V E I N T I C U A T R O

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Rebusco en mi baúl y saco una por una las prendas que estoy por ponerme, hoy es nuestro primer día en el instituto y todos queremos dar una buena primera impresión. Me quito el pijama y comienzo a vestirme mientras escucho cómo Zek y Jagger pelean por usar la ducha, pongo los ojos en blanco, es por eso que me duché anoche.

Acomodo mis pechos dentro del sujetador de encaje negro, me pongo el top de lana gris con el pronunciado escote en V y enfundo mis piernas en jeans negros con rasgaduras a lo largo de ambas piernas, dejando partes de mi piel a la vista. Calzo mis pies en un par de botas de tacón negras y voy a verme al espejo, donde me pongo rímel, delineador negro a lo largo de ambos párpados y labial color tinto, mi cabello cae con libertad por mi espalda y hombros, ondulándose ligeramente en las puntas.

Salgo de mi habitación, siendo recibida por Darla, y Jagger detiene la disputa para observarme abiertamente, Zek toma ventaja de ello y se adentra en el baño, cerrando la puerta en las narices de Jagger cuando él se da cuenta.

— ¿Y? ¿Qué tal me veo?

—Bien, pero te hace falta algo. —Me hace a un lado, entrando en mi habitación, y comienza a rebuscar en mi baúl hasta sacar lo que busca, me lo tiende con una pequeña sonrisa de lado. —Ahora sí que parecerás una de nosotros.

— ¿Antes no lo hacía?

—Antes estabas pendiente a lo que dijeran los demás de ti y la supuesta maldición de tu familia, ahora eres libre de todo eso. Esto que estamos haciendo, es un nuevo comienzo, donde eres Eridan Abels, mi mejor amiga en nuestra historia de tapadera, y sobrina del profesor de teatro, y no Lydia McCoffin, huérfana maldita y última sobreviviente de los McCoffin.

Me limito a observarlo fijamente, mientras una docena de sentimientos encontrados hacia su persona me abordan, trago con fuerza y me largo a la cocina tras arrebatarle la chaqueta, me la pongo y comienzo a preparar el desayuno, el cual consiste en un vaso de leche con chocolate para uno. Alguien, Zek, debe ir a hacer las compras pronto.

— ¡Apresúrense o llegaremos tarde!—Rujo, practicando mi voz de Alpha, la cual parece surtir efecto, ya que Zek cierra de inmediato el paso del agua e intercambia lugar con Jagger en cuestión de cinco segundos, sin siquiera molestarse en cubrir su desnudez. — ¡Cubre eso, Zarek, no jodas!

Diez minutos después corremos escaleras abajo, saludamos al portero del edificio y salimos del mismo, reviso la hora en el reloj de Jagger y nos insto a apresurar el paso, las mujeres con las que nos cruzamos me observan maravilladas ante mi equilibrio sobre los tacones, pues estos no son de lo más bajos que digamos, les guiño un ojo a unas cuantas y por fin llegamos a la entrada del instituto, un par de estudiantes voltean a vernos.

Yergo la espalda y acomodo mi cabello mientras que mis acompañantes adoptan miradas sombrías y ligeramente amenazadoras, por mi parte, sonrío con picardía y de lado, y encabezo la marcha hacia la entrada, contoneando ligeramente las caderas mientras ambos me flanquean. Entramos en la institución y algunos detienen lo que sea que estén haciendo para mirarnos, trago de manera imperceptible y continúo mi camino, dirigiéndonos a la coordinación, donde Wolfgang dejó nuestros horarios, eso según lo que nos dijo por el enlace antes de marcharse con Jameson media hora atrás.

—Jameson está en el segundo piso, ve con él, nos vemos en el almuerzo. —Digo a mi primo, él asiente, besa mi cabeza y se marcha por el pasillo, miro a Jagger. —Vamos, tenemos que encontrar el aula de primeros auxilios.

Me sigue sin chistar, dirigiendo miradas poco amigables a cualquiera que se atreviera a mirarnos dos veces por encima del hombro, pongo los ojos en blanco y le ordeno que pare por medio del enlace, él bufa y, tomándome por sorpresa, entrelaza nuestras manos, acercándome a su cuerpo.

Luz de lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora