Capítulo 32 - Secreto a voces

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Al bajarse del barco fue recibida por una familia de comerciantes que tenían conexiones con su país, algo frías le ofrecieron un lugar en el cual podría vivir, una habitación oscura y descuidada. Por otro lado, su mayordomo se fue a vivir a otro lugar dejándola sola. Para poder pagar su estancia trabajó para la familia, en su mayoría haciendo y zurciendo ropa.

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La chica apenas hablaba, aunque entendía el idioma. Vino un amigo del dueño de la casa, un lord importante, el lord Jonhson, un comerciante algo silencioso y excéntrico. Cuando se sentaron a hablar de negocios Anna vestida de sirvienta se pasaba por la sala ofreciendo tragos a los hombres. Cuando lord Johnson posó sus ojos verdes sobre Anna cayó perdido en un éxtasis, algo le encantaba de esa fría mujer. Anna miró algo indiferente a Johnson, su melena rubia y sus intensos ojos no la sorprendían en gran manera, de hecho, en su país abundaban los hombres así.

Al final Jonhson solicitó a Anna como su sirvienta, la familia al principio se negaba a pasársela sin desvelar el hecho de que era una princesa, pero cuando el hombre presentó una suma importante aceptaron a regañadientes, sin duda tener a una princesa de sirvienta los hacía sentirse importantes, así que como venganza no le dijeron en ningún momento su origen real.

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Anna se fue algo extrañada a la casa de Jonhson, sin duda encontraba algo extraño a ese hombre, al llegar a la casa pudo notar que varios de los empleados compartían características únicas, en su mayoría había gente de color, mujeres con niños y ancianas de aspecto étnico relajadas por toda la casa. Al pasar tiempo con los trabajadores pudo darse cuenta de que en realidad ellos eran felices ahí y le decían a menudo de que era afortunada de ser contratada por él. Pero para su sorpresa no la llamó ni una vez, era como si pasara de ella, como no recibió órdenes expresas de que hiciera algo al final empezó a ayudar en lo que podía, los empleados la llamaban para ciertas tareas y ella acudía como una junior.

Cuando al final se pudo encontrar con él de casualidad se le quedó mirando, no sabía muy bien que decir, pero quería preguntarle el de por qué le había contratado. Se imaginaba que la quería de adorno o para presumirla como trofeo.

—¿Qué te parece mi mansión? — le dijo de la nada el lord al toparse en el pasillo que da a la cocina

—Es poco ortodoxo difiere bastante de algún lugar que haya visitado

—¿Siempre hablas así?

—¿Eh?

—... — tan sólo se la quedó mirando

—Si me disculpa...— Anna se dio la vuelta huyendo del lugar cuando fue retenida por él

—Quieres preguntarme algo ¿cierto?

—No

—Que mala mentirosa eres...

—¿Me quiere como trofeo?

—¿Qué?

—Como trofeo para inflar su ego

—No tenía idea de que eras un trofeo, creí que eras una persona...

La chica sonrió sin querer tapándose la boca algo avergonzada, desde la cuna le habían enseñado a no mostrar sus emociones. Por su parte Johnson tan sólo tocó la frente de la chica con su índice algo perdido en sus pensamientos alejándose de ella. Ese pequeño gesto la había descolocado, no sabía lo que él estaba pensando, siempre tan estricto y estoico, pero gentil y animoso con acciones. No comprendía, pero lo quería lograr.

Al final ambos empezaron a hablar más a menudo y de a poco la chica empezó a sonreír cada vez más, por fin llegó un punto en donde ella no podía contener esa encantadora sonrisa por todo lugar, era como si todo ese sufrimiento había sido pasajero, de hecho, cuando lo recordaba, no le dolía su corazón. A menudo nadie evitaba reír, así que hizo parte de ella expresarse cuando era necesario. Cada conversación con el amo le animaba más y más. Su corazón casi se parte cuando se enteró de que se casaría pronto.

Estás despedida! [Skip Beat]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora