Capítulo 3

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Descripción del campo

Treblinka está construido por profesionales. En un primer momento puede parecer que se trata de una estación común. El andén es bastante largo y ancho y puede alojar un tren normal que cuente con unos cuarenta vagones. A una decena de metros del andén se encuentran dos barracones, uno enfrente del otro. En el de la derecha, se almacenan los víveres que trae la gente consigo. El de la izquierda sirve para que allí se desvistan las mujeres y los niños. Los asesinos son tan corteses que no exigen que las mujeres se desvistan junto con los hombres al aire libre. En el camino hacia la muerte, de la que no hay retorno, los hombres se encuentran con las mujeres completamente desnudos.

A la izquierda del andén hay unos edificios de madera, entre los cuales están la cocina y los talleres. Enfrente se encuentran los barracones que nos albergarán. Cerca está también el barracón donde viven los hombres de las SS. Este está acondicionado con el mejor confort. A la derecha del andén hay un lugar grande donde se junta la ropa, los zapatos, las toallas, las sábanas y algunas cosas más. Allí trabajan unos cien obreros que clasifican la ropa y la llevan a un lugar especial. Cada tantos días, la ropa clasificada es enviada en vagones de carga hacia Alemania.

Enfrente del andén, donde están los barracones, se encuentra el camino hacia las cámaras de gas, al que llaman la Schlauch (manguera). El camino está sembrado de arbolitos y parece un sendero de jardín, Por este camino, que está cubierto de arena blanca, corren todos desnudos. De él ya nadie regresa. Las personas que son arreadas por él reciben golpes y bayonetazos tan brutales que después de ser empujadas hasta el final, el camino queda lleno de sangre. Una brigada especial, llamada «la brigada de la manguera», trabaja después de cada transporte, limpiando el camino. Esparcen arena limpia para que nada resulte visible a las nuevas víctimas. A lo largo del

«camino de la manguera» hay también una caseta en la que se encuentra un alemán o un ucraniano y en la que hay que entregar lo que cada uno todavía lleva consigo.

El «camino de la manguera» no es largo. Unos minutos y uno se encuentra en un edificio blanco sobre el cual está pintada la estrella de David. En la escalinata del edificio hay un alemán de pie que señala con la mano hacia la entrada y sonríe: «Por favor, por favor». La escalinata lleva a un corredor en el que hay muchas flores y de cuyas paredes cuelgan toallas.

El tamaño de la cámara de gas es de siete metros por siete. En medio de la cámara hay duchas a través de las cuales introducen el gas. En una de las paredes hay un caño grueso que sirve para extraer el aire. Las puertas de la cámara están selladas con fieltro grueso, para que no entre nada de oxígeno.

En el edificio hay diez cámaras de este tipo. Un poco más lejos del edificio


grande se encuentra uno más pequeño con cinco cámaras de gas.

En la puerta hay unos alemanes que hacen entrar a la gente. Sus manos no descansan ni un solo minuto. Se enfurecen y gritan con voces endemoniadas:

—¡Rápido, vamos, más rápido!

TreblinkaWhere stories live. Discover now