El mundo está condenado, la amenaza de los "Infectados" los a atacado.
¿Cómo podría sobrevivir un pequeño Omega embarazado en un mundo que se encuentra totalmente contaminado?
La humanidad está contraatacando, él Lider Min Yoongi dirige uno de los...
Sus manos sudaban frío ante los nervios e inseguridad que se propagaba en su mente. Trago y observo aquel traje de color blanco que había sido especialmente diseñado para él, pasó su vista a las flores en su cabello y terminó en aquella incolora piedra que se encontraba sobre su dedo anular.
¿Que debía hacer? ¿Cómo es que alguien sabe que es correcto y que no? ¿Acaso la idea de salir corriendo solo era consecuencia de los nervios? ¿Tenía náuseas o era su lobo que no dejaba de rogarle que no lo hiciera?
No lo entendía, era una sensación de vacío en el estómago al imaginarse bajo aquella carpa y acompañado del chico que había conocido desde que era solo un pequeño niño. Se preguntó un sin fin de veces por que el terror lo invadía de esa manera con solo pensar en su destinado.
Recordaba las historias de su abuelo sobre lo lindo que podía ser que la madre luna te uniera a una persona que había sido tu alma gemela en otra vida. Respiro y recordó la investigación que realizó cuando apenas era un joven de séptimo año ilusionado por buscar a la persona que debía transformarse en parte de su apoyo diario. Sin embargo, lo que encontró no fue muy alentador; después de todo no siempre funcionaba una relación de predestinados.
No entendía como el entusiasmo que años atrás había tenido por conocer a esa persona especial había desapareció para transformarse en un miedo e inseguridad que parecían dominarlo por completo.
La mirada perdida que tenía de si mismo frente aquel espejo se rompió al notar aquella silueta que era tan conocida para él.
"No se supone que nos veamos hasta la ceremonia, ¿qué pasa?" Preguntó una vez que se encontró más concentrado.
"Necesito preguntártelo una última vez". Él Alfa de cabellos plateados ser acerco con un poco de temor.
Jimin sabía lo que se avecinaba y sintió un poco de presión sobre sus hombros. Un poco más en realidad. Sentía que no podría retener por más tiempo sus nervios y la verdad saldría de sus labios.
"¿Estas seguro de esto?" Se atrevió a preguntar él Alfa.
"¿No me amas?" En realidad una respuesta negativa era lo que esperaba recibir.
"Te amo tanto que si me dijeras ahora mismo que una parte de ti está dudando no te detendría. Tienes todo el derecho de elegir a quien amar, pero creo que de igual forma deberías darte la oportunidad de conocer a esa persona que la Luna eligió para ti".
"Pero no es lo que quiero, no tengo miedo ni intenciones de que una nueva persona se presente en mi vida".
"¿Estas seguro? Porque yo quisiera que fueras realmente honesto conmigo en este momento".
"Nos casaremos en dos horas y nada evitará que esta noche tú y yo estemos unidos con o sin la bendición de la Luna".
Quizá no había sido realmente honesto con lo que su corazón sentía en esos momentos, mucho menos mencionaría lo aterrado y desesperado que se encontraba su lobo ante el evento que se realizaría.
Ese mismo día al anochecer su lobo aulló de aflicción, quebrándose ante el mitigante escozor que se extendía dentro de su ser al haberse unido a otro sujeto que no era su Alfa. Y durante toda la madrugada Taemin se encargó de consolar a un asustado y lloroso Jimin, quien era dominado por aquella parte dentro de su ser que resultaba ser indispensable para cualquier Omega, aquella parte que había ignorado durante años.
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Su cabeza aún dolía con intensidad, provocando que su vista fuese nublada por manchas blancas en cada parpadeo.
Escucho los constantes golpes en la puerta que parecían volverse más insistentes con el paso de los segundos.
Estaba despierto, más no muy consiente, deseaba ocultarse por debajo de las almohadas como cuando era un pequeño niño que temía a la oscuridad.
—¿Estas despierto? —La grave voz irrumpió en la habitación.
Jimin lo miro y sintió vergüenza acompañada de temor al notar de quien se trabara; era el mismo chico al que había amenazado durante su primer día en aquel refugio.
—Yoongi Hyung tuvo que salir y me pidió cuidar de ti. —La mirada del castaño no le gustaba, aunque dentro de sí sabía que la merecía. —Será mejor que salgas para desayunar algo. —Soltó sin mucho entusiasmo antes de comenzar a salir de la habitación.
—Lo siento. —La disculpa salió tímida y casi en un susurro apresurado, no deseaba tener ningún conflicto con él chico que cuidaría de él.
La indignación del lobo del castaño se aplacó en cuestión de segundos, provocando que sonriera con dulzura hacia él pequeño Omega de cabellos despeinados.
—Baja cuando estés listo, pero que sea pronto o la comida se enfriará. —Aquellas palabras salieron con más calidez de la que él rubio esperaba.
Jimin medito un poco la situación al notar que ambos eran Omegas en estado que debían ser protegidos por sus Alfas, aunque él chico de olor a mantequilla de maní no parecía requerir cuidado alguno. ¿Así era como debía ser? Él sabía que podía cuidar de sí mismo, pero desde que su embarazo había comenzado la idea de estar alejado de Taemin te aterraba.
Al comenzar a caminar todo se sintió extraño, sus pies dolían y todo parecía moverse en aquel pasillo; era como estar dentro de un túnel que giraba sin control.
—Debes desayunar algo. —El plato de comida fue colocado en la barra que se encontraba instalada en la cocina. —Soy Min Taehyung.
—¿Son hermanos?
—Así es. —Soltó con simpleza.
—Disculpa pero... —Lo meditó. —¿Sabes cuando podré ver a mi Alfa?
—No estoy informando sobre algo así, pero mi hermano llegará en un par de horas. Él podrá responderte con exactitud.
Suspiró bastante cansado, deseaba salir de aquella situación en la que su mente le jugaba bromas de mal gusto sobre la situación que se encontraba viviendo su esposo.
La comida sabían bien, era algo picante para su gusto pero no podía quejarse, después de todo no había muchas opciones.
El sonido de un par de piezas de plástico siendo estampadas captó su atención, después de todo aquel par de piezas eran una característica de los juguetes para niños.
—¿Quien es él? —No quizo sonar entrometido, pero era uno de los primeros niños que había encontrado en aquel lugar.
Su vista se fijó en el pequeño cachorro que jugaba con tranquilidad frente a un televisor que no encendería.
—Él es hijo de mi hermano.
Lamento mucho haber tardado en subir capítulo, estaba en exámenes y no podía distraerme. UnU