miraban con curiosidad incluso hasta con Connor se alejó un poco del cuerpo de Melisa junto las manos en su espalda alzando el rostro

-¿Como murió?- pregunto sin expresión alguna.
-Al parecer fue un paro cardiaco- contestó Brayden.- Murió aproximadamente a las cinco de la tarde. Lamentamos profundamente su pérdida señorita...
-No- replicó con firmeza Kat.- No lo sienten.
-Mi niña- comenzo Amelia.- Toda persona que este al servicio de la Orden Angelical es una pérdida invaluable para los Fortis.

Kat miró a Amelia con el ceño fruncido.

-Y usted no es una de ellos.
-Kat...- comenzó Elliot.

Ella lo ignoro por completo.

-De todos modos ya no importa. Ya no tengo a quien más perder. ¿Verdad señor Barrymore?- soltó Kat con descaro.

Joseph se levantó de su silla de golpe con ojos ardiendo de rabia. Amelia se apresuró y le puso una mano en su pecho hablándole al oído en voz baja, tranquilizandolo. Kat se sintió un poco feliz, odiaba a Joseph y verlo así furioso y al mismo tiempo sin poder hacerle nada la alegró. Una mano la tomó por el brazo obligándola a voltearse. Elliot la arrastró hacia la puerta alejándola de la familia Barrymore, al instante sintió una pizca de irritación y decepción. Elliot la llevó por el pasillo y salieron de la casa por la puerta principal, la soltó y Kat lo miro cruzada de brazos y con el ceño fruncido.Elliot cerró la puerta y se giro hacia ella.

-¿Que diablos te sucede Kat?
-No me sucede nada.
-Se que es duro por todo lo que estas pasando, pero ellos no tienen la culpa de esto.
-Claro, como todo es mi culpa desde que llegue, ¿no es así?

Elliot no dijo nada sabía que esas fueron las últimas palabras que le había dicho a Kat el día del castigo de su hermano y ella se lo echó en cara. Kat estaba enojada y vulnerable sentía tanto rencor y tristeza en su corazón que lo único que podía hacer era desquitarse con algo...o alguien. Eso no era propio de ella pero era como si todas esas emociones cargadas en su corazón quisieran salir y destruir todo lo que hubiera su paso. Se miraron fijamente por un momento en los ojos de Elliot no había enojo pero tampoco compasión parecían dos esferas grises y vacías. Se acercó más ella dejando un pequeño espacio que lo separaba.

-Se que con pedirte perdón no resuelvo nada y no intentaré convencerte en que me des tu perdón, pero tienes que tranquilizarte Katherine, no puedes desquitarte con los demás.
-Mira quien lo dice- replicó Kat

Empezó a sentir un pequeño dolor, como si un fuego ardiente recorriera su cuerpo desde la punta de los pies hasta los dedos de las manos.

-No se por que te estas comportando de esa manera- empezo Elliot.- Mira, se que no debí hablarte así ese día pero te estas comportando como una loca y...

Kat ya no escuchaba lo que sea que Elliott le estuviera diciendo. Le empezó a doler la cabeza de un modo totalmente irritante. Con una mano se tocó la cabeza haciendo presión en ella con la otra se toco la sien masajeandola rápidamente; el dolor se intensificó cada vez más y todo le daba vueltas. Cerró los ojos para concentrarse, la llama de fuego en sus manos se hizo más caliente y molesta, soltó un gruñido abriendo un poco los ojos y vio como Elliot se acercaba a ella preocupado, sus labios se movían aunque ella ya no escuchaba nada y cuando la tocó... Elliot salió disparado.

Gritó. Gritó sin poder contenerse, estiró las manos y una ráfaga de humo rojo salió de sus manos arrojándolo por los aires chocando contra la pared y cayendo al suelo ruidosamente. Kat cayó de rodillas agotada, todo le daba vueltas y todo ese remordimiento y dolor que sentía en su corazón desapareció. Con ojos desorientados miró a su alrededor hasta que visualizo a Elliot. Este permanecia inmóvil en el suelo boca abajo, Kat trato de pararse pero sus piernas no le respondían. <<Elliot Elliot Elliot>> Ella no podía paraba de repetir su nombre tratando con todas sus fuerzas poder moverse pero la impresión y el cansancio no se lo permitían.
De pronto Dayron y Alicia aparecieron en su campo de visión, Dayron corrió hacia su hermano volteandolo boca arriba. Alicia ayudó a Kat a levantarse y poco después de que ella pudiera mantenerse de pie (o eso intento) hacia Elliot. El chico estaba tirado en el suelo boca arriba, su cabello castaño estaba enredado y extendido por el piso, en la mejilla tenía una larga cortada. Dayron estaba arrodillado junto a su cabeza tocándole el hombro con una mano mientras le hablaba en voz baja para tranquilizarlo.

-¡Oh por Dios!- exclamó Alicia.- ¿Que pasó?

Pero ni Kat sabía lo que había pasado. Ocurrió tan rápido...

-Lo empuje- dijo en voz baja.
-Por supuesto que no fuiste tú- replicó Dayron.- Elliot es muy fuerte y ni con todo tu peso podrías derribarlo de esa manera.
-Pero yo lo hice.

Dayron la miro confuso como si se hubiera vuelto loca, incluso Alicia la miro perpleja.

-Sentía el enorme impulso de destruir algo lo que fuera, me dolía la cabeza y... sentía como un fuego ardiente recorría por mis venas después no sé qué pasó pero una luz o destello o lo que fuera salió de mí con una fuerza totalmente abrumadora que lanzó a Elliot hacia la pared.
-¿Como que un destello salió de ti Katherine? ¿Como?- pregunto perplejo Dayron.
-No lo sé, solo... Ocurrió. Yo no quería hacerle- añadió al ver la cara de horror del chico.- Estaba perdiendo el control... Yo nunca le haría daño. Lo siento tanto...

Kat empezó a sentir como un nudo se le formaba en la garganta ¿Qué había hecho? Eso, lo que hizo no era normal, no en ella.
Se escuchó un suave gruñido y Kat alzó la vista. Elliot empezaba a recuperar el conocimiento se giró de lado incómodo y con una mano se tocó la nuca adolorida, Dayron se volvió hacia él y lo ayudó a incorporarse. Elliot parecía desorientado miró por todo el lugar y sólo se detuvo cuando visualizo a Katerine, sus ojos se encontraron y se miraron fijamente por un largo tiempo era como si entre ellos hubiera una conexión, como si mirandose se dijeran lo que en voz alta no podían decir

-¿Estas bien hermano?- pregunto Dayron.

Si conexión se rompió. Elliot miro a su hermano y asintió levemente con la cabeza. Su hermano le ayudó a ponerse de pie recargando el cuerpo de su hermano en él.

-Tenemos que curarte.
-Estoy bien Dayron.
-No seas idiota Lubally. Camina, tu cabeza sangra.

Con la confusión en el rostro se tocó con la mano su nuca y la miró, estaba manchada de sangre hizo una mueca burlona y aceptó a regañadientes.
Kat se hizo a un lado para que los dos hermanos pudieran pasar y con una última mirada hacia Elliot se dirigió corriendo a la biblioteca.