Capítulo 13

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Seungcheol levantó la mirada después de pensar muy bien la situación, hizo un chasquido llamando a su mano derecha, aquel hombre se acercó a él para que el Rey pronunciará unas palabras en su oído, en forma de silencio.

—Prepara la bienvenida para Wonwoo.

El sirviente se puso recto dando media vuelta y caminando por el pasillo obedeciendo las órdenes que su Rey había dictado. Seungcheol se puso de pie, para caminar a su habitación, ingresando en ella, dirigiéndose a su ropero y quitando el traje negro que tenía puesto para ponerse uno blanco, aquel traje que era especial para fiestas y compromisos.

Un joven de cabello rubio se removió entre las sábanas, se sentó en la cama que le pertenecía al Rey. Seungcheol giró su vista hacia aquel chico con una sonrisa al ver su cara de recién despertado.

—¿Podrías callarte? Hay gente que aún sigue durmiendo. –dijo con la voz ronca. Su piel lechosa estaba al descubierto, Seungcheol se acercó a él tratando de acomodar la última parte del traje.– ¿Tenemos algo importante que hacer hoy...? –Seungcheol negó.

—Wonwoo regresa hoy. –la mirada somnolienta se convirtió en una mirada de enojo.– Le daré su fiesta de bienvenida.

—¿Y Seokmin qué? Sabes muy bien que regresa mañana y su boda con Kwon es en dos días.

—Lo sé, pero tengo un truco bajo la manga. –murmuro Seungcheol con una sonrisa de frialdad.– Veremos si el legado de Minhyuk puede poner un pie encima de mi reino. Descansa, Jihoon, tengo otros asuntos que atender.

Dio media vuelta para volver por donde vino. Caminando por los pasillos encontrando lo que parecía ser un espejo en un cuarto solitario. El Sol que entraba por la ventana iluminaba el cuarto, poniéndose en frente del espejo, este se iluminó dejando ver un resplandor.

—Jeonghan, estás invitado a la fiesta de mi reino por la bienvenida de mi hijo perdido, puedes traer a Hong. –una risa se escuchó por todo el cuarto.

—Vaya... empiezas a entenderme...

—Bien, el reino está en frente de nuestras narices. –dijo Seungkwan observando la gran muralla que daba señal del reino. Sofía y Hansol observaron las murallas con asombro hasta que sintieron que la carroza se había detenido.

Un soldado del reino de Jeon les impidió el paso poniéndose en frente de los caballo, luego dio pasos hacia el conductor observando sus rostros. El de Wonwoo se le hacía conocido.

—Identifiquense. –ordenó.

—Soy Jeon Wonwoo, príncipe heredero primogénito del reino. –sacó la insignia que le pertenecía y le daba autoridad del reino. El soldado se sorprendió por aquella confesión. Dejandolos entrar.

—Parece que todos te reconocen como su príncipe. –sonrió Mingyu mirando a Wonwoo. Él correspondió la sonrisa.

—Me reconocieron como su príncipe cuando no destruía el reino. –murmuró Wonwoo con su sonrisa, Mingyu se sorprendió por aquello.– La gente me teme, es todo. –la mirada de Wonwoo ahora era desafiante.

El trayecto al palacio principal era largo, observaron con atención todo el reino, parecía ser que nadie reconocía a Wonwoo. Y eso era la fascinante para él, que podía andar por el reino sin ser llamado destructor. Seungkwan sostenía con un nudo en la garganta, estaba ansioso por ver de nuevo a su padre y a su madre, mientras los demás veían con asombro el reino, era más grande que el de Wen, con ello, Hansol pudo razonar el porqué querían entregar la mitad de su reino.

El Príncipe Encantado - SEVENTEENKde žijí příběhy. Začni objevovat