¿Lo amas?

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Poché.

Tenía a Calle frente a mi de nuevo, la mañana siguiente que desperté tuve que salir de viaje, solucionando unas cuentas pendientes a lo que se alargó el trámite.

A lo que no pude ver a la castaña que come en silencio en este momento, pero sé que su mente no es así, desde que empezó la cena un silencio incómodo llegó a la mesa.

Dispuesta a acabar con ese silencio decido dejar mi plato y hablar.

— Estoy satisfecha. — comenté mientras llevo mis manos a mi costado.

— Yo igual. — respondió Calle.

El silencio llegó de nuevo, un suspiro pesado sale de mis labios, su voz hace que le ponga atención.

— Gracias por decirle a Alejo que me mostrará la cabaña, no he pasado tan aburrida gracias a eso. — mencionó jugando con sus manos.

Sabía que eso le ayudaría a pasar su tiempo aquí, por lo cuál le dije a Alejo que le diera compañía.

— Sabes que haría cualquier cosa por ti. —susurré relamiendo mis labios.

Ella elevó su vista por fin, vi sus ojos avellanas y por un momento recordé la mirada con la que me veía hace tres años.

— ¿Qué te pasó en las manos?— cuestionó viéndome los nudillos, ya sólo lo era la costra de la herida.

— Nada, algo sin importancia. — contesté con simpleza, ella asintió no muy convencida.

—¿Dónde estuviste este tiempo?— indagó.

— Estaba solucionando unos problemas. — respondí cortante.

No quería que supiera eso aún, ella solo asintió. Todo esto es tan frustrante, nunca pensé llegar a está situación con Calle.

— ¿Por qué lo hiciste?— preguntó en un murmullo.

No entendí de que podía estar hablando.

— ¿De qué hablas?

Ella elevó su vista otra vez para apartarla rápidamente.

— Me raptaste el día de mi boda de eso hablo. — mencionó viéndome con expresión neutra.

Una punzada llegó a mi pecho. ¿Era eso lo que estaba reprochandome.

— Ya te lo dije. — corté tajante.

Daniela asintió llegando el silencio de nuevo.

Sabía que era el momento de sacarme la duda que tenía en la cabeza hace mucho, pero tenía miedo de la respuesta, podía pasarme cualquier cosa, pero sí yo comprobaba que Calle amaba a Sebastián no sabía porque ella debía estar aquí.

No tenía sentido retenerla a mi lado.

—¿Lo amas?— solté sin anestesia, el miedo embargando mi ser.

Es increíble el cómo nos podemos aferrarnos a una simple respuesta, que en una simple palabra está todas nuestras esperanzas, el cambio a todo.

Solo esperaba un simple no y haría todo lo posible por recuperar a la mujer que amo.

Daniela elevó su vista para abrir y cerrar la boca, apretó los labios.

— Sí, lo amo.

Sentí un balde de agua fría caer sobre mí con un duro golpe de realidad, ella ya no me ama, ella no debía seguir a mi lado y esto me lo confirma.

¿De qué sirve que le expliqué todo?

Ya la perdí, sólo llegue a arruinar su futura felicidad que está al lado de su prometido y no del mío.

Destino || TerminadaWhere stories live. Discover now