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-Así que... ¿Que tal una canción de la hoguera?...

Después de que Kat y Dereck se fueran a dar su paseo, Elliot y Dayron fueron al cuarto de armas. Se equiparon con todo lo necesario: Dagas, espadas y un pequeño frasco con polvo de plata.
Elliot, quien prefería usar mas el arco que los cuchillos, se llevó un arco y una gran cantidad de flechas.
Salieron de la casa y se dirigieron directamente al bosque. Habían estado caminando un largo rato y aun no habían encontrado ninguna señal de vida. Su hermano le había sugerido que volvieran a casa un par de veces, pero Dayron se negaba, necesitaba tiempo para pensar, planear, olvidar.
No se podía sacar de la cabeza a Katherine. Pensaba en ella la mayoría del tiempo y cuando la veía sentía un enorme impulso de inclinarse y besarle una mejilla, tocar y enredar sus manos en su suave cabello.
El sabia que no podía tenerla por dos razones: era la prima de su jefe y no quería volver s perder s alguien importante de nuevo.

-¡Hey! Dayron a tierra. ¿Me has estado escuchando?-preguntó su hermano sacando de sus pensamientos a Dayron.
-Si... No. Perdón, me perdí.
-Lo note-dijo Elliot.- ¿Que pasa?
-Nada. ¿Tu crees que deberíamos de seguir?-dijo Dayron cambiando de tema
-Ya estamos muy lejos de casa y no hemos encontrado nada, yo digo...

Se callo de golpe y abrió mucho los ojos. Dayron alarmado le pregunto que era lo que pasaba y él con los ojos aun abiertos alzó su brazo, y con un dedo señaló hacia un árbol.
Dayron al principio no vio nada, entrecerró los ojos para ver mejor y se quedo helado. Había un cuerpo, un cuerpo pequeño junto al árbol. Como de costumbre fue el primero en recuperarme del impacto. Corrió hacia el cuerpo sin vida de la pequeña y se se arrodillo. Después de vacilar un momento Dayron lo siguió.
Cuando por fin llegó junto a su hermano soltó un grito ahogado. El cuerpo de la niña estaba mutilado: no tenía ojos y una de sus mejillas estaba aplastada totalmente; su pecho estaba abierto a los lados y no contenía ningún órgano.

-Oh, Dios mío-dijo Elliot pálido y asqueado
-Maldita sea-Dayron se acercó más al cadavér y toco su mejilla, girándola a un lado.- Lo único que le faltan son los órganos y ojos. Todo lo demás lo tiene.
-Tenía-lo corrigió Elliot.- Pobre chiquilla, debemos llevarla con Dereck. Vamos, ayúdame a cargarla.
-¿Enserio quieres llevar en brazos a esta...niña?-pregunta asqueado.
-¿Tienes una mejor idea?

Si hermano puso los ojos en blanco y tomo a la criatura por la espalda y la alzo. Elliot la tomo por las piernas, Dayron hizo una mueca de asco pero no dijo nada mas.

-¿Crees que hayan sido los lobos?-preguntó Elliot, mientras caminaban por el bosque.
-No lo creo. La hubiera arrojado a algún río para no ser descubiertos o se la hubieran comido toda. Aun así esto no quedara así.
-Obvio que no-suspiro.- Espero y no lleguemos a la hora de la comida. No será bueno para la digestión.

-Aquí estamos, Hise Restaurant Bodie.

Kat y Dereck habían llegado a una pequeña cabaña cerca de una playa llamada Arch Beach. La casa era muy bonita, incluso para California. La casa era de madera, pintada de un color azul cielo, las ventanas tenían un toque floreado, y en la puerta de la entrada colgaba un cartel que decía "BIENVENIDOS" en letras mayúsculas. Arriba en la chimenea salía mucho humo, Kat pudo oler la deliciosa comida que estaban preparando haciéndole gruñir el estomago, había olvidado lo hambrienta que estaba después de tantos problemas. Su primo le ofreció el brazo y Kat lo tomo con una sonrisa. Entraron.

Por dentro era distinto. De el lado izquierdo había una gran barra donde separaba la cocina de las mesas de los clientes. El lugar estaba casi vacío, Kat y Dereck se fueron a sentar a una mesa lo muy lejos de los clientes ebrios que comían sin mucho entusiasmo. Las mesas eran sencillas al igual que los bancos, un poco incómodos. Las mesas lucían un mantel rojo escarlata y en el centro había un jarrón con flores hermosas. Todo estaba pintado de un color grisáceo muy triste excepto por las rojas mesas. Llego una mujer con un vestido amarillo y un mantel blanco atado a la cintura, en las manos traía unas cartas del menú del día.

-Griselda-dijo Dereck en cuanto la vio
-Dereck-dijo la chica sin mucho entusiasmo.

La camarera les dio las cartas del menú y se retiró enseguida. Kat alzo una ceja y miro a su primo. ¿Que le había hecho para que actuara así? Dereck se dio cuenta del peso de la mirada de Kat y la miro curioso.

-¿Que?-dijo Dereck
-Esa chica. ¿Que le hiciste?
-Nada-dijo él alzando las manos al cielo, como si fuera culpable de algún delito.

Antes de que Kat pudiera replicar volvió la camarera con una pluma y una pequeña libreta.

-¿Que van a ordenar?-dijo Griselda
-Yo quiero una sopa outaping y pollo asado con papas-dijo Dereck viendo el menú.- Y tráeme un vino Royal Cabinet del 80

La chica explico mientras escribía.

-¿Y usted?-preguntó dirigiéndose a Kat
-Lo mismo

La comida estuvo deliciosa tenía que reconocerlo. Dereck estuvo charlando la mayoría del tiempo explicándole a Kat la historia que tenía California, y a menudo hacia bromas de que si seguía llendo al mar constantemente temía que se empezará a convertir en un sirenito. Kat río y se sintió extraña casi consigo misma. Desde la muerte de sus padres nunca había vuelto a reír. Hasta ahora. Se sentía feliz, segura y todo se lo debía a Dereck. Aunque no era muy íntima con su primo y no lo veía mucho se alegraba de tener un pedacito de su familia.

Cuando llegaron a casa, Dereck salió primero y ayudo a Kat a bajar del carruaje.
Los hermanos Lubally los esperaban en la puerta de la casa, se mostraban muy serios, tenían los brazos cruzados, los hombros rígidos y cada uno estaba recargado en un extremo de la puerta. Cuando Kat y su primo se acercaron a ellos, los hermanos se separaron de la puerta, aun rígidos; Dayron miro a de reojo a Kat y ella pudo ver un pequeño cambio en su rostro, aunque si alguien le preguntara que había sido, no sabría decirlo.
Elliot se acercó a Dereck y dijo:

-Tenemos problemas.

Una Vida Después de la Muerte.Where stories live. Discover now