Preludio de dulces cerezas

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Sakura

Tenía tiempo que no me sentía así. El hoyo en el estómago se hacía cada vez más grande a medida que Misa iba leyendo lo que le había traído. Era cierto que me había acostumbrado a sentir nervios y los usaba de impulso para avanzar, pero en esta ocasión me sentía muy presionada porque era lo primero que le traía del tercer libro de la saga "Carmesí". Incluso podría decir que me sentía igual de nerviosa que cuando entregué el manuscrito de mi poemario hace tantos años.

Estrujaba mis manos una y otra vez, y no me atrevía a tomar la taza de té que seguramente estaba ya frío, temía que se me fuera a caer debido al temblor de mis manos.

—Cariño, calma. Estoy segura que le parecerá maravilloso —susurró Tomoyo en mi oreja.

Intenté agradecerle con una sonrisa, pero seguramente me salió una mueca que no fue de su agrado porque frunció su gesto. Dejando ir un suspiro, mis ojos volvieron a Misa en el momento justo que los suyos se despegaban de la pantalla, no había expresión en su rostro y eso me asustó mucho. ¿Así de malo era?

—Aplicaste el esquema que me mostraste la vez pasada —dijo y al verme asentir, una sonrisa comenzó a dibujarse—. Le brindaste un giro sorprendente a la historia y de verdad la sentí más real que en un principio.

—¿En serio? —Ella asintió.

—Debo decir que las escenas picaronas también son muy buenas —dijo, moviendo sus cejas—. Para ser la primera vez que escribes algo de erotismo, te quedó excelente. Sólo debemos pulir algunas cosas en cuanto a posiciones y palabras, como para inyectarle un poquito más de fuego.

—¡Sí, por favor! —exclamó Tomoyo, haciéndome reír.

—¿Quieres leerlo, Tomoyo?

—¿Qué clase de pregunta es esa, Misa? ¡Eso sería sacrilegio! —dijo, ella—. Esperare como una buena fan de la saga hasta que salga el libro con las correcciones pertinentes... pero debo decir que saber antes que todos que esos dos tendrán acción es maravilloso. ¡Se les acabó la sequía!

—Entonces... ¿Si te pareció bueno?

—Amiga, creo que a veces eres muy crítica contigo misma —dijo Misa, palmeando mi mano—. Aun si tienes errores o te desvías del camino, mi trabajo como editora es traerte de regreso.

—Lo sé... y te lo agradezco mucho.

—Bien, ahora vamos a lo más importante —dijo Misa sin soltar mi mano. Ese brillo travieso en su mirada ya lo conocía—. Te inspiraron mucho para escribir esto, ¿verdad?

Lo sabía... Era obvio sacara el tema a colación cuando las escenas de ese tipo se me daban tan mal. Sonreí y ahora sí, me llevé el té hacia mis labios, estaba tibio, pero como era de limón no sabía tan mal.

—¡Vamos, Sakura! Cuéntanos todito, hasta los detalles más sucios.

—No voy a hacer eso, Tomoyo —dije, riendo.

—Pero que mala amiga eres —dijo, haciendo un puchero.

—Sólo fue un beso... pero debo admitir que Shaoran es mucho más apasionado de lo que recordaba —dije, sonrojada. Traer a colación los recuerdos de lo que pasó aquel día me ponía... eléctrica, por así decirlo.

—Eso se escucha a que fue un beso con un poco de acción —dijo Misa y yo volví a escudarme tras el té—. Bien, no digas nada. Pero de verdad me alegra mucho.

Musa de chocolate y cerezasWhere stories live. Discover now