🌘 Treinta y Dos 🌒 (II)

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¿Yo? No.

Yo me doy igual. Que me atropellen. No importa.

Llegué a casa. Piqué en la puerta con mis nudillos rojos por el clima helado que había y me recibieron entre lágrimas y sonrisas. Yo lloré, volvieron a salir mis lágrimas una vez más. Me acompañaron hacia adentro, me prepararon una buena comida caliente y un cálido baño, para después tener una larga noche de charla, explicaciones y confesiones.

Las Dos y Treinta y Dos de la madrugada.

Y no puedo dormir.

Ojeaba mi móvil en la única red social que podría distraerme y romperme a la vez un poquito más el corazón: Twitter.
No pretendía seguir a personas desconocidas ni que me siguieran. No interactuaba allí, tan sólo la usaba para estar al día de los chicos, para tenerles cerca. Y ya sé, fui yo la que se fue sin dar explicaciones, la que quiso alejarse. Pero por más que quiera, no puedo distanciarme de ellos.
Mi corazón sigue allí, en Seúl.

Seoul~

Con ellos.

Aprovechando que mi cama estaba situada bajo la ventana, me acerqué a ella, subí la persiana y enseguida vi cómo la luz de la luna se sentaba a mi lado, entre las colchas y mi pijama.
Las nubes se fueron, facilitaron su visión para mí y brillaba como nunca. Realmente estaba hermosa esa noche.

Dejé mi móvil sobre la cama, a un lado lejos de mí, y apoyé mis brazos sobre el descansillo de la ventana hundiendo mi cara ahí. Mis ojos no se desprendían de la luna y las estrellas. Parecía como si me llamaran, me hipnotizaban.

Recuerdo cuánto amaba mirar las estrellas años atrás. Cómo amaba hacer fotos al cielo, a las nubes, a los atardeceres. Lo amaba.

Tomé mi móvil una vez más y abrí la cámara de éste. Enfoqué tocando en la pantalla táctil a la luna y tomé una foto. Dudé en actuar sobre el siguiente paso, pero caí en que no llegaría a nadie, así que accedí y publiqué esa foto en mi cuenta de Twitter inactiva, donde nadie me conocía.

Y lo que decía, Cero

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Y lo que decía, Cero.

Decidí irme/intentar dormir. Puse mi móvil en modo avión, sin tener conexión a ningún tipo de Internet y lo coloqué sobre el escritorio, más lejos de mí. Me acurruqué en mí misma, encogiendo mis piernas hasta abrazarlas después de haberme echado por encima el edredón cálido que mi madre me dejó.

Echaba de menos este olor a hogar. A mi perro, a mis hermanos, a mis padres. El olor a los restos de pizza quemados en el horno, el olor al mar, el sonido de los barcos, de las olas...
Es muy distinto a Seúl, pero después de todo es mi hogar.

Cerré los ojos una última vez y me dormí.

Un tacto raro y húmedo por mi cara hizo que mis ojos se abrieran con dificultad y dolor. Tuve pesadillas y lloré mientras dormía. Abrí mis ojos del todo y pude ver el enorme hocico de mi perro delante de mis narices, mojando las sábanas de sus babas, mirando con cara de cachorro a pesar de sus años y moviendo su cola de un lado para otro.

ㅣ2.0ㅣAutumn On Night. // Min Yoon Gi; BTS.ㅣ2.0ㅣ✅Where stories live. Discover now