Capítulo 48 {1/2}

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Con ese pensamiento en mente, abrazo a mi amiga por última vez, tratando de no llorar, mientras le prometo que apenas llegue le voy a avisar.

Cuando estoy girando para darle el pasaje al chófer del micro, Abby me agarra de la muñeca.

-Yo...Ailen, ¿estas segura de esto?- pregunta sacando el sobre azul de su campera.- ¿No lo queres pensar un poco más?

Cierro los ojos recordando los sentimientos que dejé plasmados en ese papel, analizando cada palabra, y cada lágrima que derramé al escribirlas, decidiendo si es una buena idea entregarle esa carta.
No tardo mucho en asentir, al fin y al cabo le pertenece, mis sentimientos, lágrimas y corazón le pertenecen.

-Yo lo amo, Abby- susurro con la voz rota- Pero no podemos seguir lastimandonos así

-Pero el problema no está en ustedes, sino en lo que pasa con la gente de afuera que los jode.- me explica ella abrazandome.

-Si nuestra relación hubiese sido lo suficientemente fuerte, esas pequeñas cosas no nos hubieran importado, pero nuestra relación está rota.

¿Segura?

-Volve cuando te sientas preparada...- dice ella cambiando de tema- Si necesitas hablar o cualquier cosa, podes llamarme

Nos damos un último abrazo y saludo a la distancia a Emiliano, quien trata de devolverme la sonrisa pero falla ya que no puede ocultar su preocupación.

Cierro los ojos y trato de no pensar en la reacción de Adams cuando se entere.
Si estoy viajando es para no pensarlo más.

Basta.

Le doy mi pasaje al chófer del micro para después empezar a buscar mi asiento. Por suerte me tocó al lado de la ventana, mi favorito.
Mientras el micro avanza lentamente me despido por última vez de mi amiga para después cerrar la cortina y apoyar mi cabeza sobre el vidrio para poder descansar un poco.

**********

Llego a destino aproximadamente a las 11 del mediodía.
Y digo aproximadamente ya que me baso en los comentarios de la gente a mi alrededor, dado que mi celular está muerto por no haberle cargado batería, lo cual en cierto modo no me afecta del todo ya que es una buena excusa para no hablar con nadie.

Después de buscar mi  bolso en el despacho del micro corro hacia la entrada de la estación para tomar un remis.

10 minutos más tarde, el auto me deja frente a la pequeña casa celeste que había comprado mi abuela algunos años antes de fallecer.

"Yo sé cuanto amas este lugar, Ailincita, podes venir a descansar acá cuando quieras"

Aprieto con fuerza la llave y abro la puerta de madera.
El olor a encierro inunda mis fosas nasales.
No me sorprende, a decir verdad solo venimos en febrero y junio, repartiendo los días para que cada miembro de mi familia pueda tener las semanas que les corresponde.

Lo primero que hago al entrar es abrir todas las ventanas de la planta alta y baja.
Una vez que todo se está aireando, conecto el celular al cargador y apenas se enciende empiezan a aparecer en la pantalla más de 50 notificaciones de llamadas perdidas y mensajes de texto.

-Hola chicos, entiendo que estén procupados- digo grabando un audio de voz para mandarlo al grupo, donde todos pregunta qué pasó- Acabo de llegar, perdón por no contestar sus mensajes, pero primero: no tenia señal, segundo: dormi las 5 horas de viaje y tercero: no tenia bateria. Si quieren y pueden podemos hacer una videollamada a la noche y yo...bueno, les cuento que pasó, pero ahora tengo que acomodar todo y despejar la mente, los amo.-pulso para mandar el audio

Dos idiotas enamoradosWhere stories live. Discover now