El tiempo comenzó a avanzar, aunque pareciera que de un momento a otro el contar del reloj se había congelado, volviéndolo todo más temible, lento y exasperante.
Todo comenzaba a moverse por su propia cuenta, aturdiéndolo y desesperándolo aún más ante el estrepitoso sonido que se reducía a un fuerte zumbido incrustado en su cavidad auditiva, propiciándole un mareo y agotamiento intenso ante la carrera que tenía contra si mismo.
El aire comenzaba a volverse pesado, provocando que comenzara a inhalar con fuerza en busca de oxígeno, y así incitando a cientos de imágenes aterradoras a recorrer por su mente hasta hacerlo sentir pequeño e indefenso ante cualquier espontáneo ataque.
El panorama era completamente igual, solo encontraba árboles y arbustos pequeños, al igual que cientos de ramas y hojas que permanecían debajo de sus botas, siendo la única otra fuente de sonido, después de su falta de control al respirar al trotar.
Su corazón arremetía con fuerza contra su pecho, palpitando con velocidad. Su dorada melena había comenzado a pegarse a su frente, gracias al sudor que de ella corría.
En un momento repentino sus piernas fallaron; a causa de el agotamiento que se había instalado en todo su cuerpo al encontrarse corriendo a una velocidad que no era la adecuada para su estado, añadiendo el hecho de estar acunando dentro de si a un cachorro que se encontraba a pocas semanas de cumplir el periodo requerido para nacer. Provocando que gracias a su peso y la falta de coordinación de sus pies, se viese a punto de caer sobre la húmeda tierra, siendo cuestión de suerte o quizá algo de magia que poco antes de que eso sucediera lograra sostenerse de un fuerte y delgado tronco que se sujetaba con firmeza a la tierra.
Se recargó en este tratando de conseguir algo de aire para saciar a sus cansados pulmones, percatándose rápidamente de la fuerte presión abdominal baja que se encontraba experimentando con rapidez, era algo a lo que se encontraba acostumbrado, ya que durante toda su gestación era un proceso natural. La verdadera cuestión era el inconmensurable dolor que se encontraba experimentando justo en ese momento. Siguiendo quizá por primera vez sus instintos, comenzó a observar el lugar con rapidez y temor, no tenía idea de la dirección hacia donde había corrido ni que tan lejos había llego.
El sonido de un par de pisadas acercándose hacia él provocó que su piel se erizara, y gritara al sentirse sujetado por un par de manos.
—Maldición, cállate. —Susurró con molestia y agitación él chico castaño que lo había salvado de un contaminado momentos atrás
Las lágrimas de terror escurrían por sus mejillas, humedeciendo así la palma y falanges que cubrían su boca.
—¿Tienes tu arma? —Él rubio asintió. —Bien. Ahora, no podemos hacer mucho ruido o los infectados que lograron escuchar aquel disparo y se dirigen hacia aquí podrían darse cuenta de nuestra presencia y tratar de atacarnos.
Una fuerte arcada fue presentada por él pequeño Omega, él cual se encontraba apunto de devolver la comida, entre jadeos y espasmos causados por el reciente ejercicio y el miedo mismo.
—Tranquilízate, todo estará bien. —Explicó mientras depositaba tranquilizantes caricias sobre los cabellos de él chico, quien no había dejado de llorar en ningún momento.
—Oh por Dios —Comenzó a llorar con más fervor, a la par que señalaba un puto fijo, donde un par de lobos infectados se encontraban caminando.
—Tenemos que irnos. Yo iré al frente y tú por atrás, te encargarás de cubrirnos con el arma y yo lo haré con la mía.
Y con rapidez él chico negó, limpiando con la manga de su capucha las amargas lágrimas que escurrían sin piedad. —No, no por favor.
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Behind The Wall.>> •[Yoonmin]• >> 윤민
FanfictionEl mundo está condenado, la amenaza de los "Infectados" los a atacado. ¿Cómo podría sobrevivir un pequeño Omega embarazado en un mundo que se encuentra totalmente contaminado? La humanidad está contraatacando, él Lider Min Yoongi dirige uno de los...
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