Capítulo 7: El favor de Jaskier

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La época del calor llegó a su fin, la nieve caía del cielo pintando de blanco las montañas y los tejados.
Lejos de todo, una taberna resguardaba a muchos hombres de un frío atroz, en donde uno de ellos hablaba con miedo.
Con sangre seca en la frente y oliendo a sudor, el tipo estaba frente a Jaskier el bardo.

–¡Todo esto es real!– afirma a todos el pobre hombre atemorizado –Se tragó a toda la villa... ¡Cuerpos completos!– muchos lo miraban con burla y otros lo acompañaban en su horror.
–No me mires así idiota, es por eso que decidieron llamarlo a él– se pone de pie y alza la voz
–¡Al lobo blanco!–

Todos hacen un sonido de sorpresa.

–Se quedó en medio del lago congelado– narra con voz misteriosa –Como si supiera que vendría por él... el hielo se desquebrajó, ¡Era la bestia saltando lista para atacar!... Jamás había visto algo igual, puede devorar un barco con su inmensa boca y diabólicos dientes!–

La gente escuchaba con miedo, sin decir una palabra, las mujeres mordían sus uñas, los más viejos sentían su piel entumecerse.

–Y.... se tragó al brujo... entero–

Hubo tensión en el aire hasta que alguien rio: Jaskier, quien estaba escribiendo, sentado en una mesa, con una pluma y un papel.
–Esto si que es oro puro– se ganó la mirada asesina del hombre que contaba su historia.
–Oh, lo siento, es que Geralt es muy tacaño con los detalles... ¿y luego que pasó?–

El hombre bajó la mirada
–Murió...–

La gente hizo un ruido de tristeza y horror.

Jaskier no parecía conforme
–Ñe, está bien– y siguió escribiendo

–Oye– lo llamo furioso –Estuve ahí, ¡lo vi con mis propios ojos!–

Un estruendo se oyó cuando la puerta fue violentamente empujada, todos giraron por instinto para encontrarse con una figura mal oliente cubierta de sangre. Geralt de Rivia había entrado, bañado en tripas.
La gente se tapaba la boca y la nariz con asco debido a que el hedor era espeso.

–¿Vez?– señaló Jaskier y volvió a reír.

El brujo ignoró olímpicamente cada mirada y comentario hasta avanzar a la barra de la taberna.

–¿Qué es eso?– preguntó el hombre

–Tripas de Selkiemaw, decidí matarla desde adentro, ahora quiero mi paga–

Jaskier se puso de pie para cantar
–Lanza una moneda, valle de abundancia, oh–. Luego todos cantaron con él, a su vez que Geralt recibía su bolsa de oro.

–¡Lanza una moneda, al amigo de la humanidad, si!– las risas estruendosas llenaron la taberna.

–¡Gracias!– se alagó a si mismo el bardo.

Geralt solo sacó un par de monedas de su paga y pidió un trago.

–De nada– dijo Jaskier de cerca.
–Ahora, brujo, es hora de pagar tu deuda–

Geralt tomó un tarro y bebió para escupir de inmediato, el dueño había servido agua enjabonada para Geralt y este lo había bebido sin fijarse. Escupió de nuevo y miró mal al dueño, este solo se limitó a alzar los hombros.

–"¿Cuál deuda?", te preguntarás mentalmente, pues verás– lo miró de frente –Yo te hice famoso, debería tener el 10% de tus ingresos pero nah– bebe y continúa –Solo te pediré un pequeñísimo e insignificante favor–

–Vete al carajo, bardo– respondió Geralt sin prestarle mucha atención.

–Por un miserable servicio te podrás ganar la cornucopia de delicias terrenales, los grandes maestros de las artes culinarias elaborando bocados dignos de los dioses, mujeres que harían sonrojar al sol mismo con sus sonrisas, y bebidas abundantes...–

The Witcher | La guerreraWhere stories live. Discover now