Capítulo 26.

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Elliot conduce a gran velocidad por la autovía. No deja de repetir que él ya me había avisado sobre Asier y que no debería haberme ido sola hasta su casa. Que desde el principio no le gustaba, que estaba claro que me iba a hacer daño. Me dice que Nick lo ha llamado al poco de salir de clase para preguntarle a qué hora iba a volver a mi casa porque yo no le cogía el teléfono y que él le había respondido que no sabía de lo que estaba hablando. Nick le ha contado lo que yo dije sobre que comería en su casa y a Elliot lo primero que se le ha ocurrido es que habría ido a casa de Asier. Por eso, en cuanto le ha colgado a Nick ha llamado a uno de esos chicos que se sientan con Asier en el recreo para preguntarle dónde vivía, aunque ni siquiera sé por qué mi mejor amigo tiene el número de alguno de ellos. En cuanto se lo ha dicho, ha salido disparado a su casa y cuando nos hemos subido al coche ha llamado a Nick para decirle que me había encontrado y que estábamos de camino a casa. Y ahora, después de tragarme la bronca de mi mejor amigo, me iba a tocar escuchar a mi hermano diciéndome lo peligroso que era lo que había hecho.

-Nick estaba muy preocupado, Leila.-insiste Elliot.-No tenías que haberte ido sola. 

-¿Puedes dejar de decirme eso?-pregunto molesta fijando mi mirada en el exterior. Después de diez minutos escuchándole, estoy a punto de tirarme del coche en marcha.-Solo quería saber por qué no había venido a la exposición del trabajo. Nada más.

-No lo conoces apenas, Lei-responde.-No puedes ir a casa de un desconocido como si nada. 

-No es un desconocido, Elliot.

-Leila, no lo conoces tanto como crees.

Sus palabras me llenan de rabia y aprieto los puños sobre mis muslos.

-¿Y tú sí?-pregunto girándome enfadada para mirarlo.-¡Deja de decirme lo que sé o lo que no sé! Estoy harta de que todos intentéis que haga lo que me decís. 

Mi mejor amigo me mira sorprendido durante unos segundos. Pero entonces vuelve la vista a la carretera y tras unos instantes en silencio, responde:

-No te estoy diciendo lo que tienes que hacer, Lei. Solo quiero que lleves más cuidado.

-¡Es que estoy harta de llevar cuidado!-exclamo.-Estoy harta de tener que pensar las cosas mil veces antes de hacerlas, estoy harta de que todos decidáis por mí. Quiero vivir mi vida, quiero hacer lo que me dé la gana, y sobre todo, quiero dejar de ser <<la hija de >>. No quiero que la muerte de mi padre siga influyendo en todo lo que hago.

Elliot aminora la velocidad cuando entramos en mi calle y detiene el coche lentamente en la puerta de mi casa. Guarda silencio y se queda mirando hacia delante sin saber qué decir. Pero yo abro la puerta y me bajo antes de que le vengan las palabras a la cabeza.

Estoy llegando a la entrada cuando la puerta se abre de golpe. Nick aparece ante mí con evidente enfado en su rostro.

-¡¿Dónde estabas?!-chilla hecho una furia.-¡Te dije que no fueras sola a ningún sitio!

Paso por su lado golpeándole el brazo y entro a casa. 

-¿Lo sabías?-pregunto dándome la vuelta cuando llego al salón. Nick me mira sin entender.-¿Tú sabías que el asesino de papá vive aquí? 

-¿Cómo sabes eso?-pregunta acercándose a mí. Elliot entra en la casa y cierra la puerta tras él, colocándose a un par de metros de nosotros.

-¡¿Lo sabías?!-vuelto a preguntar en un tono más elevado.-¿Sabías que su hermano va conmigo a clase? ¿que ha vuelto a su casa?

Me mira alarmado.

-¿Has estado con él?-pregunta acercándose a mí.-¿Te ha hecho algo, Leila?

-No.-respondo. Estoy a punto de volver a hablar, pero entonces veo a Elliot mirándome y me doy cuenta de la culpabilidad que refleja su rostro.-¿Tú lo sabías?-pregunto alejándome de Nick y acercándome a él. Se queda en silencio y aparta su mirada de la mía.-Elliot, ¿lo sabías? ¿Sabías quién era Asier?

Ni siquiera me mira cuando responde.

-Sí, Leila. Lo sabía.-contesta en un tono más bajo de lo normal. Siento como si se me clavara un puñal en el pecho y las lágrimas amenazan con empezar a caer.

-¿Por qué no me lo dijiste?-pregunto con la voz rota.-¿Por qué me dejaste acercarme a él sabiendo quién era?

Elliot se lleva las manos a la cara y se las pasa lentamente por el pelo. Niega con la cabeza y me mira con pena.

-Me enteré hace unas semanas, Lei. Después del baile.-responde.-Quería decírtelo pero no sabía cómo hacerlo.

-Quizá podrías haberlo intentado con un <<oye, Leila, el chico con el que te has besado es el hermano del asesino de tu padre>>. Me hubiera quedado bastante claro. 

-¡¿Que te has besado con él?!-pregunta Nick a mi espalda.-¿En qué coño estabas pensado?

Me giro para encararle.

-¡En que me gusta!-me sincero. Mi hermano alza las cejas y me mira con sorpresa.-Pero tranquilo, ya me ha quedado claro que no puedo volver a verle nunca.-añado.-Así que, si no te importa, me voy a encerrar en mi habitación hasta que se me olvide todo lo que ha pasado en mi vida los últimos tres meses.

-Leila...-me llama mi mejor amigo cuando me doy la vuelta y me dirijo a las escaleras. Yo me detengo y niego con la cabeza.

-Déjame, Elliot.-le digo antes de volver a ponerme en marcha y subir. Cuando llego a mi habitación, cierro la puerta y me tiro sobre la cama. Todo a mi alrededor me da vueltas y por mi mente no dejan de pasar imágenes de Asier. El día que nos conocimos, la noche que dormí en su casa, cuando nos besamos por primera vez... ahora todos esos momentos no son más que recuerdos manchados por la traición y el dolor de saber que su familia es la causante de todo el sufrimiento que he estado viviendo durante los últimos ocho años. 

La distancia entre tú y yoTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon