Dejado a un lado... jamás pensó que le pasaría algo así.
Víctor ha sido abandonando con su pequeño hijo de poco más de un año, su pareja ha huido con su destinado... ¿Como pudo dejar a Ilya de esa forma? Ahora más que nunca, Víctor, no puede detene...
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Solo tres días en japón, no podían quedarse más debido a la agenda de Víctor, Masumi ya había sido muy comprensivo en dejarlo ir en estas fechas. Yuuri estaba terriblemente nervioso y a menudo se levantaba por la noche sin poder volver a dormir con calma, solo lograba reconciliar el sueño cuando Ilya se acunaba en su pecho tras la partida de Víctor a sus entrenamientos.
Durante los últimos días Yuuri no podía dimensionar el tipo de relación que estaba surgiendo con el alfa, pero lo cierto era que el amor de Víctor abordaba con fuerza cada vez más y más aspectos de su vida, lo mismo pasaba con el platinado ¿Como podía dar la vida un giro tan grande en menos de un año? Componía música casi todos los días, arreglado y armando partituras cada vez más complejas, ya no pensaba en una interpretación solista, quería las cuerdas agudas de los violines, el grito ahogado de los trombones y tubas, el piano como gestor de todo, moviendo todos los instrumentos para crear un nuevo mundo, no era una historia que debía ser contada como lo era Yuuri on Ice, era mucho más... una celebración a todo, incluso a lo triste, pero en una convergencia tan armoniosa, que querías moverte para fluir con aquella melodía que llenaba todo.
Víctor se movía con meticulosidad al interpretar Yuuri on Ice, no quería que el menor viera la rutina y en consecuencia le había prohibido llegar antes a las practicas para recogerle. El nipón en venganza no le dejaba escuchar ni si quiera segundos de lo que seria Love & Life, como decidieron llamar la obra en que trabajaba Yuuri.
Aquella singular rencilla pasó a segundo plato mientras iban en el auto hacia el autopuerto, Igor se había ofrecido a llevarlos, Yuuri apretaba fuertemente la mano de Víctor mientras llegaban, aunque Natalie tenía a su cachorro en brazos, Ilya insistía en pasar a los brazos de Yuuri, a quien notaba nervioso.
- Estaremos bien, cariño- El japonés miró a su pareja con sorpresa... ya iba a ser cerca de un año de conocer a Víctor y aún las palabras amorosas causaban estragos en el menor- No tienes que comprometerte a nada- No hay altas espectativas... Lo que sea que sucediera, estará bien. Lo único que Víctor sabía con claridad es que acompañaría a Yuuri y le contendría aún en el fin del mundo si fuese necesario.
- Quiero fotos de Ilya usando un bonito kimono ¿Podría pedir eso?- Preguntó Igor tras el volante.
- Claro...- Contestó suavemente el azabache- Hay un bonito templo sintoista allí en Hasetsu, además de un castillo ninja...
- ¿Ninja, really? - Los ojos de Víctor brillaron con ilusión- Ok, si quiero ir allí - Al subir al avión, Yuuri apretó fuertemente la mano de Víctor, el alfa inmediatamente se acercó a él y besó su mejilla.
La azafata los guió a sus asientos, el azabache no podía acostumbrarse a la primera clase, pero Víctor se durmió pasada la primera hora de vuelo, Ilya se quedó dormido en brazos de su padre, eso le dio tiempo al azabache para escribir en su cuadernillo... preparaba una sonata, una solo para Víctor, aquello poco a poco iba tomando forma y ver al ruso con ese rostro pacifico y amable, abrazado a su pequeño cachorro, le llenaba de inspiración.
