28.

34 1 1
                                    

El celular y el teléfono fijo de Giovani no paraba de sonar casi las 3AM y seguían entrando mensajes y llamadas.

Tocó sutilmente la puerta de mi habitación. - ¿Puedo? - Preguntó casi en un susurro.

Asentí con una sonrisa y le hice un hueco en la cama. - ¿Qué sucede?

Se recostó dándome la espalda. Lo envolví con mis brazos. - Estoy un poco abrumado.

- El precio de tener tanta gente que te quiere y recuerda. - Respondí casi en un susurro.

- ¿Y tú?.. ¿Me quieres?

Acaricié su mejilla. Mi corazón comenzó a latir demasiado rápido. - Con todo lo que soy. - Susurré en su oído y dejé un beso en su mejilla.

Acaricié su cabello hasta que los dos caímos en un sueño profundo.

...

Apenas se asomó la luz del sol por la ventana, salí de la cama. Intenté desbloquear el móvil de Giovani para desactivar su alarma, pero nunca adiviné su contraseña.

Casi faltaba una hora para que despertara y Eve aún no llegaba, así que entré a ducharme.

Al terminar, conté cada segundo que faltaba para que sonara y logré silenciarla antes de que él la escuchará.

Fui directo a la cocina. La mamá de Gio ya estaba despierta.

- Buenos días. - Dije para las dos, también Eve se encontraba ahí. Recibí respuesta de ambas. - También pensé en prepararle el desayuno. - Me acerqué hacia ellas. - ¿En qué puedo ayudar?

Eve le preparó tortitas conforme a la dieta que estaba llevando. Su mamá se encargó del café y la fruta, yo de adornarle las tortitas con el número "28".

- Eder le ha preparado una fiesta sorpresa. - Informó Liliana.

- ¡Perfecto! - Miré a Eve. - Nosotros vamos a casa de Eder y que lleguen los que adornarán la habitación.

El papá de Giovani entró a la cocina, con mucha alegría y al igual que nosotras, estaba tan emocionado por festejar un año más a Giovani.

Tomé el plato con las tortitas y nos dirigimos a mi habitación, ni qué decir de la vergüenza que sentí cuando ellos preguntaron por qué él estaba ahí.

Entramos cantando el "Cumpleaños feliz" con todas nuestras fuerzas y toda nuestra alegría.

Él despertó con una sonrisa enorme y comenzó a cantar junto a su papá una canción en portugués, también gritaba y reía muy fuerte. Mis ojos se aguaron al instante.

Le di el plato con las tortitas. Dijo en un grito: "Gracias, mi amor" y siguió cantando.

Tomé el móvil y comencé a hacerle fotos. Segundos después prendí la vengala que habíamos puesto. - Antes de apagarla, pide un deseo. - Dije.

Lo vimos cerrar sus ojos y segundos después apagó la llama de la pequeña vela.

Eve recogió el plato y salieron de la habitación para esperarlo en el comedor y desayunar junto a él.

Nos miramos fijamente y corrí a sus brazos. Me aferré a él con todas mis fuerzas y sentí como las lágrimas comenzaron a resbalar por mis mejillas. - Te admiro con todo lo que soy, con todo lo que tengo. Estoy muy orgullosa de la persona que eres. - Nos separamos para vernos mejor. - Y no importa el tiempo, ni todo lo que pase, siempre voy a creer en ti. - Acaricié sus mejillas. - Gracias por hacer realidad mis sueños.

- Gracias, mi amor. Quiero que esto que tenemos, sea lo más real que me ha pasado.

Asentí. Y uní nuestros labios en un cálido beso, tierno, con ganas, sus manos se posaron en mi cintura y todo iba de maravilla en mi vida si le tenía a él.

Desayunamos junto a sus padres. Cada uno lo abrazó y le desearon muchas cosas bonitas, su madre nos sacó lágrimas a los dos. Estuvieron cantando y riendo. Después llegaron las llamadas de sus hermanos. Con Jonathan se demoraron muchísimo, y Eder le hizo creer que estaba junto al menor de los Dos Santos.

Después le habló Vela y tardó demasiado platicando con él, no dejaban de reír y como siempre, terminaría muy nostálgico tras despedirse de su mejor amigo.

Tardó mucho tiempo respondiendo mensajes y llamadas. Los teléfonos seguían sin parar. Y a eso, habría que sumarle las llamadas que sus padres respondían y le pasaban.

Entré a redes sociales, aún estaba muy difusa nuestra relación. Decidí leer todo lo que ponían para él...

- Gio... - Me acerqué a él. - Encontré este vídeo que te han hecho. Está súper lindo. - Le di el móvil. Era un vídeo llamado " What's a soulmate?" Que recopilaba vídeos junto a Vela, Guardado, Ochoa, sus hermanos, sus papás y algunos vídeos con aficionados.
Los ojos se me aguaron junto a él.

- Faltó una foto nuestra. - Dijo al entregarme mi celular.

Sentí mis mejillas arder y solo pude responderle con una sonrisa.

Siguió atendiendo llamadas, incluso llegaron paquetes a casa. Parecía niño chiquito cada que abría uno.
Detalles de amigos, patrocinadores, compañeros y demás que querían recordarlo este día.

- Bueno, ¿Qué haremos hoy? - Preguntó Zizinho. La mañana se nos había ido entre sorpresas, llamadas y mensajes.

- Podemos ir a comer. - Respondí de inmediato. - Podemos buscar un concierto, o cerca de aquí me dijeron que hay un teatro muy bueno... - Miré a su mamá, esperando que entendiera y me siguiera el plan, aunque sonaba a algo muy alejado de lo que a Gio le gustaba. - Y luego regresamos. Aún hay regalos que faltan por llegar. - Lo miré a él.

Alzó sus hombros. - Por mí está bien.

- Me encanta la idea. - Respondió su mamá.

- Bueno, nos preparamos y cuando estén listos nos vamos. - Dijo su papá.

- Yo buscaré qué obras de teatro hay hoy. - Fui a mi habitación. Chequé que todo con el plan estuviera perfecto y solo esperaba que Giovani sí quisiera regresar de la casa de Eder para que yo le pudiera enseñar su sorpresa.

Comencé a maquillarme y peinarme. Decidí usar el vestido que había comprado y elegí la mejor ropa posible.
Él entró varias veces a preguntarme cuál outfit le iba mejor.

- Me encanta cuando usas vestido. - Confesó frente a mi. - Me encantan tus piernas.

Sentí mis mejillas arder y el corazón latirme super rápido. No pude siquiera responder. - Te he comprado algo... - Cambié el tema. - Rebusqué la chaqueta que había elegido para él. - Cuando la ví no pude evitar imaginarla en ti. - Puse la bolsa en sus manos.

Decidió usarla esa tarde. Y la verdad es que había sido una gran elección.

Salimos junto a sus padres y supliqué porque me dejaran manejar a mí.
Después de 20 minutos, su mamá le avisó a Eder que estábamos llegando y le dijo a Giovani que pasarían a recoger unas cosas, tras una súplica de su mamá aceptó bajarse de la camioneta y "acompañarla" al departamento de su hermano.

Después de que ellos bajaron nosotros los seguimos y entramos detrás de ellos, segundos después amigos, compañeros de su actual club y algunos familiares gritaron "¡SORPRESA!".

Sus ojos se inundaron de felicidad y volteó a verme.

Negué con una sonrisa y le dije "El culpable fue Eder".

Todos se acercaron a saludarle y felicitarle, algunos otros le dieron más regalos. Se reencontró con familia que hace muchísimo tiempo no veía y amigos que hicieron mucho esfuerzo por llegar de otros países para felicitarle.

Había comida y mucha bebida, música y mucha alegría. Me sorprendió su responsabilidad y dijo que no bebería una gota de alcohol para regresar de la mejor manera a entrenar.

Él no podía dejar de sonreír, y yo me sentía la chica más afortunada por poder vivir todo eso a su lado.



.
.
.

No es cumpleaños de Giovani, ni mucho menos, pero era el capítulo que tocaba. 🤭

* Además, recuerden que esta novela la escribí hace años, ahora nuestro pequeño va por los 31. 🥺

ÁNGEL DEL DESTINO | Giovani dos Santos |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora