Déjame Amarte ✓(Jinkookjin) [Completa]

[ 9 ]

—¿Dónde dormiste anoche?

—Me quedé donde mi hermano.

Sungmin acarició el cabello de Hobi mientras Jin le daba la cena.

—Me podrías haber avisado.

—Pero si sabías que iba donde Yoongi y siempre me quedo allá. Lo sabes cariño —se acercó para darle un beso y Jin se sobresaltó.

Jin aclaró su garganta ante la mirada  de asombro de su marido. Y rápidamente dejó de mirarlo para enfocarse en Hobi y su comida.

Sungmin los dejó solos y Jin casi se desploma sobre la mesa.

Estaba ansioso y nervioso cerca de su esposo. Tenía todavía la sensación de la boca de Jungkook en su cuello y eso no hacía más que ponerlo en alerta.

Esa tarde había salido corriendo del supermercado con tal de no verlo. Había aguantado las miles de preguntas de Jimin sobre la repentina salida del bar y que coincidía también con la salida de Jungkook.

Y ninguno de los dos había vuelto.

Hobi tiró de su jugo mientras su rubio padre miraba hacia la mesa pensando en el menor.

Sungmin volvió del dormitorio y al ver el desastre de Hobi buscó una toalla de papel y comenzó a limpiar.

—¿Estás muy cansado?

—¿Que?

—Hobi botó jugo y no te diste ni cuenta, anda a dormir. Yo me ocupo.

—Estoy bien, solo un poco cansado es todo.

Sungmin asintió sin dejar de limpiar la mesita de su hijo y luego se llevó el vaso de jugo para secarlo.

—En serio Jin, anda a dormir. Tienes ojeras y realmente te ves muy cansado.

Jin miró a su marido y asintió en silencio. Se levantó, le dió un beso a Hobi en la frente y se perdió rumbo a su habitación.

Cuando estuvo en ella se acostó inmediatamente y cerró los ojos fuerte.

Necesitaba quitarse la sensación de Jungkook por todo su cuerpo. Pero había algo en ese chico que lo llamaba, había algo en su comportamiento con él que lo llevaba al límite y eso le estaba asustando tanto.

Mordió su labio y se removió sobre la cama inquieto. Suspiró dos veces antes de tomar su teléfono y hacer lo que se había negado desde que Jungkook apareció en su radar.

—
—

—Hijo ¿Porqué no estás comiendo?

Jungkook siguió mirando el enorme florero que descansaba bellamente sobre la mesa más próxima a la que Jungkook estaba comiendo con sus padres.

Era domingo por la noche y cada vez que podían salían a comer a algún restaurante. Los padres de Jungkook arrastraban al menor con ellos con la excusa de hacer un momento familiar.

Cosa que el castaño odiaba un poco. Amaba a sus padres pero muchas veces los sentía ausentes y sabía que era netamente por trabajo, aún así a veces se sentía muy solo y salir a cenar unas cuantas veces no quitaba la soledad que muchas veces azotaba en su interior.

—Hijo.

Jungkook miró en dirección de su padre quien estaba con su ceño fruncido —¿Ah? Lo siento.

—¿Estás cansado bebé?

—Un poco papá —miró ahora a su otro padre.

—Bueno tú quisiste trabajar Jungkook, no tenías porque hacerlo pero aún así no me hiciste caso.

—Lo se, padre. Solo quería ganar mi propio dinero.

—Heechul, no le digas eso, deberías estar orgulloso de que nuestro Kookie quiera ganarse su propio dinero. —Jeon Alexander le guiñó un ojo a su hijo y este sonrió sin mostrar sus dientes.

Y agradecía tener a esos dos hombres en su vida a pesar de todo, eran tan opuestos, tan diferentes que Jungkook se sorprendía cada día o mejor dicho, cada año que pasaban juntos.

Jeon Heechul era la mano dura de la familia, era quien se oponía a casi todo en lo que Jungkook enfocara su atención y el menor sabía que lo hacía para protegerlo, pero muchas veces Jungkook sentía el temor de su progenitor a que él pensara por si mismo. Se sentía un poco atado con respecto a sus aficiones y gustos.

Por otra parte Jeon Alexander había llegado a su vida cuando Jungkook tenía dos años, él era por mucho, más cariñoso que Heechul, había sido más flexible con los permisos para salir cuando Jungkook era solo un adolescente y también era el apoyo más grande que tenía Jungkook dentro de su casa. Siempre alentandolo a que el castañito hiciera cosas nuevas y probara las cosas normales para su edad.

Aunque a veces Jungkook hacía cosas que sus padres por supuesto no sabían.

—¿Cómo está Jimin? —Alexander cortó un trozo de carne y miró en dirección a su hijo mientras masticaba.

—Está bien, hoy lo vi en el supermercado.

Ambos hombres asintieron y siguieron comiendo. Jungkook volvió a mirar las lindas flores y pensó en Jin.

Después de su saludo y de lo rudo que se había comportado con el mayor; Jungkook había estado seguro de haber avanzado un poco con el rubio, pero todo se había ido al demonio cuando lo vio salir rápidamente por la puerta trasera de la bodega sin mirar atrás.

—Parece que nuestro Kookie está enamorado. —Susurró Alexander.

Heechul miró a su hijo y entrecerró los ojos, luego volvió la mirada hacia su marido —No creo, ya nos hubiese contado. No por nada hemos tenido un desfile de chicas en la casa desde que tenía 15 años.

Alexander rió y acarició el hombro de su esposo —Es que míralo, mira sus ojitos brillantes.

Heechul sonrió y asintió —En ese caso, si está enamorado, pronto nos traerá a su conquista.

—Ajá... Quizás esa muchacha hizo ese brownie tan rico ¿Te acuerdas?

—Si es así hay que invitarla.

Ambos rieron mientras Jungkook seguía sumido en sus pensamientos.

Cuando la cena terminó y llegaron a su casa, Jungkook se despidió de sus padres y se fue directo a su dormitorio. Se tiró en la cama y su mente comenzó a idear la manera de poder ver a Jin antes del próximo sábado. Era una semana entera la que debía esperar por verlo y no sabía si iba a soportarlo. 

Suspiró y se lamió los labios. Ya no había vuelta atrás, le gustaba nuevamente un hombre y no quería comparar, porque Jin eran tan diferente a su primer amor, pero en su interior se sentía tan parecido a como cuando había conocido a Yoongi.

Mordió su labio fuerte para quitarse el repentino malestar que lo embargó.

Se metió entre las sábanas con su ropa puesta y prontamente estaba sumido en un profundo sueño.

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