Séptimo capítulo: Recuerdos

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Las explicaciones del profesor se difuminaban en el interior del aula, Ana no era capaz de oír nada, jugaba con el lápiz entre sus manos, rodando. Sacó un poco de punta y empezó a escribir el nombre de Mimi al pie de la página por la que tenía abierta su libreta. Sonrió satisfecha mientras volvía a rodar el lápiz 


- ¡Vaya, señora Martínez, le ha salido muy bien! - alababa Mimi a la mujer enfrente suya con una enorme sonrisa. La mujer iba en su silla de ruedas y casi nunca hablaba, aunque no era difícil de tratar, siempre tenía una sonrisa lista para regalar

La señora giró la cara y la miró

- ¿Y tú quién... eres…?

Mimi tensó un poco la cara

- Soy Mimi. Trabajo aquí como a voluntaria, soy Mimi Doblas 

La señora volvió su mirada a la grulla de papiroflexia que estaba haciendo con ayuda de  Mimi

- Ah, buenos días, señor Gómez - se levantó Mimi para saludarle

- Buenas tardes - respondió alegre el hombre, que llegaba y se sentaba frente a ellas, en la larga mesa de la residencia de ancianos

- Señora Martínez, ha llegado su esposo - se agachaba de nuevo al lado de la mujer, que se le dibujó una sonrisa coqueta, se afanó en terminar la grulla y se la entregó a su esposo, ante el gesto Mimi sonrió cálidamente

- Qué bien te ha salido, ¿eh? - la mujer le entregó más manualidades que hizo esa tarde - Oh, estos también te han quedado muy bien - Sonreía nuevamente Mimi ante la cotidianeidad y la costumbre de la pareja


Ana y Mimi hoy habían quedado y fueron hacia el videoclub, a ese que iba a ir Ana cuando la casualidad metió a Mimi en su camino, iban paseando por los pasillos llenos de miles y miles de cintas, cajas de DVDs, algunos viejos VHS…

- Por cierto… ése día… ¿Qué estabas haciendo? - preguntó Ana

- ¿Ese día?

- Cuando nos conocimos por primera vez… cuando nos cruzamos, cuando chocamos en la intersección, en esa curva

- Iba a devolver unos DVDs

- Yo también

- ¿Cuál tomastes prestado?

- Uhmmm… “Time slip”... creo que era ese

- ¿Qué tipo de peli es?

Mimi rió

- Ni aunque te lo explicara no podrías entenderla - siguió riendo - ¿Y tu?

- "Otona wa wakatte kurenai", de Truffaut (Les Quatre Cents Coups)

- Umm, vaya…

- Me empecé a interesar en películas y las terminé viendo por hobby, esperando no tener que enfrentarme mucho a la realidad… Creo que esa sería mi pequeña historia

- Parece que hables de nuestra historia..


Y como si fuera ya costumbre en ellas se encontraban ahora en uno de esos pequeños descampados donde se veía una vista panorámica de la ciudad. Mimi jugaba a hacer pompas de jabón, el viento que soplaba se las llevaba lejos, de aquí a allí, flotando, danzando entre los cuerpos de ambas, de un lado a otro, a veces atacando a Ana, soplandolas hacia ella, el reír de Mimi adornando el momento. Ana se la quedó mirando, con los pies anclados al suelo, y juntó sus dedos al frente, como mostrando un marco, encuadrando a Mimi en su punto de vista, que se giró y estalló entre risas.

Te prometí... (Warmi, finalizada) Where stories live. Discover now