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Las hojas donde se planificaron las actividades del club deberían estar llorando, puesto que poner de nuestra parte para el desarrollo de actividades no fue de nuestras prioridades.

Durante todo este tiempo nunca realizamos nada fuera de lo común, nada digno de mencionar como el logro de un club estudiantil, ya muchos notamos que tarde o temprano terminaría rompiéndose la quietud de estos días.

En una sola ocasión se dio la oportunidad de realizar algo de provecho, algo que nos diera a conocer, no solo a la comunidad estudiantil sino también a la ciudad entera, todo estaba preparado, atuendos confeccionados, premisa ideada, pasos pensados y bolsillo vacío. Aquel baile en el centro recreativo de la ciudad nos catapultaría directo a la gloria o a la vergüenza por siempre. Al parecer los miembros se tomaron demasiado a pecho lo de la vergüenza eterna, tras la adquisición de los trajes simplemente se esfumaron de los ensayos, si es que podían llamarse de esa forma.

Aún lloro internamente por haber perdido la oportunidad de ver con un cosplay a las integrantes del club, una oportunidad que nunca regresará.

Los recesos siempre fueron la ocasión para llenar el salón del club, justo al lado de mi curso, con la gran energía de sus integrantes, de diversión o simplemente para pasar el tiempo. Incluso cuando por realizar una broma casi somos expulsados, pero las risas ese día no faltaron.

Nada salió fuera de lo normal.

Hasta que ese par se graduaron. Todo fue una simple forma de pasar el tiempo.

No tengo idea de si es que alguien ha prometido volverse a encontrar, no tengo idea de si alguien quiere que nos volvamos a encontrar. Lo más normal sería pensar que sí, pero conociéndome, y medio tratando de conocer al resto del grupo, a lo mejor me estoy equivocando.

«Esos son mis amigos. »

Escuché un grito mientras los muchachos de último curso salían para despedirse, los aplausos de la gente a veces se hacían esperar, a veces se hacían de rogar.

Es el fin de un ciclo para ciertas personas, más no es como que aquello le llene de interés la cabeza al resto de la preparatoria, ellos tienen que continuar con sus estudios, están aquí para ser quienes se gradúan, no para admirar cómo otras personas son las que dan el paso a lo que ellos desean.

Dicho sea de paso, deseo que a todos ellos les vaya bien en los exámenes de admisión, bueno, a los que decidan tomar uno.

El pequeño programa que se formó había interrumpido una de nuestras horas de clase, en teoría era una ocasión especial, así que podía darse el lujo, ya que el lío no duró más de 20 minutos. Pronto todos regresarían a clases, todos volverían a centrarse en sus vidas, olvidarían el nombre de aquellos que partieron y no les importaría en absoluto.

Me costó bastante, pero conseguí evitar el sentimiento de melancolía que poco a poco parecía flotar en mi interior. Verme inundado por estos sentimientos no es una agradable sensación, en especial porque sabes que no se trata de ellos, sino de que sientes que el reloj que señala tu tiempo sigue girando y aquel mismo momento pronto te llegará.

Enun instante recuerdas todo lo que hiciste, y piensas en aquel tiempo "cuandonada llega a ninguna parte."

Diario de una promesaWhere stories live. Discover now