CAP. 2 - LA MANADA.

27.4K 1.6K 135
                                    

CAP. 2 - LA MANADA.

Abbas

Un molesto pitido me despertó de mi sueño reparador, cuando me giré me dí cuenta que no estaba solo en la cama.

        –¡Anastasia! ¡Despierta! Hace horas que tendrías que estar en tu casa. –Le dije molesto a Anastasia. Ya me estaba cabreando que intentase llevar nuestra relación (no existente) a un terreno amoroso y empalagoso.

        –Abbas… no seas cruel, nos lo pasamos bien y esta relación nos pude beneficiar a los dos. –Ronroneó Anastasia, utilizando sus armas de mujer para engatusarme.

        –¿Esta relación? ¿Qué relación? Tú y yo solo tenemos encuentros esporádicos, exactamente cuando yo necesito alivio. Además… ¿Qué beneficio piensas que saco yo de estar contigo? No olvides que soy el Alfa de la manada, recuerda cual es tú lugar y ni pienses que me puedes manipular.

Me levanté de la cama ya cansado de esta conversación absurda. Anastasia forma parte de mi manada y lo que tiene de bella lo tiene de manipuladora. Su aspiración en la vida es ser mi pareja, la pareja de mi lobo, de tal manera que tendría poder suficiente para dirigir en algunos aspectos mi manada. Lo curioso de todo es que ella crea que yo puedo quererla a mi lado. Mi pareja debe ser bondadosa, honrada y sumisa, en resumidas cuentas… perfecta, y a poder ser que mi lobo la reconozca como mi pareja eterna (sí, tengo expectativas altas, pero de momento la vida de soltero tampoco está tan mal).

Cuando me dirigía hacia la cocina para prepararme un café empezaron a tocar a la puerta. Abrí sin preguntar, sabía que quien estaba detrás de la puerta era mi segundo al mando, Damaris (es lo que tiene poseer un olfato muy desarrollado).

        –Damaris, ¿Qué se te ha perdido a las 3 de la mañana en mi casa?

        –Abbas. –Dijo Damaris a la vez que inclinaba la cabeza en un signo de respeto–. Si hubieses cogido el teléfono, no tendría que haber venido hasta aquí. –Y tal como vino el respeto… se fue–. Hola Anastasia.

        –Ya sabes por dónde está la puerta Anastasia. –Le dije sin apenas mirarla. Cuando oí el portazo proseguí con mi conversación con Damaris–. Si no fuese porque nos hemos criado juntos y has sido mi mejor amigo durante dos siglos, ya te habría cortado la lengua por cómo te dijes a tu alfa, que casualmente soy yo.

        –Veo que Anastasia no ha apaciguado tu carácter. –Dijo Damaris con una sonrisilla–. Pero esto no es a lo que vengo… hemos recibido una llamada. Tenemos una fuente que no has informado que han visto movimiento en una casa de las afueras y creen que pertenece a los Xafta.

        –¿Han visto a Anaïs? –Le pregunté a mi compañero con nerviosismo. Quería a la pequeña Anaïs de vuelta y la muerte de aquellos que la secuestraron y dañaron.

        –No, pero no perdemos nada por preparar un operativo y hacer una batida en la casa para asegurarnos. –Mi segundo al mando también estaba ansioso por encontrarla.

        –Reúne al equipo en la sala central. Nos encontraremos allí en 5 minutos.

Tenía ganas de encontrar a la pequeña. Mi hermana Sonia estaba desesperada por encontrarla con vida, al fin y al cabo era su hija. Mi sobrina era un terremoto que no tenía ningún problema en expresar lo que pensaba. ¿Quién diría que echaría tanto de menos a la renacuaja? La misma que me había encerrado en las neveras de las cocinas comunitarias durante dos horas porque no quise darle helado… o la misma que decoró todas mis camisas con purpurina rosa… o la misma que puso sal en el bote del azúcar y a la inversa… A pesar de todo era la única que me plantaba cara cuando estaba en mi peor humor y me hacía mimos para no estar triste… CUANDO ENCUENTRE A LOS CAUSANTES DE ESTA SITUACIÓN LES PIENSO ARRANCAR TODAS LAS EXTREMIDADES LENTAMENTE.

AgaliaWhere stories live. Discover now