SAY YOU LOVE ME. (Neji Hyuuga)

✨Prueba.✨

Kata.

Me encontraba caminando por la aldea tres días después de recibir la noticia de que tendré que irme de la aldea, en esos tres días no había salido de casa en ningún momento.

— ¡Jefa! — Todos me miraron ante aquel gritó por parte de Konohamaru.

— Hola. — Ví a mis compañeros con mochilas sobre sus hombros y frente a ellos un grupo de niños, cada uno con tres integrantes.

— ¿Que haces aquí? — Preguntó Konohamaru.

— Eh... Lady Tsunade me dijo que apoyara a uno de ustedes con su equipo. — Naruto sonrió.

— ¡Ayud...!

— Me ayudarás a mi. — Neji se acercó y sujetó mi brazo llevándome frente a su equipo. — Tenemos que hablar.

— ¡No es justo! — Se quejo Naruto.

Iruka comenzó a explicar de que trata la prueba de los niños y entonces comenzamos a partir a nuestro destino. Neji le explico al equipo que las brújulas no servirán en este recorrido, ya que el lugar es imantado. Seguimos el camino durante más minutos, totalmente en silencio. Estaba comenzando el atardecer.

— ¿Por qué no has salido de casa? — Preguntó sin apartar su mirada del frente.

— Lady Tsunade me dió una noticia... No tan grata. — Dije llevando el cielo.

— ¿Que noticia? — Lo observé de reojo.

Me detuve en seco.

— Me iré de la aldea. — Neji se detuvo haciendo que los niños hicieran lo mismo. Se giró a verme.

— ¿Que? — Mi mirada se puso sobre la suya, Solté un suspiro y comencé a caminar pasando por su lado y jalando su brazo acercándolo a mi para que no escuchen los niños.

—Hay una organización llamada Akatsuki... Al parecer están buscando a los Jinchurikis para hacer algo con las bestias... — Giré mi rostro a Neji y el hizo lo mismo provocando que quedáramos demasiado cerca, a tal punto que nuestras narices se rozaban.

— ¿Y eso que? — Pregunto como si temiera a la respuesta.

— Sabes que Naruto y yo somos Jinchurikis... Y si nos quitan a nuestros Bijuus... Nosotros moriremos. — Ambos detuvimos nuestros pasos. — Por eso mi padre y Tsunade decidieron que Naruto y yo nos fuéramos de la aldea.

— Aquí hay ninjas fuertes que pueden protegerlos.

— Pero la aldea estaría en peligro. — Murmuré. — No lo permitiré.

Neji se mantuvo en silencio unos segundos sin apartar su mirada de la mía.

— ¿Cuando se irán? — Pregunto resignado.

— Dos semanas. — Ambos nos quedamos viendo, la cercanía de nuestros rostros me ponía nerviosa, podía sentir su respiración chocar contra mis labios y estoy segura que el siente la mía.

— Entiendo. — Mis mejillas se pusieron muy calientes en cuanto su mirada bajó a mis labios.

Ambos comenzamos a acercarnos cada vez más.

— ¡Bien equipo Neji y Kata, su primer combate como equipo inicia! — Neji y yo nos separamos de inmediato cuando escuchamos la voz de Iruka.

Mire a Iruka quien está al lado de Shikamaru y los asesine con la mirada.

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— Que bueno que nos refugiamos antes de que comenzará la lluvia. — Dijo una de las niñas del equipo.

— Deben encontrar un lugar muy seguro para refugiarse, es muy importante. — Dije mientras observó por la cortina de la tienda.

— ¿Que sucede? — Preguntó Neji.

— Me preocupa el equipo Naruto... — Me senté a su lado. — ¿Que tienes?

— Nada. — Los niños se quedaron dormidos junto a la fogata.

— Será mejor descansar. — Me acomode a su lado y le sonreí. — Descansa, Neji. — Besé su mejilla y recargue mi cabeza en su hombro mientras cierro los ojos.

— ¿Te emociona la idea de irte? — Abrí mis ojos sorprendida por su pregunta.

— No, claro que no. No quiero dejar a mi padre solo y... No me quiero separar de ti. — Admiti con un leve sonrojo.

Sujete su mano entrelazando nuestros dedos y levanté un poco la mirada para observarlo.

— Pero la parte buena es que la aldea no estará en peligro, y que le será más difícil a Sasuke el encontrarme. — Neji soltó un suspiro y me abrazó dejándome sorprendida.

— Será mejor que descanses. — Sonreí devolviéndole el abrazo y me dispuse a dormir.

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— ¡Ganamos! — Gritaron emocionados los niños.

— Bien hecho, chicos. — Iruka nos felicitó con una gran sonrisa. — Hicieron un excelente trabajo, serán muy buenos Jounin y padres. — Dijo con una mirada pícara señalandonos.

— Iruka. — Lo mire mal.

— Muchas gracias, Neji-sensei y Kata-sensei. — Los niños nos abrazaron.

— Neji, vamos a comer ramen. — Tomé su mano y lo jale comenzando a caminar a Ichiraku.

Con Neji dimos una paseo en la aldea sin soltarnos de la mano.

— Mmm... Neji. — Me miró. — ¿Me vas a extrañar?

— ¿Por qué? — Solté una pequeña risa y besé su mejilla.

— Yo también te extrañaré. — Entramos al local de Ramen, donde Teuchi nos dió lo mismo de siempre.