Crown

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Esa noche no cenamos. Nos cenamos.
Teníamos tantas ganas de estar juntas y habia tanto deseo entre las dos, que eran las dos de la madrugada cuando llegamos al clímax a la vez,
empapadas en sudor y  las respiraciones agotadas.

-Para que quiero ir al gimnasio, si en una noche he perdido más calorias que en un año de gym. -le dije mientras la abrazaba. Estábamos estiradas una al lado de la otra, yo con mi cabeza en su pecho y ella me acariciaba el pelo.

Soltó una risita ante mi comentario.

-Mañana tienes que despertarte temprano amor. ¿Y si nos damos un baño rápido y vamos a dormir? -le sugerí, la entrevista de mañana era la primera en su vida y una muy importante.

-Esta bien, pero bañémonos por separado porque no podré resistirme. -me dijo mientras acariciaba mi cara y miraba mis labios.

Reí. -Eres una pillina.

Nos besamos lento, sin prisas. Como si los labios no nos dolieran y tubiesemos todo el tiempo del mundo. Adoraba besarla y que ella me besara. Adoraba cuando sonreia en medio del beso, cómo me tocaba mientras nos besábamos... Nuestras respiraciones volvieron a ser erráticas y nuestras manos ya vagaban por el cuerpo de la otra.

-No puedo dejar de tocarte si me besas así. -me dijo.

-Esto de parar es misión imposible. Anda vamos. -me levanté y le tendí la mano. -Mañana es un dia importante bebé. -la atraje hasta mi y la abracé. -Sale a la luz el arte más bonito de este mundo, todos podrán escuchar tus canciones y todos se van a enamorar de ti.

-No exageres, yo no lo veo tan bueno. -me acarició la cicatriz de mis costillas suavemente mientras me abrazaba.

-Eres la mejor, y digas lo que digas no me harás cambiar de opinión. -le dije.

Levantó la cabeza y me miró. Desde esa perspectiva que tanto me encantaba.

-¿Quieres venir conmigo? Me gustaria mucho, y así no estaré tan nerviosa si tu estás allí. -preguntó.

Quien era yo para resistirme a esa mirada adorable y sexy a la vez.

-Iré contigo, será un honor cogerte la mano entre tanta gente muriéndose por tus huesos. -le di un beso en la frente y le dí dos toallas.

-Mañana será un gran dia. -me dió un rápido beso y entró en el baño.

No pude evitar admirar su precioso cuerpo mientras caminaba desnuda por mi habitación, la ley de la atracción estaba escrita entre nosotras dos y no podia hacer nada para remediarlo.

Me dirigí a la cocina para preparar dos tazas de colacao caliente. No habiamos cenado y no iba a permitir que se fuera a dormir sin nada en el estómago.
Salió de la ducha y me bañé yo. No tardé ni cinco minutos, tener el pelo corto tiene sus ventajas.

-Toma. -le tendí una taza humeante. -Tómatelo para que no te duermas sin comer nada. -me senté a su lado en la cama, las dos estábamos reliadas en la toalla.

-Gracias bebé. -le dió un sorbo. -Que bueno, después de tanto ejercicio me sabe mejor. -me guiñó un ojo y le dió otro sorbo.

-Y que lo digas. -sonreí.

Nos dormimos en la misma postura de siempre. Ella encima de mi, entrelazando nuestras piernas y con su cabeza bajo mi barbilla. Dormí como un bebé, oliendo el aroma a jabón que emanaba su pelo, acariciándole la espalda y sintiendo su cuerpo desnudo sobre el mio. Simplemente perfecto.

Me desperté porque notaba algo en mis labios, era Billie dándome tiernos besitos.

-Buenos días amor. -dijo sonriéndome.

I met an angel | Billie EilishWhere stories live. Discover now