— Esta bien, preciosa, —detuvo su movimiento, dejando su pene quieto en mi vagina. Sus labios depositaron un tierno besos sobre los míos y poco a poco fue repartiendo de los mismos por mi rostro— dime cuando estés acostumbrada o dejes de sentir dolor —acaricio mi mejilla con su nariz.

Mi estómago se sintió extraño.

Los segundos pasaron y mi cuerpo se acostumbró como se debía a su grosor y longitud. Toque su espalda con mi dedo índice para que me prestara atención.

Sus mimos cesaron y pronto pude ver su gran figura alejarse, dejándome observar su torso ligeramente sudado por el calor y su cabello caer sobre su frente mientras que sus labios dejaban salir jadeos.

— Hacer el amor... —gemi cuando comenzó a moverse con lentitud— no es coger, —su mano quito un pequeño mechón de mi rostro sin dejar de moverse. Era extraño pero al mismo tiempo placentero el movimiento de su virilidad en mi interior, era caliente— es algo completamente diferente. La acción es la misma pero los sentimientos son diferentes y —embistió con dureza, provocando que mi espalda se arquease—, mierda, eres tan tierna cuando jadeas...

— ¿L-los sentimientos son diferentes? —apenas logre decir. Gemi fuertemente cuando embistió una vez más con fuerza, sentía que iba a llegar a mi orgasmo con solo estas pequeñas embestidas, se sentia tan delicioso.

Ni siquiera respondió, solo comenzó a moverse rápidamente, observando mi rostro. Senti vergüenza de ser mirada, ¿y si estaba haciendo gestos extraños?

Lleve mis manos a mi rostro tapandolo con pena, tratando de callar mis obscenos sonidos bucales.

— No hagas eso —quito mis manos con una de las suyas y rápidamente sujeto mi cintura saliendo de mi interior para seguidamente entrar con fuerza, golpeando el fondo de mi interior—, si sigues haciendo esos gestos voy a acabar en segundos.

Ambos callamos nuestras palabras y nos dedicamos a llenar la habitación de gemidos ahogados y jadeos acalorados. Pudiendo oír nuestros cuerpos chocar con frenesí.

Cada vez era más rudo y aumentaba su velocidad. Era tan erótico todo, ni siquiera el había terminado y yo estaba a nada de correrme sobre su masculinidad.

— V-voy a... —pequeños espasmos se apoderaron de mi cuerpo, avisando que mi orgasmo estaba a la vuelta de la esquina.

Apreté mis manos con fuerza siendo que a la vez mordía mi labio con la misma, tratando de contener aquello que estaba por llegar.

— ¿Vas a contenerte? —interrogó con una sonrisa más que juguetona. Temi por mi cuando soltó mi cintura y su mano acarició mi vientre, bajando hasta llegar a mi clitoris— Gime mi nombre, no te he oído hacerlo —ronroneo. Crei que iba a explotar cuando sus dedos comenzaron a jugar circularmente con mi ya mencionado clitoris.

Segui intentando resistirme pero no pude más, sus movimientos pélvicos más la forma en que me masturbaba me hacía alcanzar mi éxtasis.

— ¡Taehyung! —grite fuertemente liberando mi corrida sobre su última embestida.

Mi cuerpo comenzó a relajarse ligeramente a la vez que los movimientos de vaivén que el hacia se calmaban hasta detenerse. Sentía algo caliente en mi interior...

No uso condón.

Cerre mi boca y me solté de su agarre una vez que el salió de mi interior. Lo mire recostarse junto a mi y no pude evitar pensar en lo que había pasado, en vez de estar feliz estaba de cierta forma molesta. Mierda, esto tiene que ser una puta broma.

— Taehyung...

— ¿Te gustó?

— Taehyung, ¿Y el condón?

popular boy||KTH&____||+18||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora