Destino || Terminada

¿Boda?

Narrador.

3 años después.

Una castaña se encontraba con un vestido de novia que se adhería perfectamente a su cuerpo, se veía atenta ante un gran espejo en la habitación en dónde se encontraba, viendo cómo los maquillistas salían de la habitación dejándola sola.

Llevo su mano al pequeño listón delicado del vestido apreciandolo a simple vista, pero su mente no estaba igual, era un torbellino de miles y miles de preguntas rondaban en su cabeza.

¿Estoy haciendo lo correcto?

¿Es lo indicado?

¿Es lo qué quiero?

Eran muchas preguntas sin respuestas, y para su desgracia la confusión no le dejaba ver la respuesta.

Salió de sus pensamientos al oír unos toques en la puerta.

— Adelante. — dijo con voz nerviosa.

La puerta se abrió dejando ver a su mejor amiga la pelinegra, su amiga le dio una pequeña sonrisa.

Alba veía a su mejor amiga, su socia, lista para casarse, al menos eso quería creer.

— ¿Estás lista, Dani?— preguntó entrando a a la habitación.

— Sí, Alba. — contestó Daniela no muy segura.

Alba se acercó con ella, tomó sus manos con cariño viendo los ojos de su mejor amiga.

— ¿Estás segura de hacerlo?— murmuró apretando sus manos.

Daniela tragó grueso, apartó la vista y asintió ligeramente.

— Sabes que siempre estoy para ti y apoyar tus decisiones, lo tienes presente, ¿verdad?— recordó la abogada.

— Sí, Alba, estoy lista, en serio.

La pelinegra asintió llenando de aire sus pulmones para abrazar a su mejor amiga con cariño.

— Te amo, Dani, te deseo toda la felicidad del mundo. — susurró en el oído de la castaña.

Daniela quiso creer eso, lo deseaba con todas sus fuerzas, pero no sabía si sería así, aún no le quedaba claro.

— Vamos, te esperan en el altar.

Alba sonrió, pero no llegó a sus ojos, soltó una risita burlona para apaciguar el ambiente.

— Venga, tía, pasaras al club de las casadas.— bromeó sacando una risita en la castala.

Está demás decir que Alba y Aída se casaron hace dos años y todo iba de maravilla entre ellas.

Daniela se alegró al darse cuenta de la noticia aunque no estaba en sus mejores momentos, el recordar aquellos días hacía que su ánimo se alimentara de tristeza.

Salió de sus pensamientos cuando la mano de su socia con un ramo de flores la sacó de su trance.

Alzó su vista.

— Es hora.

Daniela asintió lentamente para darle una sonrisa de agradecimiento.

Salieron de la habitación, Daniela con su mejor amiga, su única familia colgando del brazo.

Mientras caminaba al evento de su vida, no pudo evitar que recuerdos llegarán a su mente, haciéndose de nuevo la misma pregunta.

¿Es lo correcto?

La canción de la orquesta la sacó de sus recuerdos tristes, su mejor amiga  entregaría a Daniela a la persona que ansiaba compartir su vida con las castaña, ahí, a unos cuantos metros esperaba en el altar.