El Príncipe Encantado - SEVENTEEN

Capítulo 17

Gritos desgarradores se escuchaban en una habitación, junto con sollozos y exclamaciones para pedir que el dolor que sentía se fuera. JiHoon estaba acostado con los ojos cerrados, su mano izquierda se posó en un hombro derecho, se retorcía de dolor y la temperatura de su cuerpo estaba elevada. Sirvientes que estaban en su habitación trataban de bajar el calor de su cuerpo, y haciendo medicinas para calmarlo, pero era imposible. A cada cosa que Jihoon terminaba tomando, lo escupía o lo vomitaba, como si el dolor le impedía razonar.

—¡Jeonghan basta! –Wonwoo abrió los ojos al escuchar la voz ronca de su padre, quien estaba molesto. Jeonghan bajó rápidamente la mano al escuchar a Seungcheol. Miró a él que se acercaba con pasos rápidos y lo tomó de la muñeca.– Le estás haciendo daño... –comentó entre dientes. Wonwoo no escuchó, su mente estaba nublada y sus ojos estaban perdidos.– ¿Qué le hiciste a Wonwoo?

—Nada... –sonrió Jeonghan, soltándose del agarre de Seungcheol para llevar las manos a sus mejillas– Solo le dije un pequeña mentira que nos beneficiará a ambos, ¿no crees? –Seungcheol no apartó a Jeonghan y solo lo miraba a su ojos que ahora eran blancos– El legado de Kim Minhyuk desaparecerá.

—Pero no haciendo sufrir a Jihoon. ¿Comprendes? –apartó bruscamente las manos de Jeonghan, quien bufó ante su comentario. Seungcheol dio media vuelta y volvió por donde había llegado.

—Como usted ordene. –dijo con aparente sarcasmo. Volteó con Wonwoo quien seguía perdido entre sus pensamientos.– Escucha, hijo primogénito, regresaras a tu cuarto, irás con tu prometido y terminaras esta relación. –levantó su mano llevándola hasta el oído de Wonwoo y chasqueando los dedos para que despertarse.

Los ojos de Wonwoo volvieron a recuperar el brillo, levantó la vista al pasillo donde se encontraba, solo. Recuerda haber hablado con Jeonghan, pero después todo se había vuelto oscuro. Pero una especie de recuerdo le invadió la mente que le hizo doler la cabeza. Algo le dijo: Deshazte de Mingyu. No sabía que era o lo que estaba sucediendo, no quería obedecer. Dio media vuelta hacia su habitación, caminando por los pasillos.

Una puerta fue cerrada, y después un suspiro se escuchó. La mano de Seokmin temblaba, ¿qué era lo que había visto? Fue como si en un cerrar de ojos la persona que estaba en frente de Wonwoo había desaparecido, como si nunca hubiera estado ahí y estuviera hablando con un fantasma. No entendía lo que estaba sucediendo, porque el Rey Seungcheol también hablaba con él. Un escalofrío invadió su cuerpo.

♦

Seungkwan se había retirado de la habitación, solo quedaba Mingyu quien estaba inquieto, por un segundo creyó escuchar a alguien sufriendo, su mente solo pensó en que Wonwoo debe estar bien. No quería creer que su propio padre lo estaba castigando. La puerta fue abierta dejando ver a Wonwoo que fue directo a su cama, cerrando los ojos y tratando de descansar. Mingyu lo siguió y se acercó a él.

—Wonwoo... ¿estás bien? –Wonwoo solo asintió, estaba cansado. Mingyu soltó un suspiro de alivio.– Me alegra mucho, creí que tal vez te había pasado.

—Dime algo. –la voz de Wonwoo se escuchó suave, pero él seguía en la misma posición, no se había movido.– ¿Es verdad todo lo que me has dicho? –Mingyu no entendía de lo que hablaba.– Todo lo que he escuchado de ti y de tu gente, ¿es verdad? –Mingyu no respondía.– ¡¿Realmente eres hijo de Kim Minhyuk y que eras un ladrón?! –Mingyu dio un pasó para atrás, como si una fuerza de aire lo acorralara contra la pared, pero se opuso a lo que aquello deseaba, arrastrarlo.–¡Dime, Carajo!

—¡Wonwoo cálmate! –exclamó sin miedo, con frustración en su rostro, como si algo lo engañara.– Sí, soy hijo de Kim Minhyuk es mi padre, del cual apenas me enteré que es un Rey y me crió como un estúpido ladrón, ¡Y sé que jamás en mi vida seré digno de tener un reino en mis manos! Aunque creí que contigo la historia se cambiaría, ¿que es lo que pasa?... –Mingyu bajó su cabeza, tenía ganas de llorar porque no entendía.