Capítulo 32. «"First Love"»

189 33 19
                                    

Desde que lo conocí, siempre pensé que tras confesarle mis sentimientos a Jungkook, un estado de tranquilidad total se apoderaría de mis carnes, fuera cual fuera su respuesta.

¿Por qué estaba tan inquieta entonces?

Habían pasado horas tras aquel encuentro tan amargo y lleno de sorpresas que terminó en un gran y terrible silencio justo después de haber dado mi respuesta: ese vacío "sí". Jungkook se marchó sin decir nada, dejándole al aire que azotaba las ramas de los árboles de al rededor el trabajo de acallar ese silencio. Yo tampoco hice nada para evitarlo, simplemente pensé que lo mejor para los dos sería dejar que aquel momento juntos se desvaneciera. ¿Cómo si no podría volver a hablar con él después de haberle confesado que estaba enamorada de dos personas? Jungkook tenía ya suficientes problemas como para aguantar mi indecisión.

Había pasado horas dando vueltas de un lado a otro por todos los rincones de mi casa, buscando algo que hacer. Algo que me mantuviera entretenida para así no pensar en Taehyung y en todos los recuerdos que tenía de él. Buscando a alguien para desahogarme pero... Namjoon no estaba en casa. No le pregunté hacia a dónde había partido, pues supuse que en aquellos momentos se encontraría en la casa de Jin, cantandole de paso las cuarenta al rubio por haberme hecho llorar, como un buen hermano mayor.

Ya me había contado todos los lunares del cuerpo, organizado mis apuntes de la universidad y visto algún que otro capítulo de mi dorama favorito. No sabía que más hacer.

Fue en ese precioso momento de aburrimiento en el que se me encendió la bombilla, cogí mi bolso y me dirigí a la parada de autobús más cercana.

Directa a la otra punta de Daegu, en un viaje de una hora y unos cinco minutos. Aquella era la primera vez después del accidente que cogía el transporte público y, sorprendentemente, estuve tranquila la mayor parte del viaje. Me llenaba de felicidad saber que aquella estúpida fobia estaba desapareciendo a un ritmo sorprendentemente rápido. Luego toda esa alegría se me quitaba al recordar la manera en la que me deshice del miedo, y es que de no ser por aquel maleante con navaja en mano, este viaje no sería posible.

Me puse música para evitar pensar en el asunto de Jungkook con las drogas y en como, inconsciente, me había metido en él. De seguro el día que se refugió en mi casa para escapar de aquella brutal paliza alguien le siguió y... de seguro que pensaron que la manera más rápida de conseguir ese dinero que Jungkook debía sería chantajeandolo con la vida de algún ser querido suyo. Pensar en esa posibilidad me helaba la sangre.

Pero más me la helaba saber que si Jungkook se enteraba de esto, no quisiera verme más para no ponerme en peligro.

(...)

Por fin llegué a mi destino. A pesar de que la parada del bus se encontraba un poco alejada, me sabía el camino de memoria de las tantas veces que había visitado aquel sitio. Tomé el atajo que cogía Namjoon para dejarme aquí cuando yo se lo pedía.

No llamé a la puerta, sabía que no tenía ninguna llave echada.

Aquel estudio de verdad necesitaba una reforma. Un remodelado no le vendría mal. Y una limpieza a fondo, desde luego aquella era clave. La cama se encontraba sin hacer, como de costumbre, con miles de cosas apiladas a sus pies; las ventanas estaban decoradas con unas grandes "x" dibujadas con pintura en spray, seguramente hechas por los anteriores dueños o pintadas por okupas; la cocina se encontraba en el lado opuesto, era pequeña pero funcional; justo al lado se encontraba una puerta que daba hacia el baño, baño del que no me gustaba hablar... Y ya está, aquel estudio no tenía nada más interesante en su interior, ni televisión, ni sala de estar, ni nada.

Nada, salvo un piano en el centro. Un piano de pared marrón, con las teclas de marfil algo amarillentas por el paso de los años, con los laterales quemados y con el bronce de los pedales hechos un asco. Sí, era un piano bastante horroroso y antiguo, había sufrido bastante. No obstante, su sonido era lo más hermoso que un par de oídos podían escuchar, y es que el dueño de ese piano, el que lo estaba haciendo sonar en aquellos momentos, siempre se preocupaba de tenerlo perfectamente afinado.

FIRST LOVE ; bts TERMINADAWhere stories live. Discover now