T R E I N T A y S E I S

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Paso las yemas de mis dedos sobre las facciones relajadas de mi padre en una caricia, sintiendo la atenta mirada de Jagger, Zek y Adán sobre mí, finjo no hacerles caso y sigo apreciando a mi padre y su estado comatoso.    

Lo bueno en todo esto es que está vivo, en coma, pero al menos su corazón late.

-Algo es mejor que nada, ¿no?-Susurro en respuesta, la siento hacer un gesto afirmativo y no aporta nada más. - ¿Cuándo debemos regresar con el Consejo? -Inquiero mirando a los licántropos, ellos comparten una mirada y me dejan pasar cuando salgo de la habitación.

-En media hora, están terminando de arreglar el desastre que tu llanto ocasionó. -Asiento y regreso a la habitación que me han asignado, donde me espera un vaso mediano lleno de sangre sobre la mesita de noche.

El aroma entra en mi sentido del olfato, ocasionando dos reacciones en mi cuerpo, una de ellas son las náuseas y la otra es el deseo por el líquido escarlata, por lo que, antes de arrepentirme, bebo hasta la última gota en el vaso, sintiéndome mejor un instante antes de sentir cómo mi estómago lo rechaza, cubro mis labios con una mano y me apresuro a llegar al baño, donde irrumpo sin tocar, escucho el grito en protesta de Artie cuando lo empujo con fuerza sobrenatural, tiro de la cadena, conteniendo las náuseas, y una vez que el agua vuelve a ser cristalina dejo que el vómito salga, sostengo con fuerza la cerámica del inodoro mientras las arcadas me atacan, Artie grita algo mientras sostiene mi cabello.

- ¿Pero qué carajos...?-Escucho exclamar a Zek, jadeo en busca de aire antes de tener otra oleada de vómito, el cual viene con bilis. Asco. - ¿La embarazaste, idiota?

- ¡¿Que él qué?!-Pongo los ojos en blanco y me siento sobre mis talones, Judhead pasa un trapo húmedo por mi frente y después por mis labios y barbilla, limpiando los restos del vómito.

-No estoy embarazada. -Gruño, levantándome. -No puedo tener hijos, imbécil, ninguna Vadook puede. -Explico, todos suspiran de alivio, inclusive Jagger.

-Genial, soy demasiado joven para ser hermano mayor.

- ¿Joven, dices? Pero si tienes como cuarenta y tantos años. -Me mofo, él rodea mi cintura con un brazo y me ayuda a regresar a mi habitación. -Dejen de observarme así, no voy a desvanecerme, ni vomitar. -Gruño al sentir las miradas cautelosas de todos sobre mí, algunos apartan la mirada, el resto se abstiene de hacerlo.

-En realidad, estoy por cumplir los cincuenta y cuatro. -Aclara Tanner mientras me arropa, me hago a un lado en la cama y palmeo el lugar libre, él se acuesta, feliz.

-Todo un anciano. -Le pico un poco, él gruñe en broma y ambos terminamos riendo a carcajadas, pasa un brazo por mis hombros y me pega a su costado, lo abrazo por el abdomen.

-Yo sí fui real, Lyd. Cada palabras, cada gesto, cada risa. Fue real, no una tetra para ganarme tu confianza. -Murmura contra mi cabello, aumento la fuerza en mi abrazo y asiento, cerrando los ojos.

-Me alegra saberlo. -Besa mi cabello y comienza a acariciarlo, comienzo a adormilarme, sin embargo, Kristoff interrumpe lo que iba a ser una buena siesta entrando de golpe en la habitación.

- ¿Por qué vomitaste de esa manera? ¿Estás completamente segura de que no estás embarazada? Porque Jagger me lo contó todo, y en ninguno de sus encuentros usaron un maldito condón. Y no voy a exponerte al Consejo estando embarazada.

-Estoy segura, el vómito fue causado por mi nueva repulsión a la sangre, digamos que Marcus me torturó un poco cuando estuve a su cargo y ahora no puedo ingerir sangre sin vomitarla instantes después.

-De acuerdo, entonces vístete, tenemos la estúpida reunión con Marcus. Y, Lyd, ve con tu apariencia humana, después de todo, eres parte de esta familia. -Intento mantener los sentimientos que sus palabras provocan en mí mientras asiento, Tanner me señala un rincón en la habitación y se va, cerrando la puerta tras de sí.

Luz de lunaWhere stories live. Discover now