D I E Z

3.4K 440 34
                                    

Observo el reflejo de mi cuerpo en el espejo, notando que mi cabello es más gris que dorado, uno de mis ojos sigue en proceso de cambio mientras que el otro ya es azul turquesa con motas color cobalto, y mi piel se debate entre el blanco y el bronceado natural que siempre he tenido por color de piel. Giro mi cadera y bufo al ver mi nuevo trasero, el cual, tal y como pasó con mis pechos, ha aumentado en dureza y tamaño. Perfecto. Salgo de mi habitación y bajo a la cocina, donde, una vez que entro, todos detienen sus movimientos y guardan silencio, gruño, fastidiada.

— ¿Ahora qué?

—Solo estamos admirando tu maravilloso y nuevo culo, Lyd, relájate. —Me golpeo la frente con la palma de mi mano e ignoro a Tanner luego de meditarlo, caminando a mi lugar asignado a la mesa.

— ¿Qué hay para desayunar?

—Para ti un rico batido de moras y sangre tipo O- . —Ante sus palabras, mi estómago ruge, por lo que me apresuro a beber de la pajilla sobresaliente del vaso de cristal que Jagger me tiende, al terminar la bebida le hago ojos de cordero. —No.

—Tengo mucha hambre.

—Hay un desayuno humano.

—Pero quiero sangre. —Hago un puchero y todos, menos Jagger, se enternecen. —Por favor.

—No, Lydia, debes aprender a controlar tu hambre, lo siento. —Mi expresión cambia a una asesina y me cruzo de brazos, retándolo con la mirada, el maldito se mantiene firme.

—Bien. Aliméntenme. —Pido y rápidamente me pasan un tazón con huevos, salchichas y tocino.

.....

Paso la página del libro que habla detalladamente sobre mi especie, Vadook, y continúo leyendo, absorbiendo y descartando datos, frunzo el ceño ante un dato y levanto la mirada, fijándola en Kristoff, quien al sentir mi mirada deja de lado unos papeles y me observa.

—No entiendo esto. —Digo y me levanto, me acerco hasta él y me siento a su lado. —Su llanto puede ser la salvación para amigos y la devastación para enemigos, ya que bien podrían sanar una herida profunda, inclusive traer a alguien de regreso de la muerte, con una sola de sus lágrimas, como también pondrían fin a la vida de cualquiera que sienta o escuche su llanto. —Leo con fluidez y luego miro a mi padre adoptivo, quien observa a la nada con aire pensativo.

— ¿Qué es lo que no comprendes? El texto es claro.

—Es que... ¿si me pongo a llorar ante un, no sé, enemigo, alguien que no me agrade del todo, puedo matarlo?

—O dejarlo al borde de la muerte. Pero no, Lydia, no es así como funciona, menciona el llanto, no llorar, son cosas diferentes. Cuando lloras puede ser por algún sentimiento del momento, en cambio, el llanto es algo más profundo, viene de una furia, tristeza o frustración desmesurada, ¿comprendes?

—Creo que sí. —Cierro el libro y me levanto, lo dejo en el brazo del sofá y salgo de la oficina subterránea, subiendo los treinta escalones de madera y terracota hasta llegar al primer piso de la casa de cristal. — ¿Cuándo podré ver a Jameson?—Inquiero a Artie, él se encoge de hombros y señala a Scott.

—Él es el encargado de tu amigo.

—Jameson no quiere ver a nadie por el momento, Lyd.

No deberías mentirle.

— ¿Quieres acaso que le cuente la verdad y tenga una crisis?

— ¿Qué están ocultándome?—Gruño y me cruzo de brazos, intentando lucir intimidante.

Luz de lunaHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin