Tercer capítulo: No lo olvides

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Ana entró de la academia de repaso, un poco desubicada, buscando a alguien con la mirada, mientras la resta de estudiantes se reunían con quienes les esperaban o con estudiantes de otras aulas. Se decidió a seguir a la gente por los pasillos hasta que consiguió llegar a su aula, mirando a todos lados hasta que oyó su nombre entre susurros, alzó la mirada hasta el final de todo, hasta que se encontró a Miriam, llamándola con la mano, para que se sentara a su lado

- Ay, estoy un poco inquieta, como tensa… - confesó Ana al sentarse y dejar su mochila encima de la mesa

- ¿Pero tú te has preparado algo?

- Si te digo la verdad no mucho - confesó Ana

-Si es que ya lo sabía yo… Qué alivio - le palmeó el hombro entre risas mientras entraba el profesor y empezaba la clase 


Salieron abrumadas por el calor de la tarde, discutiendo sobre cosas de clase

- Oye ¿Te apetece ir a comer alguna cosa? Creo que me moriré si no como algo pronto, me apetece mil comida basura - se frotaba la tripita Ana

- Ostras, lo siento - Miriam pareció caer en cuenta de algo

- ¿Qué?

- Me olvidé que tengo que ir a la biblioteca

- ¿Ha?

- Lo siento, ya vamos mejor otro día - Y se marchó dejándola plantada a la salida de la academia 

- ¿Hasta mañana, nooo? 

Pero ni recibió respuesta. Se giró hacia el parking de bicicletas para coger la suya y allí estaba la chica.

Estaba ella, de pie. “Ella”, la chica sin nombre.

Con una blusa blanca y una falda larga a rayas azul y blancas, con las manos entrelazadas al frente. Esperándola. Espera... ¿esperándola? Ana se sorprendió de verla allí, y la chica, al ver que Ana la recordó dibujó en su cara una sonrisa cálida. La primera que veía en ella. Y le llenó el corazón.

Empezaron un camino, Ana siguiéndola con la bicicleta al lado, ella al frente, subiendo por una colina

- ¿Dónde vamos?

- Eso no importa, sólo ven

- Espérame… - consiguió llegar a su lado y andar ambas a la par

Subiendo por unas escaleras de cimiento llegaron a una especie de descampado, aunque bien mirado también parecía un mirador. Un mirador secreto, como oculto, donde se podía ver toda la ciudad desde allí.

Ana, al llegar y ver las vistas suspiró asombrada

- Vaya, no sabía de este lugar, pero a la vez… Pero si siempre he vivido aquí

- Hay muchos lugares como estos - contestó la chica rubia - Y desde aquí se pueden ver todos los edificios más emblemáticos

- Se ve todo súper pequeño pero acogedor a la vez

- Sip - asintió con la cabeza - Pero sin embargo la gente más importante del mundo no va a pisar nunca este lugar, desconocen de este otro lugar del universo, la cara oculta. ¡Nadie lo conoce! - gritó al vacío, para seguido reírse con alivio

- Ey - Ana estaba detrás de ella, la chica se giró para mirarla al oír que la llamaba - ¿Cuál es tu nombre? - Su cara cambió a un deje de nostalgia, con toda la ciudad detrás de ella - Yo soy Ana Guerra, de la clase C - ella asintió, con conocimiento - Y tú eres de la clase D ¿Verdad? Entonces debes ir a la misma clase que Aitana y Amaia … - la muchacha se fue girando hasta quedar completamente frente a Ana - Tu nombre…

La chica bajó la mirada, preparándose, y la volvió a alzar, poco a poco, dando medio paso adelante

- Prométeme que no vas a olvidarlo

- ¿Eh?

- ...Mi nombre… ¿No lo vas a olvidar? - preguntó, arqueando un poco las cejas

Pilló un poco desprevenida a Ana

- No, no voy a olvidarlo

- ¿Lo juras?

Ana se rió

- Por supuesto

La chica relajó sus hombros 

- Mimi Doblas

Ana se quedó pensando

- ¿..Doblas? Así que nunca hemos ido a la misma clase - divagaba con la mirada, perdida por el césped - Mimi Doblas… - probaba su nombre en sus propios labios - Mimi - pronunciaba un poco divertida - Es un buen nombre - sonrió

Hizo que Mimi riera un poco ante su reacción, con una mano apartando el pelo de su cara

- Ey. Tengo hambre - rió ahora sí con más fluidez, con más ganas 


Un rato más largo llegaron a una tienda de crepes, Ana aparcando la bici delante

- Espérate aquí ¿Me vas a esperar? Te aseguro que las de esta tienda son las mejores del mundo. Espérame - Ana entró mientras Mimi miraba de reojo el interior

- ¡Bienvenida! Uy, hola Ana ¿estás sola? - la saludó Mireya al verla, mientras llevaba una bandeja vacía bajo el brazo. 

- Hm, no, en verdad he venido con alguien..

- Oye, oye… no me digas que… - empezó a decir con un tono divertido Roi, trabajaba a tiempo parcial en la crepería y se acercó al oírla entrar - ¿No será que por fiiiin…? ¿De veras, Ana? - intentaba mirar hacia el exterior de la tienda, sin mucho éxito ya que Ana lo frenaba

- E-en verdad… es una… amiga…

- ¡¿Es tu novia?! - abrió mucho los ojos

- ¡Q-qué?! N-no no nnno por supuesto que no, idiota - contestó rápido, intentaba no alzar mucho la voz pero estaba empezando a ponerse un poco nerviosa

- Bueno, entonces tú sólo déjamelo a mí…

Mimi miraba a través de la ventana, desde la calle, estudiando a las demás de dependientas, chicas jóvenes, arregladas, con una sonrisa enorme en la cara, tomando nota de las comandas.

- Y para finalizar, le voy a añadir este sirope especial…

Cuando tuvieron listo lo que Ana pidió, salió por la puerta

- Perdóoon

Pero no había nadie. Ni rastro de Mimi. La calle vacía, sólo el ruido y las luces de los coches y los camiones circulando. Ana no entendía por qué Mimi había desaparecido así…

Te prometí... (Warmi, finalizada) Where stories live. Discover now