En tu ventana >>McLennon<<

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Aquella noche John iba caminando sin sentido cuando recordó que en esa calle vivía uno de sus nuevos amigos.

No dudó ni por un momento en acercarse a la casa para lanzar piedrecitas a la habitación que estaba iluminada, y Paul tampoco dudó ni un momento en abrir la ventana cuando comprobó que se trataba de John.

En menos de un minuto, ya había trepado por la tubería pegada a la pared y había entrado sin darse cuenta de que no había sido invitado, sin embargo, Paul no estaba enfadado, sino que veía ahí una oportunidad para conocer un poco mejor a su amigo.

Estuvieron un buen rato hablando sobre lo raro que estaba el tiempo últimamente, lo deliciosos que estaban los sándwiches de mermelada y sobre la película que todo el mundo estaba viendo esa semana, pero que a ninguno de los dos le resultaba interesante.

Ambos descubren que tienen gustos muy parecidos mientras la conversación avanza.

Esa noche John se va casi sin despedirse.