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—Tenías razón, cocinas muy bien Jungkook. —Jin se terminó de comer su omelette de verduras y suspiró al sentir su estómago lleno.

—Siempre me gustó cocinar, antes, cuando era pequeño teníamos una persona que cocinaba para mí, pero ya después crecí y ya no fue necesario. Ahora solo tenemos un jardinero y una señora que hace aseo día por medio.

—Ya veo ¿Tus padres siempre trabajaron tanto?

—Si —Jungkook miró al rubio —desde que tengo uso de razón que recuerdo pasar de niñera en niñera.

—Debes haberte sentido muy solo.

El menor mordió su labio. Ya no quería que Jin lo viera vulnerable, ya había sido demasiado mostrar sus miedos a ser follado. No quería sumar a eso la soledad que a veces sentía en esa enorme casa.

—Prefiero no hablar de eso... No hablar en general —alzó una ceja esperando que el mayor entendiera el mensaje.

—No hablar... Entiendo —Jin lamió sus labios y se levantó de su taburete y rodeó la isla de la cocina de los Jeon.

Jungkook siguió su recorrido hasta que quedaron frente a frente. El mayor acarició su rostro, tocando suavemente la cicatriz que tenía en su pómulo. Jungkook cerró los ojos unos segundos y cuando los abrió vio al mayor sonriendo dulcemente mientras lo miraba.

—Eres muy bonito Jungkook.

Tragó saliva y de pronto sintió su corazón acelerar los latidos.

—Gracias —aclaró su garganta.

Jin se acercó un poco más y con sus dientes tomó suavemente el labio inferior del castaño. Jungkook suspiró y abrió la boca dejándose besar.

El rubio lo tomó de la cintura y lo acercó a su cuerpo. Las manos del menor se fueron hasta su cintura y luego al trasero de Jin. Un jadeo lleno la cocina y Jungkook se puso de pie para estar a la misma altura.

Jin lo empujó hacia la encimera y atacó sus labios. Tomó su nuca con una mano y con la otra  recorrió su cuerpo tocando todo a su paso. Deslizó su mano hasta el muslo del menor y subió lentamente sintiendo sus firmes músculos.

—¿Hace mucho te ejercitas? —preguntó ahora tocando su abdomen marcado.

—Desde los 18 años, quizás antes. —Jungkook cerró los ojos dejándose tocar por el mayor. Sus firmes manos acariciaron y rasguñaron suavemente su piel. Ese toque se sentía tan bien y muy, muy diferente a ser tocado por una mujer. Jin sabía como hacerlo, sabía hacerlo gemir sin hacer mucho. Jungkook no podía entender aún como podía excitarse de esa manera, jamás se había sentido así, su cuerpo parecía tener vida propia, sentía su sangre hervir cada vez que Jin lo tocaba.

—Me gusta tu cuerpo —Jin levantó su camiseta y pasó la lengua por uno de sus pequeños pezones. Succionó uno y acarició el otro.

El mayor se arrodilló en el piso de la cocina y le bajó lentamente el pantalón de buzo que Jungkook se había puesto después de su primer encuentro.

Lamió sus labios y recordó aquel día en el supermercado, aquel día que cambió completamente la relación de ambos.

Tomando un respiro pasó su lengua por todo el glande, saboreó el líquido que encontró allí y gimió con gusto para luego meterse todo el falo a su boca. Jungkook gimió también y llevó sus manos hasta los rubios cabellos para marcar el ritmo que quería.

Jin se dejó guiar mientras el pene del menor entraba y salía de su boca, apretó con sus labios y Jungkook siseo ante el placer de sentir la lengua caliente y esa boca que se acomodaba tan bien a su tamaño.

Déjame Amarte ✓(Jinkookjin) [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora