21. Oportunidad perfecta.

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Un mes después...

Me encontraba saliendo del penthouse de Lexa dispuesta a coger un taxi, ya que me había quedado a dormir con ella como era de costumbre, nuestra rutina se estaba volviendo un poco monótona pero aún así nos las ingeniábamos para que eso no pasara. Desde que volvimos lo nuestro oficialmente pude notar que hubo mejorías en su desempeño laboral tanto como con el mío, siempre que finalizábamos nuestras jornadas, nos sentábamos una frente la otra y nos aconsejábamos para rendir de la mejor manera posible. Últimamente estábamos más conectadas que nunca, la semana pasada ella me había llevado a conocer a sus abuelos, los únicos allegados de la familia de Lexa con quienes todavía mantenía contacto, Martha y Arthur Woods, unos señores muy carismáticos y cariñosos, me habían dado su aprobación y nos habían dado todo su apoyo para continuar con nuestra relación. Yo por mi parte todavía no le había comentado nada a mi madre al respecto porque no sabía qué reacción recibiría por parte de ella, puesto que en el pasado había estado de acuerdo con que intentara las cosas con Lexa por lo enamorada que estaba de ella, pero después se empezó a retractar ya que veía que ese amor y odio que teníamos se estaba volviendo insano y la que estaba saliendo más lastimada era yo. De verdad que quería confesárselo pero no encontraba el momento indicado, y si quería decirle lo que quería hacer con mi novia presente. Así que por lo pronto tendría que consultarlo con Lexa.

Hola cariño, ¿sucede algo? —contestó al teléfono porque la llamé de repente.

—¿Acaso no puedo saludar a mi  novia? —respondí en tono de reproche.

Claro que sí, solo que se me hace raro que me llames a estas horas, ¿todo bien en el trabajo?

—Bueno pues la verdad que no pude esperar, y sí, todo está bien en el hospital, solo quería que habláramos cuando terminaras tu horario. ¿Te parece? —le propuse.

—¿Hablar? ¿De qué quieres hablar? —me interrogó.

—No es nada malo, solo que prefiero decírtelo en persona —informé tranquilizándola.

De acuerdo, intentaré salir lo más pronto posible.

—Está bien. Te quiero, cuídate —espeté con cariño.

Lo mismo linda —respondió con el mismo tono.

Y colgamos.

Ya estaba decidida a presentarle a Lexa oficialmente como mí novia ante mí madre, solo me quedaba escuchar de la boca de Lexa que estaba de acuerdo respecto mi decisión.

La tarde transcurrió tranquila, con algún que otro revuelo por parte de los pacientes pero nada que no pudiese controlar. Me encontraba en mi oficina llenando unos papales pero el sonido de alguien tocando la puerta me sacó de mi concentración.

—Adelante —autoricé.

—Hola doctora Griffin —anunció Costia pasando y cerrando la puerta tras sí.

—¿Se te ofrece algo? —le pregunté indiferente. Lexa ya me había puesto al tanto de lo que pensaba de mí aquella mujer, por lo tanto, lo más que se merecía era tratarla lo más profesional posible, sin colegueo ni ningún tono blando.

—Me gustaría que pudiera firmar este permiso —dijo acercándose a mi escritorio y tendiéndome dicho documento—. Es para que me trasladen a la otra sucursal.

Costia ya llevaban un tiempo como pasante del hospital Arcadia y yo ya llevaba siendo durante ese tiempo de su estadía su guía personal. Es por eso que me correspondía a mí otorgarle el permiso de que ya cumplió con lo que le correspondía en el hospital y así que pudiera trabajar libremente como enfermera en otra zona.

Un amor inesperado [CLEXA AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora