Capitulo 2 : El Departamento

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-¿Eres rico o algo así?-Le pregunte a Alex mientras íbamos de camino a su casa- Lo digo por tu auto y por cómo te ves.

-No, no soy rico simplemente tengo mucha suerte-su vista estaba fija en la carretera-¿Parezco rico?, nunca lo había oído.

-Creo que para tener un auto así debes de ser empresario o traficante de drogas -reí un poco mientras lo observaba- Espero seas empresario o si no estoy en problemas.

Alex giró su cabeza por un instante y sonrió también luego paso su mano por sobre mis rodillas para abrir la guantera y sacar una billetera de cuero con detalles étnicos en las orillas.

Bajo un poco la velocidad y saco algo de ella, una tarjeta blanca con detalles dorados y negros en las letras, algo muy sencillo y sofisticado.

-Toma-Me entrego la tarjeta en las manos-En esta tarjeta está especificado en que trabajo y quién soy. A demás , ya estabas en problemas cuando te encontré, así que si fuera un delincuente seria la guinda de tu pastel.

-Alexander Brunni, ¿eres italiano o algo?-Pregunte curiosamente aun con la tarjeta en las manos- Suena como nombre de extranjero ¿no?

-Mis padres nacieron en Nápoles yo nací aquí en Madrid-Sus pestañas bajaban y subían lentamente-Cuando era pequeño íbamos y volvíamos de país en país, por eso mismo me considero nómade, no duro mucho en un lugar, esta ciudad a sido mi hogar algunos años y siento que me tiene ahogado.

Automobile Export Business Brunni, ¡vaya! eso si es algo grande y poderoso, algo así como vender deportivos a artistas y futbolistas creo.

-Exportas autos ¿verdad?- Paso la tarjeta por mis dedos mientras le pregunto- ¿Deportivos y cosas así?

-Si Daniela, exporto autos-Me miro de reojo y me sonrojé a más no poder- Ciertamente deportivos, autos del año, ventas a distribuidora, artistas, gente de dinero.

Pasó lentamente la lengua por sus labios y me fije que estábamos entrando en un estacionamiento subterráneo de un lujoso edificio, siempre que pasaba por aquí fuera pensaba que la gente que vivía aquí, era de situación extrema acomodada, incluso tienen una piscina en la azotea y los jardines son estilo mediterráneo.

Bajamos hasta una planta donde los estacionamientos tenían paneles de seguridad, bastante caro al parecer yo simplemente observe asombrada por toda esta tecnología, una voz salto del panel de control.

-Código de entrada- Dice una voz robótica- Reconocimiento de huella

-Reconocimiento de huella-Dice Alex sacando su mano por la ventanilla y pulsando sus dedos sobre el tablero-Adiós amor.

Le dice a la maquina cuando logramos entrar.

-Vamos, que ya llegamos-Se bajó del auto y se dio la vuelta para abrirme la puerta y tomarme de la mano-Este es mi lugar de estacionamiento, page un poco extra para quedar cerca del ascensor.

Caminamos hasta el ascensor cercano de su estacionamiento y subimos, en el panel de este, apretó una combinación de números las cuales hizo que la caja de metal se disparara hacia arriba.

-¿Qué numero pusiste en el panel?-Lo miro curiosa.

-Si te lo digo quizás vendrías a robarme-Ríe y acaricia mi mano-Es una combinación para que el ascensor me deje en el lugar específico de mi piso.

-No sería capaz de robarte, me salvaste-Le doy un pequeño tope con mi cabeza en su hombro.

-Esta es mi casa-Alex salió de la veloz caja metálica y abrió una puerta de madera oscura que se encontraba al frente-Prepárate para ver el lugar más exclusivo de Madrid.

-Se ve que vives bien-Comente mientras el abría su puerta- Es un lugar muy lindo, ¿tiene calefacción?, tengo frio.

-Entonces pasa y te daré una chaqueta o una manta-alargó su brazo hacia mí- No tengas miedo, hay cámaras de seguridad en todo el edificio, si algo pasará todos sabrán que estabas aquí.

Recuerdan el no confíen en extraños que los padres comentan siempre, bueno este era un perfecto momento para ponerlo en práctica pero no. Daniela Acuña debía entrar en el departamento de un hombre mayor el cual había conocido mientras intentaba saltar de un puente, era la perfecta historia para una escena del crimen.

Su departamento era perfecto y hermoso una combinación perfecta de Negro blanco y dorado, al parecer esos eran sus colores preferidos. Un gran sofá de cuero en forma de media luna adornaba el salón principal frente a una espectacular pantalla empotrada a la pared, una alfombra blanca adornaba el piso de mármol negro, seguido de ese salón había una cocina con todos los electrodomésticos en negro excepto la barra y los asientos.

-Esto es hermoso-Abrí mis ojos para ver mejor toda esa maravilla-Creo que tenías razón al decir que era el lugar mas exclusivo.

-Tú eres hermosa-Alex se giró para quedar de frente a mí- Tu lo eres.

-Tú me pones nerviosa-Mi respiración se iba acelerando- Promete que no terminare hecha cubitos y repartida en toda la ciudad.

-Me debes un beso-Sonrió cerca de mi boca-Lo prometo, no te hare cubitos.

-Yo no te debo nada, pedí perdón-Me aleje unos pasos de él y choque mi espalda con una pared-Alex por favor, con calma.

-El perdón no basta- Acercó su boca a la mía y saboreó mis labios con leves toques de su lengua-Eres tan dulce, más dulce que la miel.

No pensé en ningún momento que era lo que ocurría, sus besos eran tímidos pero apasionados, se alejaba cada ciertos segundos para tomar aire y seguir, sus manos tomaron mis mejillas y al apretar de ellas mis labios se separaron un poco más dejando entrar su lengua, la electricidad se apodero de mi cuerpo , dejando pequeñas punzadas bajo mi vientre.

-Alex detente-Dije muy bajito, casi inaudible- ¿Qué sucede?

-¿Te sientes incomoda?-pregunto Alex, preocupado-¿Me detengo?

-Recién nos conocemos y tus besos son exquisitos pero, mi día fue horrible y en realidad quiero dormir y descansar si tu pudieras darme un lugar donde hacerlo, mañana por la mañana ya no estaré aquí-Con mis grandes ojos observándolo rogué un poco con ellos-Vamos mas lento.

Alex se separó bruscamente de mí y camino hacia una de las habitaciones que se encontraba en un largo pasillo levemente alumbrado.

-Aquí tienes una camiseta para que duermas-Se asomó por la puerta de la misteriosa habitación y me llamo con la mano- Este es un cuarto de invitados, puedes dormir aquí hasta mañana, es cómodo y tiene de todo, incluso un baño.

-Gracias Alex, enserio no cualquiera deja entrar a una desconocida a casa-Se veía enojado y algo serio- ¿Estas bien?

-Desconocida-Dio media vuelta y de dirigió al salón-Hasta mañana, dulces sueños, No saltes de la ventana por favor.

Se rió antes de salir así que siento que estamos en paz, me puse firme y detuve sus intenciones de algo más, no era el momento.

Tome la camiseta que Alex había dejado para mí y sentí el perfume de él en la prenda. Soy una estúpida acaso por desaprovechar una aventura de una noche con un hermoso y rico hombre, quizás si lo sea pero en mi conciencia quedara totalmente clara mi posición de una chica decente.

La camiseta me queda grande en realidad y es que mis proporciones comparadas con las de Alex son totalmente distintas, yo parezco un pollito salido de cascaron y él un águila, abro la cama y me meto en ella.

-Que estoy haciendo-Me pregunto antes de dormir- Por favor necesito descansar. 

Cuando cumplas 18// 1 // TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora