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♡ 18 ♡

El baño de la habitación principal se encontraba en completo silencio, el joven empresario se hallaba hundido en la bañera, con una copa de champagne en su mano, agitandola levemente. Su mirada no tenía rumbo fijo, simplemente contemplaba el mármol de la pared mientras su mente divagaba frustrada en todo lo vivido y, en especial, el porvenir.

Si debía ser sincero, estaba muy tenso por lo que podía suceder en aquella fiesta. Las palabras de su tío sobre la opinión de su padre con respecto a su antigua pareja no eran novedad, Zayn lo sabía perfectamente.

Colette, a pesar de ser una joven educada y cariñosa, no era la mujer que deseaban que estuviese a su lado, pues sus padres creían que la joven incentivaba al moreno a ser más despreocupado y rebelde, lo cual, en parte era cierto, pues antes de conocerla, Zayn no solía ser así hasta comenzar a relacionarse con los amigos de su, en ese entonces, pareja. Pero aún así, a él menor no le importaba en lo absoluto, porque estaba enamorado.

Y no fue hasta ver a su padre en un ataud que debió cambiar, ser como su familia, vivir de la apariencia sin importar su felicidad. No era algo de lo que se sentía a gusto, pero era su deber. La imagen de su familia caía sobre sus hombros al ser el heredero, y lo único que debia hacer, era mantener una apariencia seria y sofisticada, como el resto de empresarios.

Le causaba cierta gracia el hecho de mostrarse "perfecto" ante aquellas personas, porque, así como el no era lo que aparentaba, los demás tampoco. Para el moreno siempre fue fascinante como la gente con el poder adquisitivo que él tenía, fingía ser perfecta y juzgaba a los que no lo eran, cuando sabía a la perfección que nadie era así, todos tenían secretos, todos.

— ¿Zayn? Qué vestido crees que...—el hombre se sobresaltó al oír a la menor entrar al baño con dos vestidos en sus manos.

— ¡DIABLOS, VALERY! —gritó del susto mientras apoyaba una mano en su pecho.

— ¡Oops! —la menor río al verlo en la tina. —Lo siento, no sabía que estabas bañandote.

— ¡Voltea! ¡Estoy desnudo! —exigió cubriendo su intimidad con algo de sonrojo en sus mejillas.

—Oh, vamos, como si ya no te hubiera visto desnudo, Zayn. —la menor rodó sus ojos ante el dramatismo que estaba haciendo el hombre.

— ¡Valery! —la regañó mientras suspiraba frustrado por la situación.

—Bien señor pudor, solo vine aquí para que me ayudes a escojer vestido y me iré, eso es todo. —bufo molesta mientras se cruzaba de brazos.

—¿Vestido? —La observó extrañado ante sus palabras.

—Sí, para mañana. Sé que es importante para ti por eso quise escoger los mejores que tenía y creo que uno de estos dos podría ser el indicado —alzó ambas prendas. —No sé mucho de tu familia y por eso quería tu opinión para no arruinarlo. —el ceño fruncido del hombre se deshizo al notar como la menor parecía muy interesada en ayudarlo.

—De acuerdo. —contestó apenado por haberle gritado. —Lo siento, yo... Estoy algo estresado —se intentó excusar.

—Ya lo creo y por lo que veo ese baño relajante no te esta haciendo efecto. —habló con una mueca de lado —Yo también estoy nerviosa por ésto, Zayn, no todos los días conoces a la familia de tu novio falso. Pienso que es una terrible idea, pero tú me ayudaste a salir de las calles y me das más de lo que merezco. Supongo que te lo debo. —el hombre sonrió enternecido por sus palabras. —Entonces... ¿Vestido cortó y rosado? O ¿Vestido largo y dorado con abertura en la pierna?

—Mmm... Creo que ambos te quedarían bien, pero creo que lucirás mejor con el dorado —opinó.

—Mmm... Tienes razón. Es elegante y delicado, pero esa abertura da un toque sensual. Además, si todo sale mal y quieres tener sexo, será más sencillo. ¡Que listo eres, Zayn! —lo felicito con una sonrisa en sus labios. El mayor negó entre risas ante la sinceridad y lo perversa que llegaba a ser la menor. —Bien, gracias. —agradeció mientras lo observaba. —Tú... Olvídalo —se retractó para luego darse la vuelta.

—Valery —el mayor la llamó antes de que saliera de la habitación. —¿Te gustaría entrar conmigo? —preguntó observandola con una sonrisa de lado. La menor sonrió ampliamente.

—Creí que nunca lo dirías. Hasta estaba buscando la forma de pedirtelo indirectamente. —contestó con honestidad. —Enseguida regreso—chilló de la emoción para luego correr a su habitación con las prendas que tenía en sus manos.

El hombre río por lo bajo ¿Qué poder tenía Valery para lograr tener todo lo que quisiera de él? No lo entendía, no comprendía porque sentía la necesidad de darle todo con tal de ver su sonrisa. Una respuesta siempre rondaba su mente, pero no podía aceptarla, simplemente intentaba dejar su duda rondar en su cabeza.

Cuando la puerta del baño se abrió nuevamente la menor entró con una bata cubriendo su cuerpo.

—Espero que el agua no este muy caliente, mi piel es muy sensible. —comentó mientras dejaba caer la prenda al suelo ante los ojos del hombre para quedar completamente desnuda. —¿Te gusta lo que vez? —se burló ante su mirada atónita. El mayor no dijo nada, simplemente bajó su mirada al agua y sintió sus mejillas tomar color. La joven comenzó a entrar en la bañera frente al hombre, deleitándose con la temperatura ideal y lo bien que la hacía sentir. —Oh... Esto es increíble. —susurró mientras relajaba su cuerpo frente al moreno.

—¿Placentero? —la observó con picardia.

—Dios... No sabes cuanto. Es como hacerlo durante horas. —contestó mientras cerraba sus ojos.

—Bueno, yo puedo enseñarte formas de tener placer sin tener que hacerlo. —comentó mientras servía la copa nuevamente y se la tendía —Toma, no te emborracha, pero también relaja. —la joven aceptó la bebida y tarareo internamente.

—Ahora entiendo como has sobrevivido tanto tiempo sin sexo, esto es el cielo. —el mayor río ante sus palabras y la tomó de la mano —¿Qué?

—Ven —la acercó hasta su cuerpo y la acomodó en su regazo. La menor envolvió sus brazos en su cuello mientras lo observaba intrigada. —Ésto te gustará aún más. —acercó su mano al panel de la bañera y está comenzó a provocar millones de burbujas.

—Oh por dios —la menor río al observar su alrededor cubrirse de espuma. —es increíble

El mayor sonrió complacido al ver la felicidad que parecía causarle aquel simple acto, Valery parecía una niña pequeña jugando con las burbujas y la espuma. Le sorprendía tanto como aquella mujer podía mostrarse de una manera seductora y descarada, a una más inocente y pura. Sin duda adoraba las formas de ser de la joven, sin importar cuál fuese.

Valery lo observó con una sonrisa en su rostro y mordió su labio al notar su mirada. Sin decir nada, se recostó en el hombro del moreno y escondió su rostro en el hueco de su cuello mientras disfrutaba de aquel baño.

—Me gusta que quieras hacerme sentir bien. —habló sin más mientras acariciaba su pecho —desearía que también fueses así en la cama. —Zayn no dijo nada, solo río por lo bajo —¿Cómo logras que la pase bien contigo sin la necesidad de estar en una cama?

—No lo sé. ¿Tú como logras hacer que te dé todo lo que quieras sin siquiera pedirlo? —La menor lo observó sorprendida y con una sonrisa en sus labios.

—Supongo que es un don natural. O tal vez es el hecho de que has estado mucho tiempo solo. —el hombre no dijo nada, solo la observaba sin respuesta alguna. —¿Alguna vez no has sentido la necesidad de estar junto a alguien? ¿Volver a enamorarte?

—Todo el tiempo. —confesó —pero no me lo permito, intento no hacerlo porque mi vida debe mostrarse perfecta, y no me gustaria que esa persona deba mentir por mí toda su vida.

—Y si... ¿A esa persona no le importa? ¿Y si es capaz de mentir solo para estar contigo y ser feliz? —el mayor parecía haberse quedado sin palabras. Trago saliva, nervioso, sin saber que decir. Valery simplemente lo observaba con calma, neutra ante sus preguntas. Al notar que no obtendría respuesta, sonrió acariciando su mejilla con suavidad —Se que tu vida no es como aparenta, pero aún así, no tienes por qué ser infeliz. Piénsalo. —y sin nada más que decir, la joven dejó un pequeño beso en su mejilla y salió de la bañera. Una vez que estuvo cubierta por su bata nuevamente caminó a la salida.

—Valery... —atrajo su atención —recuestate en mi cama. Quiero que duermas conmigo. —la menor no dijo nada, simplemente mordió su labio y asintió para luego marcharse y dejarlo sólo.

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