T R E I N T A y C I N C O

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Vuelvo en mí haciendo una mueca ante el horroroso dolor de cabeza, bufo y entreabro los ojos, buscando alguna fuente de luz que pueda lastimarlos, al no encontrar ninguna los abro por completo y miro mi entorno, incorporándome con lentitud en la mullida y desconocida cama. 

—Por fin despiertas, comenzabas a preocuparnos. —Miro hacia el rincón más oscuro de la habitación donde Jagger me escruta con atención con sus ojos Hazel, le frunzo el ceño de inmediato. — ¿Y esa expresión por qué es?

—Me engañaron. —Me levanto de la cama y comienzo a caminar con lentitud hacia la puerta, él se acerca a mí con la misma rapidez. —Ustedes solo se ofrecieron a ser mi maldita familia de acogida por ser lo que soy.

—Ese fue el principal motivo, sí, pero todo fue distinto después.

—Serías un total imbécil si piensas que voy a creer eso después de lo de esta noche.

—Lydia, es cierto, te convertiste en alguien muy importante para nosotros después de conocerte.

—No voy a escuchar más de tus mentiras. —Me abalanzo hacia la salida, lamentablemente él es mucho más rápido que yo y logra cortarme el paso, doy un chillido de animal furioso y herido mientras me remuevo como una fiera entre sus brazos, buscando liberarme, él me maldice entre dientes una y otra vez.

— ¡¿Qué está pasando aquí?!—Ambos detenemos nuestra pelea ante el rugido de Kristoff, Jagger me suelta y yo arreglo mi cabello con el ceño fruncido, evitando mirar al Alpha. — ¿Podrían explicarme por qué sonaban como un par de hurracas intentando arrancarse los ojos mutuamente?

—Intentaba salir de aquí. —Y para enfatizar mi punto, paso por su lado, Scott me impide el paso con los brazos cruzados y los músculos tensos, enarco una ceja. — ¿Ahora qué?

—No puedes irte. —Miro sobre mi hombro a Kristoff, desafiante.

— ¿Por qué? Ah, claro, porque según ustedes soy su maldita muñeca del vudú. —Cruzo los brazos sobre mi pecho y alzo la barbilla. —Estoy en lo cierto, ¿no? Bueno, entonces déjame decirte que yo no tengo un maldito dueño, seré una Vadook, sí, pero no soy de nadie.

—Lydia, comprende, nosotros no somos como Marcus y los suyos.

— ¿No?—Asiento, poniendo ahora las manos en mi cintura. —Entonces dime, si Marcus no hubiera encontrado a mi familia, ¿tu manada y tú no nos habrían dado caza?—Aparta la mirada, chasqueo la lengua, tratando de ignorar el nudo en mi garganta. —Con eso me demuestras que no hay mucha diferencia entre Marcus y tú.

Devuelvo mi atención a Scott y trato una vez más de pasar por su lado, él me lo impide, por lo que adopto rápidamente mi apariencia Vadook y me hago un corte profundo a la altura de las costillas, él hace un gesto de dolor, doblándose sobre sí mismo, sonrío y me apresuro a salir de ahí, corriendo escaleras abajo hasta llegar al primer piso, una vez ahí busco la entrada principal, donde Shane y Tanner parecen custodiar.

—Chicos. —Mis ojos extrañamente se cristalizan al verlos, ellos me miran rápidamente y corren a abrazarme, mi barbilla descansa sobre los hombros de ambos mientras me alzan y aprietan contra sí. —Oh, cómo los extrañé.

— ¿Vas a llorar? ¿Tú?—Inquiere con mofa Shane cuando se apartan y ven mis ojos.

— ¿La chica sin sentimientos?—Continúa la broma Tanner, limpiando con la yema de su dedo la lágrima que logra escapar, golpeo a ambos en el abdomen. —Tienes un aroma extraño.

—No me he duchado en tres meses, ¿será eso?—Digo medio en broma ellos fingen apartarse con muecas de horror, suelto una estruendosa carcajada antes de recordar lo que intentaba hacer antes de encontrarlos, ellos notan mi seriedad y se ponen alertas, hago un puchero. —Déjenme ir.

—Lindo pucherito, Lydia, pero papá me colgará de las bolas si dejo que escapes. —Hago una mueca de fastidio hacia Tanner, él se encoge de hombros. —Adoro mis bolas, y Jagger siempre cumple lo que promete, por lo que no pienso arriesgarme.

—Gallina. —Muerdo el interior de mi mejilla y suspiro, negando con la cabeza mientras cambio a mi lado sobrenatural. —Entonces no me dejan de otra, los siento, chicos.

Formo un puño con mi mano y golpeo el ojo derecho de Shane antes de que siquiera logre procesar mi movimiento, preveo el golpe de Tanner en defensa de su hermano y logro esquivarlo, golpeo dos veces su rostro y después lo pateo en las costillas con mi rodilla, mandándolo varios metros lejos. Shane rodea mi cuello con su antebrazo, ejerciendo presión para dejarme inconsciente, farfullo una maldición y golpeo su tabique nasal con mi cabeza, su sangre se derrama rápidamente por mi cuello, ensuciándome, y pronto está fuera de combate, momentáneamente. Corro hacia la puerta.

—Abandona este lugar y tu padre se muere. —La voz de Jagger suena autoritaria y amenazadora, deteniéndome cuando estoy a un paso de mi libertad, lo observo con rapidez, sintiéndome traicionada.

—Pagarás por esto. —Murmuro dando un paso atrás y cerrando la puerta con un portazo, limpio una lágrima mientras lo escucho bajar las escaleras y lo miro con odio absoluto cuando lo tengo ante mí. —Yo misma cortaré tu cabeza cuando tenga la oportunidad.

—Bonita amenaza, ahora, regresemos a tu habitación que Kristoff debe marcarte para deshacernos del control de Marcus sobre ti.

Paso frente a él y troto escaleras arriba con los Smeed pegados a mis talones, ignoro a Judhead y a Artie cuando paso frente a ellos, me adentro en la habitación y tomo asiento en la silla, la cual no sé de dónde ha salido. Kristoff me observa fijamente mientras convierte su mano derecha en garras, aparto la mirada de mi antigua manada y dejo que mi cicatriz aparezca, acabando con el espejismo que mi lado sobrenatural y yo creábamos, todos parecen horrorizados al observarla.

— ¿Marcus te hizo esto?

— ¿Quién más sino?—Mi irritación es palpable en mis palabras, Kristoff parece ignorarlo.

—Cuando te marque la cicatriz desaparecerá, ¿bien?—Asiento sin acotar nada más, él suspira. —Va a dolerte un poco.

—Conozco el dolor, solo hazlo y ya. —Llevo mi mirada al techo y espero el dolor en mi rostro, sin embargo, este no llega, o al menos no en ese lugar. Frunzo el ceño mientras el escozor y dolor se extienden por un costado de mi muslo, y miro con confusión a Kristoff, quien limpia sus garras en un trapo de cocina. — ¿Por qué...?

— ¿No lo hice en tu rostro? Porque no es necesario, puedo marcar cualquier parte de tu cuerpo y funcionará por igual. —Arroja el trapo ensangrentado a un cubo de basura y me observa con una ceja enarcada. —No soy como Marcus, entiéndelo de una vez.

—Mismos motivos, diferentes medios. Sigue sin haber mucha diferencia entre ambos. —Me levanto de la silla, sintiendo a mi pierna temblar un poco debido a la herida reciente, y miro a Jagger. —Quiero ver a mi padre, y no está malditamente a discusión.

—Sígueme. —Se limita a murmurar, contengo una sonrisa de satisfacción y me abro paso entre los cuerpos de los integrantes de la manada. —Debo advertirte una cosa antes de que entres. —Posa una mano en la perilla de cobre de la habitación, asiente, impaciente por verlo. —Como sabes, lograste devolverle la vida con tu llanto, pero... el morir dejó secuelas en él.

— ¿Qué es? Dilo de una vez, Jagger.

—Desde que revivió no ha despertado. —Una chispa de preocupación brilla en su mirada, comienzo a palidecer lentamente. —Creemos que está en coma, Lyd, y no sabemos si despertará algún día.


 —Creemos que está en coma, Lyd, y no sabemos si despertará algún día

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Luz de lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora