Página 5

354 3 0
                                    


Me fue imposible evitar las reprimendas por parte de mi círculo social.

Una de las desventajas de que tu padre sea profesor en el mismo sitio donde tú estudias es que él también está invitado a los eventos especiales organizados por la secundaria.

El programa de navidad no me resultó demasiado agradable que digamos. Me vi obligado a pasar gran parte de la tarde con mi mal puesto gorro navideño color verde. Tuve la oportunidad de conversar con Yui, quien había traído una consola portátil para el deleite de los niños más pequeños que se reunieron a su alrededor. Pero poco o nada parecía interesarle el evento en sí. Lo mismo se aplicaba para mí, deseaba con todo mi ahínco irme a casa.

Cuando los muchachos de mi curso se juntaron decidí unirme a su grupo, más que nada porque no tenía nada que hacer y Yui había desaparecido de mi vista ya hacía rato.

Ya estaba anocheciendo, pronto empezaría el programa. Ellos me llevaron afuera, donde a lo lejos pudimos observar un par de siluetas.

Eran Yui y alguien más, o al menos eso le pareció a todo el grupo.

No me interesaba, definitivamente no me interesaba.

Sienta mal, muy mal, pocas son las energías que tengo para observar a mi alrededor.

El sábado pasado, cuando me encontraba de viaje en preparación para un evento organizado por mi prima, todos mis manuscritos, entre otras cosas, fueron quemados por mis padres. A decir verdad no sé de quién fue la idea de quemar algo que se encontraba en mi mesa de trabajo.

De paso, nunca me decidí a transcribirlas.

Ahora solo viven en mi memoria, y como mi memoria es bien floja, pues ya desaparecieron por completo. Nada que hacer.

Entre tanto y tanto entraba o salía del portón. Lo único que deseaba era irme de ese lugar, llegar a mi casa y continuar viendo el gran anime que había encontrado. Hasta que mi deseo fui cumplido y mi padre decidió que era momento de dirigirse a nuestro hogar. La última imagen que pude notar, fue aquella de Sasaki besando a un tipo que no era Takeru, mientras los fuegos artificiales comenzaban a iluminar el cielo nocturno.

El año lectivo acaba de terminar en Febrero, no he confirmado nada que tenga que ver con Sasaki, ya que no he intercambiado palabras ni con ella ni con nadie cercano a ella.

Puedo con vergüenza decir que no me he atrevido.

Incluso cuando llevé a cabo una acción mucho más intrigante, incluso para mí mismo.

19 de enero, un día antes de lo que hubiera sido un posible aniversario entre Sasaki y yo si las cosas se hubieran dado bien desde el inicio, fui sin el más mínimo atisbo de pudor a declararme ante, una ya desesperada por salir, Yui.

Como era de esperarse, fui rechazado, de una forma muy sincera y poco esperanzadora. Ya me hubiera encantado ver mi propio rostro en ese momento, según ella, yo poseía una expresión de tristeza, de soledad.

Después de todo, ella ya tiene a alguien en su pensamiento, no soy nadie para tratar de meterme por la fuerza o por el apoyo popular.

Sí, esto ya se ha vuelto un tanto problemático.

Quién sabe y de verdad terminé tragándome la mentira, tal como el resto de personas en nuestros cursos. Desde aquel día me prometí que no volvería a tomarme las cosas tan a la ligera, puesto que no tengo ni idea de las consecuencias que conllevan mis acciones.

Incluso si poco ha empeorado la situación en la que ya me encontraba, yo bautizo a estos momentos como "los días grises."

Diario de una promesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora