C I N C U E N T A y U N O

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Una especie de máscara cubre mi rostro por completo, ocultando mis rasgos del exterior mientras soy trasladada por la escolta real de Noam a través de su reino, al cual había llegado gracias al viaje por fuego de Utarah tras una dolorosa despedida con mi hija, a quien había amamantado por última vez antes de partir mientras murmuraba cuánto la amaba entre lágrimas.

El único ojo que tengo al descubierto me permite ver el gran castillo hecho de sombras que se alza frente a mí, tiene tres torres y puentes de lo que parece ser carbón conectan con cada una. Nos detenemos ante un par de puertas de bronce y esperamos a que nos den el pase al castillo. Una vez dentro encaminamos nuestros pasos a la tercera torre, en la puerta Noam nos espera con majestuosas ropas y una brillante corona.

—Seas bienvenida, Nyxia de las tierras humanas. —Habla en voz fuerte e imponente, hago una profunda reverencia, respetuosa. —Acompáñame a tus aposentos, por favor. —Asiento, sin pronunciar palabra alguna, y lo sigo dentro de la torre, donde una escalinata de bronce nos recibe. —Espero y estés en forma, que debemos subir por lo menos doscientos escalones de estos.

Un paro cardíaco y doscientos tres escalones después llegamos a lo que sería mi piso en la torre, Noam abre la puerta hecha de carbón, enarco una ceja, intrigada ante el material, y tomo la llave que me ofrece, la cual se enrosca entre mis dedos y se pierde en mi piel con la forma de un tatuaje. Interesante.

—Así nunca la perderás, o te la robarán. Con esa llave serás la única dueña de este piso, ni siquiera yo o Utarah podremos abrir la puerta, mucho menos nuestros súbditos.

— ¿Nuestros?—Me quito la máscara y dejo que mi rostro se refresque, la lanzo sobre una mesita de carbón y me cruzo de brazos. — ¿De qué me perdí? ¿Y por qué hay cosas hechas de carbón si eres un Fallow y no un Ashmoke?

—Porque ambos reinos están unidos, Utarah es mi esposa. —Lanzo un silbido, demasiado sorprendida como para decir nada. —No digas nada, fue un matrimonio arreglado para unir nuestros reinos, y hasta la fecha funciona.

— ¿Es difícil?

—Malditamente demasiado, pero le he tomado cariño con el paso de los años. —Se encoge de hombros, visiblemente incómodo, y se aclara la garganta. —Enviaré a un par de sombras para que te sirvan la cena. —Asiento, él me imita y chasquea los dedos. —Lo olvidaba, mañana vendrá alguien de nuestra entera confianza para entrenarte como es debido, la batalla está cada vez más cerca y eres demasiado débil por tu condición humana, por lo que tenemos que mejorar eso.

— ¿Contrataron a un entrenador personal? ¿De verdad?

—Te trajimos aquí con la excusa de que eres de las mejores asesinas humanas del mundo, sospecharán si tu coordinación y fuerza siguen siendo como son.

— ¡Noam!—Golpeo su brazo, él sonríe, divertido.

—Es una crítica constructiva, Nyxia, cálmate. Y descansa una vez que hayas cenado, tu entrenador será despiadado.

—Sí, sí, sí, como diga, rey Noam.

.....

Me encuentro desayunando lo que parece ser cereal humano cuando mi puerta se enciende en su centro, me pongo la máscara para cubrir mis rasgos y voy a abrir, encontrando a un enorme y extremadamente musculoso hombre esperando en el umbral.

—Mi nombre es Socram, tu nuevo entrenador. —Se presenta, abriéndose paso a mi lado, cierro con una patada y asiento. —El rey me ha comunicado que no hablas, pero escuchas. —Asiento, impasible. —Con eso será más que suficiente. Ahora, ve a cambiarte, te espero en el ala de entrenamiento.

Luz de lunaWhere stories live. Discover now