Una Vida Después de la Muerte.

37 (parte 2 de 2)

-Que gran conversación- dijo una voz conocida y totalmente irritable.

Kat que había estado sentada en el sofá leyendo "Inmortales'', bajó el libro y giro la cabeza viendo a Connor con el ceño fruncido. El chico estaba recargado en la puerta cruzado de brazos, con el uniforme de batalla y con una mirada pícara en el rostro. Su estomago se revolvió.

-De todas modos Madre no habla mucho, así que no importa- comentó encogiéndose de hombros.
-¿Escuchaste nuestra conversación?
-Tal vez si- Kat entrecerró los ojos y la sonrisa de Connor se hizo más grande.- O tal vez no.
-Ay por Dios- volvió a alzar el libro, tratando de concentrarse en la lectura.
-Aunque debo de admitir que no fue un gran tema de conversación ¿No pudiste preguntar algo mas sencillo como...? ¿Cual es su color favorito? Ya sabes, para conocerla mejor.
-Y supongo que usted ya la conoce- replicó Kat.- digo, como son tan unidos.

Kat pensó que provocaría una reacción de fastidio en Connor, pero lo único que logro fue que sonriera. Se acercó a ella y se sentó en el  respaldo del sofá. Se acercó lo suficiente para ver lo que Kat leía. Ella sintió su respiración en el cuello, se removió un poco alejándose de él, aun que por desgracia no lo suficiente.
Lo miro nerviosa, los ojos del chico estaban fijos en el libro que Kat sostenía en su regazo, y sus ojos, más negros que azules, iguales al hoyo de un pozo sin fondo.

-¿Se le ofrece algo?- preguntó Kat cortante.
-Se me ofrece muchas cosas.

Frustrada, se levanto del sofá y fue a dejar su libro en el estante. Pudo sentir la presencia de Connor junto a ella y por un momento se sintió la oveja indefensa siendo acorralada por el león hambriento.
La mano de Connor toco su cabello, apartándolo de su cuello. Al instante Kat se puso rígida, sintiendo como el chico se acercaba a su cuello, inhalando su aroma. ¿Pero que demonios hacia? Quería empujarlo y correr, alejarse lo mas posible de él, pero sus piernas no acataban las ordenes que tan desesperada daba a su cuerpo. Con la mano izquierda, Connor sostenía su cabello lejos de su hombro, mientras que con la derecha tomaba su cintura, acercándola a el. Roso su cuello con sus labios.

-Yo soy mejor que esos dos amantes suyos- susurro en su oido.- Yo te puedo dar mucho mas y mas rico que esos dos. Soy mejor que ellos.
-Alejese de mi- dijo en voz baja. Por alguna extraña razón le faltaba el aliento, su cuerpo temblaba y se sentía asustada. Le tenia miedo a Connor.
-¿O que?

De repente la empujó contra el estante, lastimándola.

-¿Solo necesitas unos cuantos besos y caes rendida ante cualquiera, no es así cariño?

Le beso el cuello con brusquedad. Kat se sentia asqueada, hecho la cabeza hacia atrás con brusquedad golpeando a Connor en la frente. Este soltó un gruñido y se separo un poco de ella, Kat aprovecho esa oportunidad y lo empujo con todas sus fuerzas separándolo de ella. Connor trastabilló, pero no calló. Kat alzo su mano y le solto una fuerte bofetada en el rostro, dejando una marca roja en la mejilla del chico. Él giro la mejilla por el golpe, y paso una mano por su boca.

-Si se atreve volver a tocarme- dijo Kat con rabia.- Lo matare.

Connor río, irritando más a Kat.

-No puedes quedarte con ninguno de ellos, y lo sabes. Los separaras, los destruirás. Y te odiaran por eso- volvió a reír, mirándola de frente esta vez.- Tu. Tu seras mía, mía y de nadie mas.

Se acerco a ella, quedando a pocos centímetros de su rostro.

-Y si no eres mía, no seras de nadie mas.