La inspiración del lobo

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—¡Ya pasaron varios días! Así que relaja el ceño  —gruñí al escuchar la voz del que se hacía llamar mi mejor amigo—. No fue para tanto...

—¡¿Qué no fue para tanto?! —exclamé, desviando mi mirada del camino por un momento para enfrentar su mirada azulada—. ¿Crees que es sencillo posar para una jodida maldita cámara por una hora?

—Y pudieron ser más, así que agradece que fui yo quien tomó las fotos —refunfuñó Takeshi desde atrás.

Solté un bufido y enfoqué mi atención en la carretera nuevamente. Idiotas... ¡Se aprovecharon de que los lunes eran mis días más ocupados para emboscarme! Justo en el momento más pesado del día, el trío de imbéciles se había aparecido en la pastelería junto a un equipo para realizar una maldita entrevista... y una sesión de fotos. Ni siquiera tuve chance de huir o esconderme porque literalmente me agarraron con las manos en la masa.

—Debes admitir que fue una buena idea —dijo Koji—. Ivanna podrá estar un poco loca, pero es buena en su trabajo.

—Pues yo no lo veo así —refunfuñé.

—Desde el miércoles que salió el artículo, hemos ganado más clientela y los números han crecido. Eso es lo importante, amigo mío —añadió Eriol... Y aunque me costara, debía darle la razón en ese aspecto.

El número de clientes había sido... sorprendentemente mayor y me alegraba mucho, pero... Maldita sea, aún no había superado mi timidez a pesar de los años y me sentía incómodo con tanta atención encima de mí. Jodida publicidad.

—¡Vamos, Shaoran! Todo irá bien —dijo Koji, palmeando mis hombros—. ¡Disfruta la fama!

—Ustedes saben que no es algo que me guste "disfrutar".

—Pues deberás acostumbrarte, porque después del evento de DreamArts, será peor —dijo Takeshi—. Los clientes se multiplicarán al igual que los pedidos, nos solicitarán más entrevistas que, obviamente, aceptaremos, y deberemos hacer campañas publicitarias más grandes. Serás como el Buddy Valastro asiático, así que vete haciendo la idea.

Solté un suspiro. ¿Por qué diablos siempre tenían razón?

Si todo salía bien con el evento de la editorial, que estaba a tan sólo dos semanas, nuestros clientes se incrementarían exponencialmente. Eso se traducía en buenas recomendaciones y ... fama. Los chicos y yo ya habíamos hablado de esto e incluso estábamos considerando ampliar la pastelería y contratar un par de ayudantes extras, porque los chicos y yo no nos dimos a bastos ayer, no me quería ni imaginar cómo sería después... Pero a pesar de lo cansado que podría ser, era emocionante ver como lo que comenzó como un sueño adolescente se estaba convirtiendo en algo tan grande y maravilloso.

En aquel tiempo pensaba que se trataba de cocinar únicamente, pero gracias a los chicos había visto que esto de tener un negocio iba más allá y por eso cada uno de nosotros era importante para que la pastelería fuera exitosa. Un gran trabajo en conjunto.

—Por cierto, ayer hablé con el carpintero y me dijo que para el próximo jueves tendrá listo el stand —llamó mi atención Takeshi—. Debemos ir para dar el visto bueno o decirle si queremos cambiar algo.

—Sólo espero que haya tomado en cuenta todas nuestras recomendaciones —dije.

—¿Bromeas? Ese hombre dibujó en un par de minutos la escena del libro que escogimos —dijo Koji—. Estoy seguro que Len y Mae se verán geniales enfrentándose con sus espadas. CherryLeeUp se sentirá en una jodida nube de felicidad.

Musa de chocolate y cerezasWhere stories live. Discover now